Seguidores y subscriptores


HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria

18 mayo, 2009

CARLOMAGNO


Carlomagno (742-814) rey de los francos (768-814) y emperador de los romanos (800-814), condujo a sus ejércitos francos a la victoria sobre otros numerosos pueblos, y estableció su dominio en la mayor parte de Europa central y occidental. Fue el rey más influyente en Europa durante la edad media. (Figura: tomada de Wikipedia)

Carlomagno nació en Aquisgrán, en fecha incierta (alrededor del año 742) hijo ilegítimo del rey franco Pipino el Breve y nieto de Carlos Martel. En el 751 Pipino destronó al último rey Merovingio y asumió el título real. Fue coronado por el papa Esteban II en el 754. Pipino invadió Italia dos veces para proteger al papa de los lombardos. Luego los principales esfuerzos militares de Pipino se centraron en la conquista de Aquitania, esto es, las tierras al sur del río Loira. Carlomagno acompañó a su padre en la mayoría de esas expediciones.

Cuando Pipino murió en el 768, el sus reinos fueron divididos entre sus dos hijos. Carlomagno buscó una alianza con los lombardos al casarse en el 770 con Desiderata, hija del rey Desiderio. Cuando su hermano Carlomán murió repentinamente, Carlomagno se apoderó de sus territorios: sus sobrinos, los herederos de Carlomán, buscaron refugio en la corte de Desiderio. Por entonces, Carlomagno había repudiado a su esposa y Desiderio dejó de ser su aliado. En el 772, cuando el papa Adriano I pidió la ayuda de Carlomagno contra Desiderio, el rey franco invadió Italia, derrocó a su antiguo suegro (774) y asumió el título real. Reafirmó la promesa de su padre de proteger las tierras papales.

Carlomagno combatió las incursiones de los sajones en su territorio y se embarcó en una campaña para conquistarles y cristianizarles que se alargó durante treinta años.

Empeñado en conquistas territoriales, y en parte por combatir a los musulmanes, invadió la península Ibérica en el 778, aunque debió regresar por nuevas insurrecciones de los sajones. En su viaje de regreso, su retaguardia, mandada por Roland, fue objeto de una emboscada, historia inmortalizada en el cantar épico La Canción de Roland, traducido al español como el Cantar de Roldán. Luego de someter despiadadamente a los sajones, lo hace con los bávaros y más tarde conquistó el territorio de los ávaros (que en términos generales corresponde a las actuales Hungría y Austria).

Establecido de este modo el dominio franco sobre muchos otros pueblos, Carlomagno había construido de hecho un Imperio y se había convertido en un emperador. El día de Navidad del 800, Carlomagno se arrodilló para orar en la basílica de San Pedro en Roma. El papa León III colocó sobre su cabeza una corona y la gente reunida en la iglesia le aclamó como el gran y pacífico emperador de los romanos.

El biógrafo de Carlomagno, Eginardo, relata que el rey quedó sorprendido por esta coronación y que si hubiera sabido con antelación lo que en realidad ocurrió no habría entrado en la iglesia aquel día. Esto ha sido objeto de muchas especulaciones entre los historiadores. Carlomagno probablemente deseaba y esperaba obtener el título imperial, que posteriormente utilizó. Sin embargo, quedaba muy atado al Papado y, además, simbólicamente el acto tendría el valor de que él es emperador por la voluntad del Papa. En el 814 designó su sucesor al único hijo que le quedaba, Luis (que pasó a ser conocido como Luis I el Piadoso o Ludovico Pío), y lo coronó personalmente.

Carlomagno estableció una capital regia más duradera de lo que había sido la de sus predecesores. Su residencia favorita se situó en Aquisgrán. Allí había construido una iglesia y un palacio, basado en parte en influencias arquitectónicas tomadas de Ravena y Roma. En su palacio reunió eruditos de toda Europa, el más famoso de los cuales fue el clérigo Alcuino de York, un monje anglosajón radicado del Norte de Inglaterra, al que puso a cargo de la escuela palatina.

La administración del Imperio fue confiada a unos 250 administradores reales denominados condes. Carlomagno emitió cientos de decretos, llamados capitulares, tratando un amplio abanico de asuntos, desde cuestiones jurídicas y militares hasta cuestiones relativas a monasterios, a educación y a la gestión de los dominios imperiales.

El Imperio no se amplió después del 800; de hecho, ya en la década del 790 las costas y los valles ribereños sufrieron las primeras y temibles incursiones de los vikingos. Carlomagno ordenó una especial vigilancia en cada puerto, pero con escasa efectividad. Murió antes de que la completa y destructiva fuerza de los vikingos se desatara sobre el territorio imperial.

Carlomagno es importante no sólo por sus victorias y la dimensión de su Imperio, sino también por la especial combinación de tradición e innovación que representó. Por un lado, era un tradicional guerrero germánico que pasó la mayor parte de su vida adulta combatiendo. En las campañas contra los sajones impuso el bautismo por la fuerza y se deshizo de los rebeldes con matanzas sin piedad. Por otra parte, puso todo su inmenso poder y prestigio al servicio del cristianismo, de la vida monástica, de la enseñanza del latín, de la copia de libros y del imperio de la ley. Su vida, tomada como modelo  para la mayoría de reyes posteriores, personificaba la fusión de las culturas germánica, romana y cristiana, que se convertiría en la base de la civilización europea.

Bibliografía: tomado en su mayor parte de: Carlos Derij