Seguidores y subscriptores


HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria
Mostrando las entradas con la etiqueta Siglo XII. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Siglo XII. Mostrar todas las entradas

28 mayo, 2007

Siglo XII. Europa en crisis (Bowen II cap. III)







EUROPA EN CRISIS: siglo XII [1]

III. Edad de crisis, 1150-1230. Bowen, J. cap III, pp 116-155

Instancias y apremios a la Iglesia 116
El entusiasmo por las actividades intelectuales en la Europa del siglo XII refleja el carácter de una época donde aparecen nuevos problemas humanos, que inducen a los teólogos a someter a revisión los conceptos tradicionales, lo que a su vez trajo como consecuencia que la Iglesia fuera sometida a escrutinio. Consideremos el contexto: [2]
v Hay un rápido desarrollo económico en Europa, sin la correspondiente evolución de las instituciones apropiadas.
v Se acelera la evolución del mercantilismo. Las clases burguesas (comerciantes, artesanos y hombres de oficio) ejercen una influencia cada vez mayor.
v Surgen conflictos entre monarcas seculares o entre éstos y la Iglesia, a propósito de cuestiones sociales y políticas.
v En el siglo XII se separan la Iglesia del Estado y se manifiestan los primeros signos de la soberanía constitucional.
v El creciente contacto con el Islam (sobre todo en España) y con Bizancio, trae aparejado un mayor conocimiento de la tradición clásica griega y romana, enriqueciendo el pensamiento.
v El milenario predominio del neoplatonismo comienza a ser puesto a prueba por las teorías de Aristóteles.
v Las nuevas ideas no se asimilan con rapidez, provocando grandes disputas y agitación ideológica y cultural. La necesidad de tener que escoger entre toda una gama de doctrinas, instituciones y lealtades fue una característica omnipresente.
v Mientras surgen estas disputas intelectuales y el papel de la razón se iba definiendo con mayor claridad, la vida intelectual y la educación pasan a ocupar el primer puesto en la sociedad. La educación pasa al primer plano, aumentan los estudiantes y los profesores adquieren mayor prestigio. Se fundan escuelas cada vez en mayor número y está surgiendo una nueva institución educativa: la universidad.[3]
v La Iglesia, difundida en todas las capas de la población, en medio del naciente pluralismo intenta mantener la supremacía en educación. La relativa calma de la enseñanza monástica o incluso la de los siglos X y XI en las escuelas catedralicias, se altera. La Iglesia, pese a gozar del más alto grado de poder, tanto espiritual como temporal, distaba de haber logrado la solidez que ambicionaba.
La unidad de Europa, por la que tanto se había esforzado durante casi un milenio, estaba a punto de disolverse. La aparición de poderosos Estados nacionales, la decadencia de las costumbres dentro de la Iglesia, con las concomitantes presiones en pro de una reforma, el nacimiento de nuevas herejías y la transformación casi imperceptible de algunas escuelas catedralicias en instituciones prácticamente autónomas, con su interés por doctrinas sospechosas de islamismo y paganismo, eran cosas potencialmente subversivas que había que combatir y destruir.
En la antigua Roma no existía el concepto de separación entre Iglesia y Estado. El Emperador era al mismo tiempo pontifex maximus, asumiendo las funciones de jefe religioso juntamente con el poder temporal. La conversión de Constantino hizo del cristianismo la iglesia oficial y dio al Papa hegemonía sobre toda la estructura social y política del Imperio. La Iglesia, además, tenía el documento conocido como ‘Donación de Constantino’ que aparece en el siglo IX y se consideró legítimo: un título de propiedad del imperio romano, como agradecimiento de haberse curado Constantino de la lepra.
La Iglesia, imbuída de esta idea, adopta nombres seculares para sus instituciones: incluso ecclesia era un término griego para asambleas políticas. La ambición cristiana, expresada en La Ciudad de Dios de San Agustín (o Reino de Dios) se cifraba en la unión de todo el mundo civilizado, en la meta de una sociedad ecuménica.

Iglesia y Estado. Alemania e Inglaterra 119

Alemania, luego del desmembramiento del imperio de Carlomagno, se había convertido en el mayor reino de Europa. El aspecto más visible de los problemas de la Iglesia era su relación con los emperadores germánicos, cuya expresión más dramática fue la controversia de las investiduras.
Las sucesivas autoridades papales y los emperadores germánicos oscilan entre acuerdos y conflictos por el tema. Cuando asciende al trono germánico Federico I ‘Barbarroja’ (1152) las relaciones se tensan aún más, por la agresividad de éste, quien se consideraba heredero de Carlomagno, restaura el Sacro Imperio y logra anexar el Norte de Italia. Pero el resto de la península presentaba situaciones particulares.
Sicilia, dominada por los musulmanes desde mediados del siglo IX, había sido invadida por los normandos que regresaban de una cruzada en 1016. Con el apoyo de Normandía lograron extender sus dominios hasta Nápoles, estableciéndose a finales del siglo XI como dinastía independiente con un rey normando radicado en Sicilia (dinastía Hauteville).
Las prósperas ciudades de la llanura lombarda habían constituido una liga para afirmar colectivamente su independencia tanto frente al poder imperial como papal.[4]
El emperador y el papa se necesitaban mutuamente, sellaban acuerdos o se amenazaban con hostilidades.
El siglo XII fue época de resistencia a las ambiciones imperiales, tanto seculares como papales. Un gran número de Estados nacionales pugnaban por mantenerse independientes. En la península ibérica se combatía contra los almorávides, surgiendo Portugal, Castilla, Navarra y Aragón. Al Norte Inglaterra, Irlanda, Escocia, Noruega y Suecia. Al este Prusia y Bulgaria. Bizancio se mantenía como potencia de cierta consideración. Otros reinos independientes eran Sicilia, Francia, Dinamarca, Polonia y Hungría.
Inglaterra tenía relaciones muy tensas con el Papa. Hacia finales del siglo XII la agitación política era general en toda Europa.
Ideales educativos 123
En el marco de las disputas entre Iglesia y Estado, algunos teólogos discuten sobre cómo incidir en política. Hasta entonces prevalecía la teoría de Agustín, que había considerado la realeza como un ministerio de Dios.
Juan de Salisbury desarrolla una teoría corporativa del Estado, comparándolo a un organismo vivo cuya alma es la Iglesia, el Estado la cabeza, las clases nobles son las manos, los trabajadores los pies. Así sanciona las clases sociales y la división natural del trabajo. Juan anticipa el humanismo y elabora toda una teoría de la educación. La meta de la educación es formar un clérigo con esos rasgos de civilitas, significando aquí un hombre educado en sus relaciones sociales, con cualidades éticas, morales, intelectuales y estéticas. Juan criticaba implícitamente el prevaleciente código de los cistercienses, de vita contemplativa. En Metalogicon elabora algunas de sus nociones de su teoría política y trata por otra parte de ofrecer una teoría educativa en medio de las disputas del siglo. Para Juan la lógica era un conjunto que abarcaba la dialéctica y al retórica. La discusión sobre el valor educativo de la dialéctica y la retórica (‘lógica antigua’) se reaviva por la introducción en Europa de cuatro libros desconocidos de Aristóteles, que constituían el Organon (la nueva lógica). Esos textos eran criticados por los clérigos que veían que traían peligro para la seguridad de la ortodoxia y la tradición. En defensa de la nueva lógica escribe Metalogicon, en forma de un personaje que se defiende ante un tribunal, fundándose en una teoría del conocimiento basada en la sensación e imaginación, a partir de las cuales se llega a la verdad mediante raciocinio y demostración. El oponente en el libro es un crítico al cual denomina Cornificius. El libro, junto con el Didascalicon es uno de los documentos más importantes para conocer el estado de la educación en la cristiandad en el siglo XII. Los argumentos giran en torno a la elocuencia, citando fuentes que iban desde Aristóteles a Cicerón y Quintiliano. Retoma así una cuestión muy antigua, que incluso remite a los sofistas: si es útil o no la elocuencia. La oposición cristiana venía de la persuasión de que la vida devota era lo único necesario; Juan trata de mostrar que la elocuencia es importante para llegar al conocimiento y la verdad, aunque advierte contra los eruditos superficiales que se ciñen a las palabras:
Hace notar que las seducciones de la ciencia verbal pueden llevar a los estudiantes por caminos extraviados, de tal modo que “cuando uno de ellos ha conseguido hacerse incomprensible, cree que se ha ganado el derecho de ser considerado como un filósofo superior a los demás.” (Bowen II: 128-129)
Juan también está influido por el neoplatonismo, lo que se refleja en la idea de un ascenso progresivo en la adquisición del saber, ‘hasta el trono de la perfecta sabiduría’. Pero no está dispuesto al uso de la dialéctica que lo lleve demasiado lejos. Su humanismo tendía a reforzar el orden moral, no a examinar su base. En su Policraticus advierte que la absoluta confianza en la razón fue el error de la antigüedad; sin duda era consciente de que la investigación racional conducía inevitablemente a la subversión del orden social. Sin embargo, el Metalogicon preparó el camino para una mejor utilización de la razón para investigar.

La España musulmana 133
Algunos de los más significativos progresos intelectuales de Europa tenían lugar en España que, desde comienzos del siglo VIII, se hallaba bajo dominio musulmán[5]. Las ciudades de la España musulmana fueron centros de irradiación cultural En 970 se fundó en Córdoba la que pronto llegaría a ser una de las bibliotecas más ricas del mundo. España se nutría también del acervo cultural griego, helénico y bizantino, dando como consecuencia un florecimiento del saber durante los siglos XI y XII. Pero no existía unidad política en la península:
Ø El grupo musulmán originario eran los Omeyas que habían sido perseguidos en Damasco (Siria); los sobrevivientes se instalaron en la zona meridional de la península ibérica (actual Andalucía).
Ø La expansión de algunos feudos carolingios provoca que España quede dividida en diversos principados islámicos.
Ø A principios del siglo XI se produce la invasión de tribus musulmanas más enérgicas, de origen tribal africano, los almorávides.
Ø Más tarde los almorávides fueron suplantados por los fanáticos almohades.
Ø En el Norte surgieron varios grupos cristianos, cuyo caudillo más famoso fue Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que en 1094 se apoderó de Valencia.
En el siglo XII la península se hallaba dividida en 6 Estados: 5 reinos cristianos: Portugal, León, Castilla, Navarra y Aragón. Al sur los dominios de los almohades. Cuado los cristianos penetraron en territorios hasta entonces musulmanes, se encontraron con una cultura rica. Surgen grupos de traductores e incluso una escuela de traductores en Toledo, inspirada en la ciudad cosmopolita de Bagdad. La dirección de la escuela estaba a cargo del judío converso Domingo Gundisalvo. En su libro ‘De la división de la filosofía’ muestra que la clasificación tradicional del conocimiento en las 7 artes liberales empezaba a reorganizarse de nuevas maneras.
Las traducciones, de ordinario bajo supervisión episcopal, se realizaba en otras ciudades de la península y otras regiones vecinas. Los textos resultantes, junto con manuscritos árabes, se estudiaban en centros próximos, como las escuelas catedralicias de Marsella, Toulouse y Montpellier. Más tarde, al finalizar el siglo XII, se van extendiendo por toda la cristiandad occidental. Los autores clásicos se veían enriquecidos por comentarios, ampliaciones y descubrimientos ulteriores de los propios traductores musulmanes. Por otra parte, la cultura islámica también venía de Sicilia, territorio que los árabes ocuparon durante dos siglos y de las regiones del levante, donde el cristiano Esteban de Antioquia traducía obras del árabe al latín. La mayor importancia fue el conocimiento de las obras de Aristóteles que, en el siglo XII fue la influencia más importante ejercida sobre el saber occidental.
El ahora aumentado corpus aristotélico impactó la educación europea de dos maneras: influyendo directamente en los eruditos y transmitiendo al cristianismo una controversia en torno al pensamiento aristotélico que ya había ocurrido en el Islam y que alcanza su cima en Córdoba a fines del siglo XII, con motivo de las ideas de Averroes y de Maimónides. Las ideas de éstos sembraron división en sus propias confesiones, y luego la exportaron a las escuelas catedralicias que se hallaban en proceso de maduración y acabarían por dividir a la cristiandad en un cisma intelectual.

‘Kalam’ Aplicación musulmana de la razón a la fe 136
Los orígenes de la controversia en el seno del cristianismo pueden remontarse en gran medida a la historia teológica del islam. Después de la muerte de Mahoma, comienza las diversas interpretaciones del Corán. Además aparecen nuevos escritos, muchos apócrifos, atribuidos a Mahoma y conocidas por el nombre de hadith.
La expansión del islamismo en el Oriente helénico lo puso en contacto con la filosofía griega. Muchos pensadores musulmanes encontraron allí respuestas a sus planteos; otros ejercían una fuerte oposición hacia la filosofía, por cuanto la consideraban un desafío a la fe. El resultado fue que el Islam vio crecer en su seno la confusión y la discordia.
Mientras tanto, se iban fundando escuelas de enseñanza superior, según el modelo de la Casa de la Sabiduría de Bagdad (Bayt-al-Hikma) fundada en el siglo IX por el califa Al-Mamún. Al mismo tiempo se establecieron escuelas teológicas, generalmente a proximidad de las mezquitas. Se llamaban madrazas. En ellas se dio el cisma que se fue agrandando con los siglos, entre los ortodoxos que interpretan el Corán literalmente, con sus elementos de milagro y misterio, y por otro lado los que admitían la razón y trataban de compaginar la revelación con el conocimiento humano.
A principios del siglo XI el conflicto entre teólogos y filósofos alcanzaba ya serias proporciones, y la teoría de un enfoque racional de la fe religiosa adquirió gran impulso a raíz del erudito persa Avicena.
Avicena (Ibn Sina) (980-1037) trabajó en la corte de Bagdad. Por una parte su Canon de Medicina se extendió rápidamente por Occidente. En cuanto a su filosofía, racionalizaba el neoplatonismo imperante. En correspondencia con el pensamiento aristotélico encuentra a Dios como ente completo, causa y efecto de sí mismo. El universo es contingente, pero también necesario y posee una estructura jerárquica semejante a la sugerida por Plotino en el siglo III: Dios se expresa a sí mismo en el universo mediante una sucesión de formas intermedias entre el cielo y la Tierra, la última de las cuales y más próxima al hombre es la inteligencia activa. De acuerdo con Aristóteles acepta las impresiones como base del conocimiento, que se funden en conceptos, que a su vez crean en la mente los universales. Todo este proceso proporciona un conocimiento abstracto, información almacenada; para que ésta se transforme en conocimiento real se requiere una iluminación por parte del intelecto activo, con el cual se puede acceder a la iluminación suprema. (Bowen II:138-139)
La filosofía de Avicena despertó violentas reacciones entre los teólogos musulmanes ortodoxos y también de moderados como Algacel. También entre los musulmanes existían las tendencias de acepción ciega, literal y servil al Corán o por otra parte en la confianza excesiva en la filosofía helenística, asumiendo los moderados (ash’ aritas) la posición intermedia.
Algacel se basa en una filosofía ocasionalista, según la cual los acontecimientos no están casualmente ligados, aunque estén en sucesión lineal. Todo resulta de la intervención de Dios. La excesiva confianza en las relaciones causa-efecto deja a Dios impotente; en cambio el ocasionalismo da al universo un tinte profundamente determinista, no dejando lugar a la acción del hombre. Algacel centró sus argumentos en el fenómeno del milagro. El propio Corán se halla en esta línea, en cuanto la teología islámica está llena de milagros, que son ‘ocasiones’ de la intervención de Dios. Causa y efecto son apariencias, resultado de una predicación verbal de los fenómenos, una mera necesidad lingüística o lógica. Los efectos vienen junto con la causa, no por ella.
Decadencia del imperio islámico 141
Desde principios del siglo XI el imperio islámico había empezado a declinar; a mediados de siglo se hallaba dominado por un nuevo grupo minoritario y belicoso, los turcos Seldjúcidas. En el siglo XII hubo constantes conflictos militares con la cristiandad, período en el cual ocurrieron las cruzadas. Bagdad, agotada por las guerras, fue presa fácil para los mongoles, que en el siglo XIII habían invadido gran parte de Asia. En 1258 Bagdad fue saqueada y el imperio musulmán con sede en Mesopotamia quedó desecho. Las controversias de kalam siguieron en España, en torno al pensamiento de Averroes, quien a pesar de vivir plenamente en el siglo XII seguía teniendo influencia.







Ciencia islámica en España. Averroes 141
Averroes nació en Córdoba; estudia derecho y ciencia griega. Fue juez de Sevilla, mientras edita críticamente y comenta las obras de Aristóteles y escribe un comentario a la República de Platón. Su obra ‘De la armonía entre religión y filosofía’ fue un importante tratado epistemológico, revelando su pensamiento sobre el uso de la razón. La ley islámica preconiza la reflexión sobre el universo para que el hombre pueda apreciar la obra de Dios. El Corán se dirige a todos los hombres, por lo cual no puede ser interpretado literalmente, sino que utiliza modos figurados o metafóricos. El Corán puede leerse en distintos niveles según la clase de hombres que lo abordan. Las mentes más claras podrán penetrar los niveles de la alegoría y la metáfora, por lo cual se debe permitir a los hombres cultos el uso de la razón. Las masas no tienen por qué ser inquietadas y han de mantenerse en la seguridad de su fe sencilla. Quizás influido por Platón, porque en su comentario a La República hace notar que
‘los relatos de ficción son necesarios a la educación de los ciudadanos. No hay legislador que no haga uso de estas fábulas, puesto que las masas las necesitan para ser felices’ 143
Averroes indicaba que aunque es menester preservar la tranquilidad de aquellos de sus siervos que no tienen acceso a la demostración por propia naturaleza, hábito o carencia de medios de educación, ello no es impedimento para impedir el uso de la razón a la clase superior. Pero no tiene objeto alguno tratar de explicar estos procesos racionales a las clases intelectualmente inferiores. Refuta a Algacel en ‘Incoherencia de la incoherencia’ texto escrito en forma de discusiones, usando los argumentos de Aristóteles, demostrando la necesidad lógica entre causa y efecto. En la discusión 17, sobre las ciencias naturales, expone sus puntos de vista sobre la naturaleza de la verdad y el papel de la razón, que llegarían a ocupar un lugar principal en las disputas del siglo siguiente.
Averroes desarrolla la doctrina aristotélica, expuesta en la Física, de que el propio universo se halla estructurado por objeto sindividuales cuyas esencias constituyen la realidad y que dichos objetos van ligados entre sí por una relación de causa y efecto. La función de la inteligencia consiste en comprender la naturaleza de esa realidad:
“la inteligencia no es sino la percepción de las cosas con sus causas ... por ello quien niega las causas niega también la inteligencia... Negar la causa equivale a negar el conocimiento, y negar el conocimiento es lo mismo que declarar que nada en este mundo puede conocerse realmente y que lo que creemos conocer no es otra cosa que mera opinión ... El hombre que niega la necesidad de cualquier tipo de conocimiento ha de admitir que incluso esto mismo, su propia aserción, no es necesariamente conocimiento” 146
Averroes confiere un particular relieve a los poderes cognoscitivos del hombre. El conocimiento, arguye siguiendo los pasos de Aristóteles, es uno con su objeto. La mente desempeña aquí un papel intermediario, quedando por resolver el problema de su manera de operar. Aristóteles veía un doble aspecto en la mente: una función receptiva o pasiva, y una responsiva o activa. ... La mente humana es una tablilla en la que se va inscribiendo la experiencia.148
Pero la mente humana es en primer término puramente receptiva. Lo mismo era para Agustín. Los teólogos musulmanes se impregnaron de todas estas nociones, ya desde los primeros siglos de su actividad. Averroes le da incluso mayor determinismo: La inteligencia activa parece como exterior al hombre, incluso algo existente por sí mismo como fuerza singular. Hay una inteligencia activa para todos los hombres, lo cual equivale a negar la libre voluntad.
Averroes no fue bien recibido por el mundo musulmán. Incluso, cuando muere el monarca para quien trabajaba, su hijo fue menos tolerante y ejerció mayor vigilancia sobre la enseñanza y la cultura. Los almohades se mostraban poco favorables a la especulación teológica al estilo de Averroes; sus doctrinas fueron condenadas, sus libros quemados, Averroes desterrado, y toda filosofía fue prohibida en el reino almohade.. Almohade fue llamado nuevamente, cuando la corte reparó en que no podía prescindir de su talento, pero era tarde: muere poco más tarde. En el mundo cristiano se lo discutió mucho, con posiciones a favor y en contra.
Maimónides 149
Por la misma época en que Averroes defendía la causalidad, el rabino judío Maimónides trataba de introducir la investigación racional en el pensamiento religioso hebreo. Las circunstancias que motivaron sus escritos se parecían notablemente a las de Averroes. Ni el islam ni el judaísmo poseían una función de autoridad comparable a la del papado en el cristianismo, que pudiera ejercer una censura sobre fe y doctrinas religiosas. El islam carecía de sacerdotes, y el judaísmo no conocía una jerarquía rabínica si se exceptúa el cargo de dayan o jefe de cada comunidad judía. La ortodoxia musulmana se derivaba, como lo es hasta hoy, del consenso o ijma; lo mismo ocurría con la fe judaica. A su vez, el consenso nace del poder persuasivo del comentario y la exégesis, y Averroes orientó sus energías a influir sobre el desarrollo del islam. Era un creyente devoto. También lo fue Maimónides, a quien el mundo judaico lo considera como su figura más notable desde los tiempos de la Biblia. Desde su temprano Tratado de Lógica muestra una clara comprensión y estrecha dependencia de las doctrinas de Aristóteles. La racionalidad es la forma del hombre, su diferencia, su esencia, y la intelección su fin. El kalam islámico y hasta cierto punto su equivalente cristiano, el escolasticismo, influenciaban a las numerosas comunidades judías esparcidas por Europa, norte de África y Oriente. (Bowen II: 149)
La tradicional fe judaica, conservada en la Biblia, se había visto reforzada por la adición de interpretaciones y decisiones rabínicas desde el 200 d.C., y que se conservaban en compilaciones que en conjunto constituyen el Talmud. Dadas las diversas interpretaciones de la Tora y el Talmud, que confundían a los judíos, Maimónides escribe diversos tratados exegéticos, cuya obra cumbre es la ‘Guía de perplejos’. Allí trata de compatibilizar fe y filosofía por medio de una serie de 177 ensayos, originalmente escritos en forma de cartas a su discípulo Rabí Joseph.
Al igual que Averroes, considera que la fe sencilla de las masas no debe ser perturbada y debe preservarse el status quo. Aunque rechaza la idea de Averroes de un grupo intermedio de hombres dialécticos, la Guía estaba dirigida a los eruditos rabínicos más cultos o estudiantes más prometedores, que podrían elevarse paso a paso hasta alcanzar la perfección. El método para presentar la verdad a este grupo de selectos se distancia profundamente del empleado por los teólogos cristianos: es un método de instrucción sistemática. La inteligencia humana crece y se desarrolla según normas que deben respetarse. El camino hacia la verdad se asegura adiestrando la inteligencia de modo adecuado. Primero el arte de la lógica, luego las matemáticas, luego las ciencias naturales y finalmente la ciencia divina. De este modo el estudiante percibe la diferencia entre el cocimiento de una cosa y la cosa en sí misma: este viraje ocurre en el momento en que el estudiante cruza la barrera del lenguaje. Como otros eruditos de su siglo, Maimónides era sensible al hecho de que las cosas divinas se discutían en lenguaje humano y de que la verdad se oculta detrás de las palabras, aunque a veces se contenga en éstas. Veía a Dios simultáneamente como intelecto, como objeto de conocimiento y como sujeto de conocimiento, es decir la suma de toda existencia. El conocimiento de Dios, pues, proviene de una comprensión de su modo de actuar, en parte por analogía con las ciencias naturales que dejan ver relaciones de causa y efecto. Como Averroes atacaba el ocasionalismo, afirmando que tal metafísica niega cualquier clase de conocimiento. El conocimiento ha de venir de la predicación; sólo podemos conocer en la medida en que enunciamos proposiciones y afirmaciones que se mantengan estables. Lo mismo que para Aristóteles, el conocimiento forma una sola entidad con su objeto.
Afirmaba la causalidad; la ciencia de lo divino se derivaba del método ‘posterior’ , es decir de un raciocinio de efecto a causa y de admitir la validez de la evidencia de los sentidos. Seguía de cerca de Aristóteles y coincidía en muchos puntos con Averroes. Pese a ser contemporáneos, no hay evidencias concluyentes de que se influenciaran mutuamente, salvo las coincidencias que lo sugieren.
La importancia de Maimónides, como también de Averroes, reside sobre todo en el valor de los sentidos y de la razón, y en que para llegar a Dios ofrece una prueba a posteriori.
Las obras de Maimónides, en paralelismo con las de Averroes, fueron consideradas heréticas, sobre todo si la fe en la filosofía ponía en peligro la fe. La comunidad judía de Montpellier logró que la Iglesia católica la prohibiera y la quemara en la plaza pública en 1233. Pero, al igual que Averroes, penetró en las universidades y fue estudiada ávidamente por los eruditos. La preocupación de la Iglesia reflejaba la intención de combatir las herejías por donde aparecieran, ya que precisamente en el seno del cristianismo habían surgido ideas peligrosas.
Las herejías valdense y albigense 153
A finales del siglo XII aparecen dos importantes herejías, como reacción a abusos anteriores de la Iglesia. Las aspiraciones papales al poder temporal, así como el desarrollo en la Iglesia de una oligarquía rígidamente burocrática, viviendo en la molicie y el lujo, despertaron críticas.
Por parte de la ortodoxia la protesta tuvo respuesta en la reforma cisterciense. Más tarde se registran movimientos que empiezan siendo reformas piadosas y desembocan en revueltas sociales. Las más importantes fueron las herejías valdense y albigense.
Herejía valdense. Nace del comerciante Pedro Valdés o Valdo, que en el siglo XII se puso a predicar pidiendo ala Iglesia que regresara a la pobreza del principio. (Bowen II: 154)
Herejía albigense o catarismo. Tuvo gran envergadura. Surge a finales del siglo XII en la ciudad episcopal de Albi (Francia) donde la clase trabajadora contaba con el apoyo de los condes de Toulouse. Sus doctrinas se derivaban de Oriente, procedentes de los primeros tiempos del cristianismo, especialmente de carácter gnóstico y maniqueo; el nombre de catarismo proviene del griego (significando puro). Recogían de Maniqueo la idea de que todo hombre poseía las fuerzas del bien y del mal, que corresponden al espíritu y a la materia. El deber del hombre consiste en practicar el modo de vida más riguroso y ascético para vencer al mal (la materia) permitiendo al espíritu merced a este régimen purificador esperar su retorno al cielo. La austeridad de los albigenses contrastaba con el laxismo de la vida de muchos clérigos y por su oposición a la autoridad del Papa eran un peligro que no podía tolerarse. La Iglesia tomó medidas contra las herejías a partir de los últimos años del siglo XII, usando al principio la persuasión. Luego sobrevino el conflicto, al ser asesinado un delegado papal. Inocencio II aprovechó la ocasión y ordenó una cruzada contra el sur de Francia, a pesar de las protestas del rey. Después de muchos años de guerra el sur de Francia quedó devastado y tanto valdenses como albigenses fueron implacablemente reprimidos. Algunos sobrevivientes lograron escapar y refugiarse en los Pirineos y norte de Italia, donde todavía hoy quedan algunos descendientes de los valdenses, no así de los cátaros que fueron definitivamente eliminados por constituir una amenaza para el catolicismo.
Empero estas herejías fueron presagio de conflictos venideros. A finales del siglo XII Europa se hallaba en vísperas de uno de los cambios de mayor trascendencia en su vida intelectual y en educación. Los escritos de Juan de Salisbury, Averroes y Maimónides tenían cada vez mayor influencia. El estudio de sus obras en el siglo siguiente traería conflictos. Las controversias encontraron terreno abonado en la nueva institución de la universidad, al constituir como una sociedad de teólogos independientes en gran medida del papa y del emperador y determinados a investigar haciendo caso omiso de las exigencias de la ortodoxia o de los peligros de herejía.





GLOSARIO
Averroes (Ibn Roshd) (1126-1198) nació en Córdoba había estudiado derecho y ciencia griega. Fue juez de Sevilla, mientras edita críticamente y comenta las obras de Aristóteles y un comentario a la República de Platón que se ha perdido. Su obra ‘De la armonía entre religión y filosofía’ fue un importante tratado epistemológico.
Avicena (Ibn Sina) (980-1037) Erudito persa, que trabajó en la corte de Bagdad. Por una parte su Canon de Medicina se extendió rápidamente por Occidente. En cuanto a su filosofía, racionalizaba el neoplatonismo imperante. En correspondencia con el pensamiento aristotélico encuentra a Dios como ente completo, causa y efecto de sí mismo. El universo es contingente, pero también necesario y posee una estructura jerárquica semejante a la sugerida por Plotino en el siglo III. (Bowen II:138)
Casa de la Sabiduría. (Bayt-al-Hikma) Institución de enseñanza superior de Bagdad fundada en el siglo IX por el califa Al-Mamún. Se concebía como un instituto de ciencias, con un observatorio y el centro de sus estudios lo constituía la literatura científica y filosófica, en especial la procedente de otras culturas. Por ello su biblioteca y departamentos de traducción tenían importancia fundamental. Fue el modelo para fundar otras escuelas superiores musulmanas. (Bowen II: 137)
Cid Campeador. Rodrigo Díaz de Vivar, que recupera Valencia para la cristiandad en el siglo XI de mano de los musulmanes.
Civilitas. Representaba la idea de una ciencia política en Quintiliano, luego algo equivalente a nuestra ‘cortesía’ u hombre de mundo, capaz de moverse con soltura en la vida social y política. Juan de Salisbury le dio el significado de comportamiento del hombre educado en sus relaciones sociales.
Federico I Barbarroja (1122-1190). Fue rey romano-germánico (desde 1152) y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (desde 1155). Su sobrenombre se lo dieron en Italia por el color brillante de su barba. Barbarroja representa el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico, el primero que le dio ese nombre, pretendiendo que sus dominios fueran la continuación del imperio carolingio y, por lo tanto, de la misma Roma imperial. Afianza el poder imperial en Alemania y en el Norte de Italia, cuyas ciudades-Estado se habían independizado. Se consideraba dominus mundi: con lo cual Bizancio también le debía pertenecer. Introdujo un cuerpo legislativo unificado, según el derecho romano. La fama y el significado moderno de Barbarroja está unido al nacionalismo alemán del siglo XIX, para quienes fue un referente, pretendiendo reunificar el país bajo un poder fuerte. Figura: Federico sus hijos, el Rey Enrique IV y el duque Federico V. Barbarroja y sus hijos – Miniatura de la Crónica del Mundo, Weingarten Abbey) (Tomado de Wikipedia)
Inquisición. Monografía de José Cuervo (siglo XIII): http://www.monografias.com/trabajos12/stainqui/stainqui.shtml#DEFIN
Investiduras, controversia: Entre la Iglesia y el poder temporal (en particular con los emperadores germánicos) se discute el derecho de los señores temporales a investir a los abades y obispos con los símbolos de sus oficio en el momento de ser consagrados. Al aceptar la investidura laical, los abades y obispos aceptaban, de acuerdo con las costumbres feudales, una relación de lealtad hacia sus soberanos seglares. Durante el siglo XI el papado intenta eliminar la práctica, entrando en conflicto con los emperadores, el cual se prolonga mucho tiempo. (Bowen II: 119)
Islamismo. Religión inaugurada por Mahoma, a través de revelaciones contenidas en el libro sagrado del Corán, trascripción de una tabla que Alá (Dios) conservaba en el cielo. El nombre significa sometimiento a la voluntad de Dios. Después de la muerte de Mahoma aparecen nuevos escritos atribuidos al profeta: llamados hadith. (Bowen II: 136)
Juan de Salisbury (1100?-1180). Desde la teología trata de relacionar la cultura con las necesidades sociales del hombre. Pertenece al nuevo movimiento de humanismo cristiano. Nació e hizo sus estudios primarios en Salisbury, luego en Chartres y París, y finalmente fue obispo de Chartres. Aplicó su talento a la solución de problemas sociales. Autor de Metalogicon, entre otras obras.
Kalam. Aplicación musulmana de la razón a la fe. Equivalente al escolasticismo en los cristianos (Bowen II: 150)
Mahoma (ca. 570-632) Afirmaba ser el profeta elegido por Alá.
Maimónides o Moshe ben Mimon (1135-1204) nació en Córdoba 9 años después que Averroes. Cuando los fanáticos almohades tomaron la ciudad en 1148, su familia huyó. Maimónides se radicó después de un tiempo en Egipto donde escribió sus tratados. Desde su temprano Tratado de Lógica muestra una clara comprensión y estrecha dependencia de las doctrinas de Aristóteles. La racionalidad es la forma del hombre, su diferencia, su esencia, y la intelección su fin. El kalam islámico y hasta cierto punto su equivalente cristiano, el escolasticismo, influenciaban a las numerosas comunidades judías esparcidas por Europa, norte de África y Oriente. (Bowen II: 149)
Mercantilismo. Uso deliberado del dinero como medio de fomentar los intercambios y de crear nueva riqueza. Su evolución en Europa se acelera en el siglo XII (Bowen II: 116)
Método ‘posterior’. Raciocinio de efecto a causa.
Talmud. Recopilación de interpretaciones y decisiones rabínicas que datan de diferentes épocas, desde el 200 d.C. y que refuerzan a la Biblia. Obra exegética que también fue objeto de exégesis.

Figuras
Mezquita de Córdoba. Tomada de http://www.cyberspain.com/ciudades-patrimonio/fotos/cormez.htm Se atribuye a la nostalgia de Abderramán por las mezquitas del califato de Damasco, donde pereció toda su dinastía (los omeyas).




Así mismo, quiso manifestar el triunfo de su raza y agradecimiento a su fe. En el 780 decide construir la mayor mezquita del mundo sobre la que fuera iglesia visigótica de San Vicente. Los 23.400 m2 que ocupa la actual mezquita con casi medio millar de columnas y arcos superpuestos son obras parciales de su creador, Abderramán I, de Abderramán II, de Alhaken II y del mismo Almanzor, ya en el año 987. Está considerada como el monumento supremo del arte califal, y el fantástico bosque de columnas y arquerías de su interior es uno de los espacios más bellos que se han construido en una casa de oración. La orientación del Mihrab curiosamente, no lo está hacia la Meca. En 1253, en el centro de su conjunto, irrumpe en el centro de su alma musulmana una catedral cristiana. Unas piedras mueren para que otras nazcan. Pocas obras de arte de esta magnitud presentan tanta confluencia artística como la mezquita cordobesa, donde aparecen yuxtapuestos al estilo califal, toda la aportación bizantina y medioriental y los elementos e influencias visigóticos e hispano-romanos. Para comprobarlo basta entrar por la Puerta del Perdón, al norte, atravesar su decoración mudéjar, penetrar en la luminosa frescura del Patio de los Naranjos e introducirnos en la mezquita por la Puerta de las Palmas, de bello estilo plateresco. Y allí nos encontraremos con la grandiosa arquitectura califal. Este gran templo musulmán muestra su magnificencia por cualquier parte. Basten como ejemplos la cúpula octogonal central, ricamente decorada con mosaicos policromos; y decenas de singulares detalles que rematan el conjunto; el mihrab, o lugar a donde han de mirar los que oran, posee una deslumbrante decoración con mármoles labrados mosaico bizantino.
Fig 2: Decoraciones con arabescos mudéjares en la Capilla Real de la Mezquita-Catedral de Córdoba.: http://www.infocordoba.com/espana/andalucia/cordoba/fotos/mezquita_2/pages/catedral_interior_237_jpg.htm (Foto J. Entrenas)
Fig 3: El emperador romano de Oriente, o Basileus, Nicéforo Focas (Niceforo II) envió a Al-Hakam II un delicado mosaico de cristal de muchos colores, algunos cubiertos con pan de oro, para decorar el nuevo Mihrab en la expansión de la gran Mezquita. Un experto griego vino a Córdoba para trabajar en el proyecto que se prolongaría durante años, enseñando mientras tanto a los artesanos del califato su oficio. Este trabajo en mosaico es denominado en árabe fusaifisa.

[1] Si bien el capítulo se refiere a un período que comprende la segunda mitad del siglo XII y la primera parte del siglo XIII, para facilitar la periodización, englobamos el tema, en esta versión, bajo un solo siglo. Es frecuente en historiografía, por otra parte, hacer menciones a la ‘verdadera’ duración de un siglo, haciendo caso omiso de las fechas. Por ejemplo, se suele afirmar que ‘el siglo XX empieza con la I guerra mundial y termina con la caída del muro de Berlín’. Tomándonos entonces esta licencia contribuimos a la confusión general.
[2] Nos permitimos reorganizar las ideas que presenta el texto original de Bowen.
[3] La universidad de Bologna, considerada la primera de Occidente, tiene orígenes más antiguos, aunque su nacimiento convencionalmente data del año 1088. Sin embargo, se suele considerar al siglo XIII como el siglo de las universidades, por la expansión e importancia que adquieren en Europa.

[4] Remite fácilmente a la actual Liga del Norte, grupo político de derecha liderado por Umberto Bossi. Nace en 1991 a raíz de la fusión de la Liga Lombarda con partidos autonomistas del norte de Italia. Inicialmente reivindicaban la separación de la ‘Padania’, ahora son federalistas aliados de Berlusconi. (Nota de JCP)
[5] Los musulmanes se encontraban ya divididos, por cuestiones religiosas, en tres grupos. Entre ellos se desataban conflictos y guerras. De manera que las divisiones que ya hemos estudiado en el seno de las religiones occidentales monoteístas (judíos, cristianos, occidentales u orientales, etc.) tienen su correlato en el mundo musulmán.(Nota JCP)

26 mayo, 2007

Siglo XII. Escuelas catedralicias (Bowen II-2)


Imagen: Catedral de Notre Dame (plano de Turgot 1739)

Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 1 LA ERA DE LAS ESCUELAS CATEDRALICIAS (siglo XI)
Bowen, J. : La era de las escuelas catedralicias, Tomo II: 70-115
El nuevo despertar del siglo XI en Europa (pag 70)

Estamos en un momento en el que la civilización Oriental empieza a dar muestras de debilidad y el imperio islámico se disgregaba; es cuando la iniciativa en la investigación y el saber pasa a Occidente, donde las escuelas catedralicias del norte de Europa se convirtieron en instituciones de una actividad cultural revitalizada. Los sucesos que jalonaron este movimiento fueron espectaculares; los padres de la Iglesia trabajaron todos con materiales ya disponibles – la filosofía griega la teología hebrea – y vieron su labor como síntesis y armonización. Ya Clemente, Orígenes, Jerónimo, Agustín había escrito dentro de ese marco, pero el desarrollo de sus pensamiento se interrumpe por las invasiones bárbaras y posteriormente no encuentra buenas condiciones en la organización feudal.

Europa siempre había sido dependiente, nutriéndose de Oriente en lo intelectual y económico, dependiendo hasta de los alimentos y otros productos comerciales que podía importar. Gracias a los esfuerzos de los siglos IX y X, ya en el siglo XI Europa económicamente se bastaba con creces a sí misma, con excedentes de agricultura y manufacturas, que permitieron revivir el comercio. Al mismo tiempo se daba una mayor centralización de la autoridad, concentrada en los gobiernos seculares de Alemania, Francia e Inglaterra y en la Iglesia (el Papa). Las autoridades de la Iglesia y del Estado crecieron paralelamente al desarrollo del comercio. Mercaderes y comerciantes trajeron riqueza a la catedral y al castillo; tanto obispos como señores velaban por la seguridad, y ambas partes se beneficiaban de esta interacción.
La Iglesia dominaba el conjunto, aunque a los largo de esos siglos hubo muchos conflictos en los cuales se enfrentaban a los poderes seculares. Dado que los enfrentamientos con la iglesia tuvieron especialmente como protagonista al imperio alemán, Francia gozó de una relativa tranquilidad y pudo desarrollarse al margen de esas disputas. La prosperidad económica de sus pujantes ciudades, erigidas entorno a las sedes episcopales, desembocó en el símbolo más espectacular de la abundancia medieval: las grandes catedrales.
La catedral 73
Literalmente la palabra (lat. Cátedra, silla, sede) significa la iglesia en que se encuentra el trono del obispo. Las grandes catedrales de piedra empezaron a construirse después del primer milenio; la mayor parte datan
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 2
de 1050 al 1350. Los edificios eran espectaculares, con cimientos hasta 10 metros y alturas que podían sobrepasar los 100 metros, como es la de Chartres, que no era la más elevada. Además se podía reunir una gran cantidad de fieles. Se dice que Amiens llegaba a acomodar hasta 10.000 simultáneamente.
La organización de la enseñanza en el siglo XI 74
Ya en el siglo X existía la aceptación general de la responsabilidad educativa por parte de las catedrales y de otras grandes iglesias. Ello continuó en el siglo XI, con lo que dichas instituciones se convirtieron en punto obvio para el creciente número de personas que aspiraban a una vida cultural.
En el siglo XI, la riqueza que hizo posible la construcción de esos (magníficos) edificios, cambió también otros aspectos de la sociedad y por primera vez se toman disposiciones para educar a una nueva clase acomodada. Nos referimos a la creación del cabildo o sociedad de canónigos, que formaban un clero especial dentro de las catedrales, con el fin de ocuparse de sus funciones administrativas, cada vez más complejas. Aunque el cabildo no constituyó al principio más que un cuerpo de oficios puramente técnicos, pronto cambió su carácter.
Sin embargo, la enseñanza impartida en las catedrales del siglo XI no parecía guardar relación con los nuevos tiempos; aparentaba ser una intensificación de las primitivas formas docentes basadas en la conservación enciclopédica de las artes liberales que quedaban , y además se identificaba exclusivamente con la vida tradicional de los clérigos instruidos. Recién en los siglos siguientes se produciría una reflexión profunda sobre las relaciones entre Estado, Iglesia y el hombre. La teoría política era básicamente agustiniana, pero en versión simplificada. El papa Gregorio VII trató de imponer la supremacía eclesiástica sobre el Estado, mediante una nueva aserción de las teorías políticas derivadas de Agustín, en particular la Ciudad de Dios.
Las escuelas catedralicias o colegiales tenían un carácter de educación puramente eclesiástica. Todos sus estudiantes y profesores eran clérigos o aspirantes a tales, es decir ordenados en algún grado, y los estudios que realizaban eran puramente verbales. Las matemáticas nunca se enseñaron en estas escuelas, con la única excepción del cálculo de fechas y fiestas movibles. Los vestigios que quedaban de esta ciencia se basaban en el modelo pitagórico-platónico, o sea que se utilizaban como simple medio para investigar el plan subyacente del universo. Los conocimientos y técnicas exigidos por la vida práctica se desarrollaron por otros caminos: los gremios
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) (3)
Los gremios o cofradías (pag 76)
En los siglos XI y XII, las artes y habilidades técnicas necesarias – incluso para la construcción de catedrales – estuvo a cargo de los gremios, semejantes a los collegia de los antiguos romanos. Las cofradías habían sobrevivido desde la época romana como organizaciones religiosas y fraternales; cuando en el siglo XI se asocian al comercio y a los oficios artesanales, mantienen su carácter religioso. Los canteros y albañiles, responsables de la construcción de las catedrales, usaban sus propios talleres, situados junto a dichas catedrales, como locales de reunión donde celebraban sus ritos religiosos y fraternales. Con el tiempo, las técnicas de su oficio llegaron a formar parte de esos ritos, y, dado que muchas de tales técnicas se guardaban celosamente, las actividades del gremio de los albañiles fueron rodeándose cada vez más de elementos secretos, y el acceso a dicho gremio se hizo también más difícil. Este proceso se extendió a todos los demás gremios, y hacia el siglo XII se había introducido la costumbre de formar hermandades compactas que tenían por fin principal preservar los secretos y técnicas de sus respectivos oficios.1
Esto dio pie a que se montara un sistema de calificaciones para la admisión de nuevos miembros, equivalente del que tenían las escuelas catedralicias. Por regla general los gremios se preocupaban de mantener su arte a ciertos niveles, poniendo exigencias en la etapa preliminar del aprendizaje y un aprobada competencia antes de admitir a un nuevo miembro en el gremio o en la cofradía de maestros. Los gremios ejercían un virtual monopolio sobre la práctica del oficio. Se comenzaba como aprendiz, alrededor de los 13 años, etapa de unos 7 años, cuando se llegaba al 2º grado de competencia primaria. Luego sería elevado al rango de oficial. A partir de aquí su admisión en la sociedad de maestros dependía de la realización de una ‘obra maestra’ o tarea específica, que equivalía a un examen final. En todo este proceso iban entremezclados otros requerimientos menos aparentes, ritos secretos y cuasi religiosos. Tales requisitos servían para limitar la admisión de miembros en el gremio, de manera que la mayoría de los trabajadores permanecían toda su vida en el grado de oficiales.
Los gremios fueron el instrumento que permitió a Europa conservar sus conocimientos técnicos, y en muchos casos asimilaron y experimentaron nuevas ideas. Volvieron a dar vida, mediante un diligente estudio, a muchas de las prácticas de la antigüedad que parecían haberse perdido, y ellos mismos se convirtieron en fuente de la que brotaría gran parte del desarrollo científico posterior. Introdujeron innovaciones de musulmanes y mongoles, como la pólvora, la fabricación de papel y la escritura en letras de molde. Los fabricantes de papel se constituirán así en un gremio establecido, mientras las cofradías de escribanos utilizaban la invención china de las letras de molde para letras muy ornamentadas.
1 Ver ‘Education of master masons in medieval studies’ (Shelby)
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 4
2 Dialéctica significa método de buscar la verdad por la discusión, mientras que la lógica estudia los procedimientos para razonar correctamente.(Bowen II: 80)
Con el paso del tiempo los gremios crearon también una literatura propia, generalmente escrita en lengua vernácula, que en muchos aspectos resucitaba la antigua tradición de los manuales griegos y romanos. Los estudios gremiales, no obstante, siguieron formando parte de sus sistemas cerrados, y en sus esfuerzos por preservar este rasgo característico los gremios llegaron incluso a fundar sus propias escuelas elementales, destinadas específicamente a los hijos de sus miembros. De esta manera surgió en la educación un dualismo que había de perdurar durante siglos. Dos tradiciones marchaban a la par, una técnica y práctica, seguida por los artesanos, la otra verbal y teórica, propia de los clérigos. Con todo, en los siglos XII y XIII la tradición artesana fue eclipsada por la fomentada en las escuelas catedralicias, donde comenzaron a tratarse los aspectos más trascendentales de la investigación humana.(Bowen II: 79)
Las escuelas catedralicias 79
Las primeras escuelas, de los siglos IX y X, apenas hicieron nada más que seguir la tradición enciclopédica de Capella, Casiodoro e Isidoro. El primer intento de ampliar el programa de estudios habría ocurrido en la catedral de Reims, por parte de Gerberto de Aurillac que fue rector, hasta que fue elegido papa como Silvestre II. Instaura el programa completo de las artes liberales, entre ellas la dialéctica y la lógica, que aparentemente se confundían bastante en esa época, a pesar de sus diferencias2.
Gerberto utiliza textos clásicos de lectura, que explica en forma de comentarios, para el estudio posterior de la retórica por parte de sus alumnos. El método de Gerberto consistía en leer y enseñar textos latinos; una vez asimilados éstos, ponía a sus discípulos e manos de un sofista para que los ejercitara en el arte del debate y la oratoria. Pero el interés principal de Gerberto fue el quadrivium, en contraste con la tendencia de la época. Enseñaba matemáticas, música, astronomía, tratando de usar modelos mecánicos del firmamento, instrumento de cuerda, etc. Ciertamente este interés por las matemáticas debió ser estimulado por su permanencia en la España árabe, en contacto con el gran movimiento cultural que floreció por todos los territorios islámicos.81
La escuela de Reims, como todas las demás, dependía demasiado, como todas las demás, de la personalidad y prestigio académico de su magister scholarum. Cuando Gerberto es elegido papa, empieza la declinación. A la par, comenzaba a brillar con más fuerza la estrella de Chartres, de la mano de Fulberto.

Controversias y conflictos: el campo de la dialéctica 83
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 5
3 Seguramente incluye junto con éstas a las escuelas colegiales, que pertenecen con las catedralicias al clero secular. (Nota JCP)
4 El Obispo de Ostia Pedro Damián (1007-1072), antiguo asceta y abad benedictino, llegó incluso a negar toda utilidad a la dialéctica.
Al lado de las escuelas catedralicias3 seguían funcionando las escuelas monásticas. La aplicación de la dialéctica a las cuestiones religiosas, que fue la característica más sobresaliente del nuevo interés por el estudio, se llevó a cabo también en las escuelas monásticas, aunque en éstas las tendencias eran mucho más conservadoras que en las catedrales.
Algunos eruditos entrevieron el peligro potencial de la dialéctica4 aunque otros la usaron para demostrar las verdades de la fe. La facción conservadora, representada por Lanfranco, por Anselmo de Aosta y otros, en general los eruditos que no enseñaban en las escuelas catedralicias. La otra facción por su parte, podía especular con mayor libertad, de manera que comenzando en el siglo XI y continuando durante todo el siglo XII, las escuelas catedralicias llegaron a adquirir importancia por la mayor vitalidad del pensamiento, por un modo más emprendedor del pensamiento. En ese contexto tiene lugar la controversia nominalista sobre los universales, los debates sobre la dialéctica en los que interviene la escuela de Chartres, etc.
Abelardo y la controversia nominalista 86
El lenguaje escolástico fue un instrumento muy perfeccionado que se aplicó a una de las aventuras intelectuales de mayor fuerza y sutileza. Sin embargo, no era posible someter abiertamente a discusión algunos problemas (como sería la naturaleza de Dios) de manera que se seguían procedimientos indirectos y aplicados a preguntas aparentemente sencillas. Una cuestión que parece de poca importancia es la de la relación entre el objeto y la clase o especie a que pertenece. El problema surge en los escritos de Boecio, en el siglo VI, quien refería que Porfirio no había sido capaz de determinar si el género y la especie tenían existencia real o eran meras ficciones mentales. A finales del siglo XI este problema degeneró en una violenta disputa: la controversia nominalista. Se formaron dos bandos:
􀂉 La mayoría se mostraba partidaria del pensamiento ortodoxo de Agustín, según el cual el género y la especie tenían realidad independiente. Se llamaron realistas, de acuerdo a la terminología de la época, en clara oposición con los usos posteriores del término.
􀂉 Una minoría crítica inició la controversia afirmando que tales conceptos no eran otra cosa que simples abstracciones mentales, identificadas por medio de nombres. Parece que el que provoca el conflicto fue Roscelin o Roscellinus de Compiègne, quien enseñaba
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 6
que lo único que tenía existencia real eran los objetos individuales , mientras que los universales eran meras etiquetas verbales.
El nominalismo extremo de Roscelin se desviaba del neoplatonismo cristiano elaborado por Anselmo, por lo cual Roscelin fue recusado y condenado como hereje. Muchos eruditos trataron además de refutarlo teóricamente. Entre los más destacados estaba Pedro Abelardo.
Pedro Abelardo enseñó en la escuela catedralicia de Notre-Dame. A raíz de una violenta pasión amorosa con la joven Elísa, su tutor la recluye en un convento, mientras que el propio Abelardo hace lo propio en el monasterio de St.Denis. Fue acusado de violar las reglas monásticas por enseñar letras seculares, juzgado por hereje por un tratado sobre la Trinidad y quemado su libro. Su interés por el escrutinio dialéctico de temas teológicos no decreció, y aplicaría el método dialéctico a una gran cantidad de temas religiosos debatidos, organizando los argumentos a favor y en contra, según el método llamado de pro et contra.
Tras su condena, Abelardo estuvo quizás más solicitado como maestro y fundó una escuela en Quincey, a orillas del Sena, aunque se sabe que debió pasar algunos períodos en la escuela que había fundado en Troyes, siendo abad de St. Gildas. Los ataques contra Abelardo siguieron arreciando por parte de los conservadores, a cuyo frente se hallaba el poderoso abad cisterciense Bernardo de Claraval. Abelardo reaparece en la escuela catedralicia de París, contraatacando a Bernardo. Parece que los numerosos escritos de Abelardo suministraban material suficiente para los ataques de Bernardo. En una carta de éste a todos los obispos y cardenales de la curia, la corte papal en Roma:90
"Leed, por favor" ... ese libro de Pedro Abelardo que él llama libro de teología... Ved qué clase de cosas dice sobre la santísima Trinidad, sobre la generación del Hijo, sobre la procedencia del Espíritu Santo, y mucho más, todo ello extraño en grado sumo a oídos y menta católicas. Leed ese otro libro que llaman Libro de Sentencias y también el titulado Conócete a ti mismo, y ved como éstos también dan rienda suelta a toda una cosecha de sacrilegios y errores"
Cuando por fin Bernardo consigue que se lo convoque a juicio en Roma, Abelardo sufre un colapso en el viaje y muere en una abadía.
El rasgo esencial que caracterizó el conjunto de la obra de Abelardo fue su tentativa de aplicar la lógica a las doctrinas comúnmente admitidas y por distinguir claramente los problemas mismos de las palabras. En cierto sentido puede decirse que trató de purificar semánticamente la teología. En Glosas sobre Porfirio (Glossulae) pregunta
... si los géneros y las especies, mientras siguen siendo tales, han de tener alguna cosa sujeta a ellos por denominación, o si, en caso de que las cosas designadas llegaran a desaparecer, el universal podría todavía
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 7
existir consistiendo sólo en el significado del concepto, por ejemplo, el nombre rosa cuando no existiera una sola rosa a que se pudiese aplicar"
En opinión de Abelardo los ‘realistas’ habían cometido el error de confundir el objeto con su nombre. Abelardo refuta la tesis que sostenía que género y especie coexisten en el mismo objeto, pero también contradice a Roscelin, que sostenía que género y especie eran etiquetas. Abelardo distinguía entre clasificación lógica y especulación metafísica, y consideraba los universales como esenciales en el proceso mediante el cual el hombre podía dar significado a su experiencia. Los universales significan por denominación cosas existentes, pero sólo subsisten en el entendimiento en forma desnuda y pura: el entendimiento de los universales es absoluto, desnudo y puro ...92
Al hacer esta distinción entre experiencia y lenguaje Abelardo arrojó luz sobre uno de los problemas del pensamiento de su tiempo. Sería retomado en el siglo XII en la escuela gramatical de París.
... "Abelardo ofreció un notable ejemplo de valentía humana. La tradición y la costumbre, pilares necesarios de cualquier sociedad y especialmente de una Europa bárbara y luego feudal, pueden con harta frecuencia llevar al estancamiento y a la degeneración. Por ello han de ser constantemente examinadas. Esto es lo que hizo Abelardo pese a la oposición que encontró. Particularmente en la historia de la educación, Abelardo es uno de los ejemplos más sobresalientes de esa intransigencia del espíritu humano tan difícil de hallar, intransigencia que pone a prueba los límites de la creencia ciega, oponiendo a la tradición la crítica, al conservadurismo la creatividad. Si vida entera fue testimonio elocuente de la negativa a toda componenda en lo tocante a las exigencias de loa investigación, sin que le preocuparan las posibles consecuencias." 92-93
Contemporáneos de Abelardo y escuela de Chartres 93
Quizás el más eminente de los contemporáneos fue el canciller de la escuela catedralicia de Chartres, Gilberto de la Porrée. Desde sus comienzos a finales del siglo X bajo Fulberto, Chartres había logrado mantener el alto nivel de su escuela. Bernardo de Chartres ocupaba el cargo de magíster scholae y uno de sus discípulos fue Juan de Salisbury, que estudió en Chartres. Éste, en su Metalogicon, cuenta que Bernardo trataba de equilibrar la capacidad del estudiante con la diligencia del maestro. Así ‘espoleaba a unos con amonestaciones, a otros con azotes y castigos’. Los estudios se centraban en la gramática y la lectura de autores clásicos: ‘figuras gramaticales, matices retóricos y sutilezas sofísticas’ y ‘a cada estudiante se le exigía al día siguiente que disertara sobre algo de la materia oída al día anterior’ Bernardo ponía mucho interés en que sus alumnos dominen las reglas gramaticales............. Los más adelantados
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 8
5 Parece algo contradictorio; quizás deba entenderse como que demasiado prestigio de los obispos mermaría la autoridad papal? (Nota de JCP)
llegaban a realizar ejercicios de imitatio, escribiendo en el estilo de autores clásicos seleccionados. Junto con ello ‘los muchachos componían diariamente ejercicios escritos en prosa y poesía, y se inspeccionaban los trabajos mutuamente, comparándolos unos con otros’ 94
Gilberto de la Porrée fue una mente formidable e innovadora. Siguió los pasos de Abelardo y también fue perseguido, aunque gozaba de un gran prestigio entre sus contemporáneos. Pero fue acusado de herejía, específicamente de triteísmo, doctrina que negaba la unidad sustancial de la Trinidad y que en el siglo V había aparecido en la forma de monofisismo. Fue condenado, merced a una despiadada persecución del mismo Bernardo de Claraval. Pero la censura no logró borrar este género de especulación.
De hecho, este tipo de investigaciones cosmológicas estaba rápidamente convirtiéndose en característica principal de las escuelas catedralicias, y maestros tan destacados como Abelardo y Gilberto eran polos de atracción para un número creciente de jóvenes en las nuevas ciudades. Es claro que los dialécticos de las escuelas catedralicias no pretendían destruir la fe o demoler el orden.
Europa en esos tiempos tenía gran limitación de fuentes para investigar. Se ignoraba al mundo musulmán y aún al bizantino. Los libros de Aristóteles sobre la lógica, en su mayoría no se conocieron hasta el siglo XII. Y estaba la reacción de los elementos conservadores con fuerte representación en los monasterios, capitaneada por Bernardo, el monje más eminente del siglo XII.
La reacción. Bernardo de Claraval 97
La Iglesia estaba envuelta en la decadencia general iniciada en el siglo IX y que continuó en el X, por lo que no había consolidado su autoridad. La corrupción papal la había debilitado. En gran medida la autoridad y prestigio de la cristiandad occidental en el siglo X se debió al resurgimiento del monasticismo benedictino en Cluny. En el siglo XI la nueva prosperidad y el auge de la vida ciudadana, unidos a la voluntad reformadora de papas como León IX y Gregorfio VII, lograron restaurar la autoridad pontificias, mientras que el monasterio rural cluniacense se estancaba y relajaba. La actividad intelectual de las escuelas catedralicias, situadas en sus marcos monumentales, atrajo la atención pública. Algunos creyeron que ello podía representar una amenaza para la propia autoridad de la Iglesia.5 Una reacción conservadora fue iniciada por Bernardo de Claraval en doble dirección: mediante una nueva reforma benedictina y atacando el nuevo estilo de investigación dialéctica.
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 9
Nombrado a cargo del monasterio de Claraval, éste pasó a encabezar la reforma cisterciense.
La reforma cisterciense de los benedictinos trató de introducir cambios más fundamentales que los de Cluny en el siglo X, volviendo a la oración y el trabajo físico que reemplazarían a la liturgia y la música de Cluny. En principio, los monjes del Cister rechazaban toda ciencia profana y la orden no se distinguía por su nivel cultural. Había una biblioteca, consistente sobre todo en obras teológicas, pero no se estableció allí escuela alguna. La vida comunitaria y las tareas agrícolas en común permitirían al monje una permanente contemplación del estado de su alma: la vita contemplativa era la más importante de las actividades del hombre, por la cual podía llegarse a la más plena satisfacción estética. Era la doctrina del misticismo cristiano con la cual Bernardo esperaba conseguir la regeneración moral de su época. La regla de San Benito era cuidadosamente cumplida.
La reforma cisterciense influyó en la sociedad, especialmente en la nobleza, en cuanto siempre había algún hijo dispuesto a seguir la carrera y la reforma se inclinaba espontáneamente hacia le orden feudal conservador. En contraste con la creciente identificación de las iglesias con la vida comercial de las ciudades, lo que se evidenciaba en sus riquezas, Bernardo ofrecía la austeridad y ascetismo. Los monasterios estaban en los lugares más apartados e inaccesibles del campo, sin ornamentación y con el mobiliario mínimo. El choque con la iglesia secular era inevitable.
Bernardo era una de las mentes más brillantes de su época y se lo incluye entre los doctores de la Iglesia, pero mucha de su capacidad la usó para denigrar a las ciencias profanas y luchar contra el movimiento dialéctico en la educación, hasta llegar a frenarlo. No se podía empezar por la duda. Lo inicial era la intuición y la fe; luego podrían leerse autores paganos para reafirmarla.
Panorama de la educación 100
El interés por la dialéctica y la lógica fue lo más conspicuo – y que comprometió a los eruditos de mayor nota – de la educación en el siglo XI y principios del XI. Pero una apreciación equilibrada debe incluir también los proceso educativos más corrientes. La educación en las catedrales, colegiatas y escuelas monásticas permitió la formación de la mayor parte de los litterati de la época. Quizás sólo el 1% de la población accedía a la escolaridad e instrucción, restringida a los clérigos y jóvenes destinados a recibir las órdenes sacerdotales. Los métodos de enseñanza elemental seguían siendo los mismos de los tiempos clásicos y era corriente depender aún de Quintiliano. Su institutio oratoria del siglo I fue el primer manual sistemático de la educación, quedando durante un milenio algo mutilado, como único en su género. Bernardo aplicaba las normas del texto a su escuela catedralicia de Chartres. En ese momento aparece lasegunda obra importante: el Didascalon, escrito por Hugo de San Víctor. Gracias a este
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 10
6 Bowen dedica varios epigrafes al desarrollo de las ideas de Hugo. En nuestro caso nos limitamos a exponer algunas de las prnicipales, dado que excede el propósito de nuestra asignatura. Igualmente puede ampliarse en el texto original (Bowen II: pp. 100-115)
texto podemos tener hoy una idea de lateoría y práctica educativa en el siglo XII.
Una teoría sistemática de la educación: Hugo de San Víctor Didascalon. 101
Hugo de San Víctor (ca. 1096-1141) nacido en Sajonia, fue prior y director de la escuela del monasterio de San Víctor en París. Existía la necesidad de una teoría educativa sencilla, más acá de las controversias entre los eruditos. Siguiendo a Agustín, Hugo creía que la contemplación era la aspiración suprema del hombre. En el esquema de Hugo, esto resulta del estudio del mundo exterior, el siguiente paso es meditar sobre ese conocimiento, lo que revela el orden divino del cosmos y nos permite contemplar a Dios mismo. Para educar al clero y que siga estos caminos místicos, elabora un programa en tres tratados, siendo el Didascalon el más trascendente. El nombre era un reconocimiento a la herencia griega, siendo que por entonces el idioma ya era casi desconocido.6
Con respecto al sistema de aprendizaje, Hugo se vale de recursos para fijar los conocimientos en la memoria; las mnemotecnias se basan especiaolmente en un ordenamiento de la información y de las imágenes mentales: aunque las imágenes no son demasiado elaboradas, llama la atención sobre algunos aspectos interesantes, como es el recuerdo de la información dentro de la página de un libro, el color, el lugar y posición de las letras, aconsejando por ejemplo no cambiar de libro para que se fije siempre la misma imagen del texto.
De acuerdo a Bowen: A lo largo de todo este texto notamos que de hecho se conocían las avanzadas teorías sobre el entrenamiento de la memoria desarrolladas en la antigua Grecia y transmitidas a través de los siglos. Los tratados sobre el arte de la memoria, a cuyo género se llamaba Ars memorativa eran prácticamente desconocidos en la Edad Media, pero en la época de Hugo comienzan a reintroducirse en las escuelas catedralicias como parte de la educación.
El Didascalon fue un tratado completo sobre educación y tuvo gran repercusión en su época y más allá, tanto en la teoría como en la práctica educativas, difundiéndose rápidamente por las escuelas catedralicias, colegiales y monásticas.
En su libro De vanitate mundi, Hugo explica cómo ve él la mejor manera de proceder en una escuela114:
"Veo una concurrencia de estudiantes, en gran número. Los veo de todas las edades: niños, adolescentes, jóvenes, hombres maduros. También sus estudios son diferentes. Algunos ejercitan su inexperta
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 11
lengua en pronunciar nuevas letras y emitir sonidos extraños a sus oidos. Otros aprenden primero, escuchando, la flexión de sus palabras, su composición y derivación; luego las repiten entre ellos y, con la repetición, las graban en su memoria. Unos horadan las tabletas de cera con sus estiletes, otros trazan en los pergaminos conmano firme figuras de varias formas y diversos colores. Otros aú, con ardentísimo celo, parecen ocuparse en estudios más serios: argumentan entre sí, tratando de salir triunfante unos de otros mediante mil tretas y artificios. Veo a algunos que están contando, a otros que hacen vibrar una cuerda tensa sobre el puente de madera de un instrumento (musical), al que arrancan diferentes melodías. Otros más allá explican ciertos dibujos y figuras matemáticas. Otros describen claramente con instrumentos el curso y posición de las estrellas y las revoluciones del firmamente. Otros en fin, disertan sobre la naturaleza de lasplantas, la constitución de los hombres, las propiedades de las cosas y las virtudes".114
La obra de Hugo trajo dos importantes consecuencias. La primera fue la de dar a la práctica educativa una base teórica sistemática. La segunda, dar a la dialéctica un valor como instrumento para llegar a la primera esfera de investigación (cogitatio), base para escalar a la meditatio y por fin a la contemplatio. Ofrece una vida media entre los excesos de Aberlardo por una parte y de Bernardo por la otra.
Los esfuerzos de los conservadores fueron infructuosos para impedir el rumbo ideológico de los tiemos. Dentro de Europa las tendencias se inclinaban hacia el aristotelismo, aunque no fuera siempre conciente, como parecen mostrarlo los escritos de Hugo. Además, iba en aumento el contacto con la civilización madre de Europa, representada por las dos potencias orientales: Bizanci y el Islam. Los musulmanes de España se mostraron siempre relativamente tolerantes con los cristianos, y en los siglos XI y XII varios eruditos estudiaron en Toledo, Córdoba y otras escuelas muy superiores a las de la Europa cristiana.
A fines del siglo IX Europa comenzó a organizar ofensivas militares contra los musulmanes de Oriente. Guerras santas pedidas por el papa Urbano II en 1095, para defensa de la parte oriental del imperio y quizás para recuperar los santos lugares. La 2º cruzada partió en 1145 en respuesta a un llamado de Bernaardo de Claraval a Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania. Sin haberlo pretendido, Bernardo favoreció un mayor contacto entre Europa y el resto del mundo civilizado, cuya consecuencia duradera fue, irónicamente, una virtual invasión de las ciencias racionales y profanas en Occidente.
􀀉
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 12

GLOSARIO
Bernardo de Chartres. († ca. 1130) filósofo, erudito, canciller de la catedral de Chartres. Probablemente era de origen bretón. Poco de sus obras ha sobrevivido y casi todo que sabemos de él lo encontramos en citas de Juan de Salisbury u otros autores. Quizás la contribución más famosa de Bernardo es la cita: Somos como enanos subidos a los hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no por alguna distinción física nuestra, sino porque somos levantados por su gran altura.
Bernardo de Claraval (Clairvaux). (1090-1153) Monje asceta que encabeza la reacción conservadora contra los dialécticos de las escuelas catedralicias. Gestor de la 2ª cruzada (Bowen II: 97, 115)
Cabildo. Sociedad de canónigos que formaban un clero especial dentro de las catedrales o de iglesias, con el fin de ocuparse de sus funciones administrativas, cada vez más complejas. Aunque el cabildo no constituyó al principio más que un cuerpo de oficios puramente técnicos, pronto cambió su carácter y debió asumir otras funciones.(Bowen II: 74) Se distinguían los cabildos catedralicios y los colegiales, según que estuvieran en una iglesia con o sin sede episcopal.
Escuelas catedralicias. Escuelas que existían en las catedrales, iglesias con sede episcopal y cabildo. A partir del siglo XI adquieren un enorme prestigio, representando la avanzada del pensamiento filosófico.
Escuelas colegiales. En las iglesias sin sede episcopal pero con cabildo (Bowen II: 76)
Fulberto. Obispo de Chartres, el más eminente discípulo de Gerberto, fundó la escuela catedralicia hacia 990 y permaneció como director hasta su elevación al episcopado de esta catedral en 1006. Fue reconocido en toda Francia por su conocimiento de las artes liberales. Incluso enseñó medicina, que por entonces era una disciplina verbal, basada en textos de Aristóteles, de Galeno (del siglo II) y de algunos tratados árabes españoles.(Bowen II:82)
Gregorio VII (c. 1073-1085). Este Papa trata de imponer la supremacía eclesiástica sobre el Estado, mediante una nueva aserción de las teorías políticas derivadas de Agustín, en particular la Ciudad de Dios, entrando en conflicto con el emperador de Alemania Enrique IV, que se resistía a la injerencia del poder papal.(Bowen II: 72)
Imitatio. Ejercicios que se realizaban en la escuela (Bowen II: 94) escribiendo en el estilo de autores clásicos seleccionados.
Masonería. Desde la Edad Media existían en Inglaterra cofradías o logias de albañiles (masons, del francés maçon) que gozaban de un prestigio profesional notable. Organizados en diversas categorías, una de ellas era la de los que trabajaban la piedra blanda o de adorno, llamada freestone, de donde surgió el
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 13
término free-mason o francmasón. Originariamente se trató de una denominación gremial corriente. Pero en el siglo XVII en estas logias empezaron a aparecer personas sin relación con el oficio, «adoptados», que participaban en las ceremonias del gremio y en sus discusiones. Conforme decaía la masonería profesional («operativa»), cobraban más relieve los masones adoptados, hasta que en 1717 se constituyó en Londres la primera logia masónica «especulativa». Esta nueva masonería mantuvo muchos de los símbolos y rituales de la anterior. Así, las «tres luces» que inspiraban a los masones eran la escuadra, el compás y la Biblia. La ceremonia de ingreso en la logia comprendía un juramento de secreto que ha dado pie a muchas leyendas pero que en realidad recogía una fórmula completamente habitual en la Inglaterra medieval y moderna. Asimismo, los masones se organizaban en grados a la manera del antiguo gremio de albañiles: aprendiz, compañero y maestro. Otros símbolos masónicos enlazaban con las corrientes de pensamiento pitagórico o hermético; tal es el caso del triángulo y el número tres, símbolo de perfección y armonía. Pero lo realmente importante en la masonería del siglo XVIII fue el clima de tolerancia y fraternidad que creó entre sus miembros. Europa salía entonces de casi dos siglos de guerras religiosas y alteraciones políticas, que habían creado barreras infranqueables entre las distintas religiones y grupos sociales. A comienzos del siglo XVIII, muchos hombres anhelaban un ámbito de encuentro en el que poder dialogar libremente y trabajar por el bien de la humanidad. La masonería les ofrecía esta oportunidad, y eso explica su expansión fulgurante por todos los países de Europa e incluso por América. Al ingresar en la logia, los masones juraban su compromiso para construir un nuevo mundo basado en la sabiduría, la fuerza y la belleza. Fuente: National Geographic http://www.historiang.com/articulo.jsp?id=469074 Figura: Escuadra y compás es quizás el más conocido emblema masónico (de Wikipedia)
Metalogicon. Obra de Juan de Salisbury, ex alumno de Chartres. Es de interés didáctico su descripción de las enseñanzas de Bernardo en esa escuela catedralicia. (Bowen II: 94)
Monologion. Obra de Anselmo de Aosta
Porfirio de Tiro (232/233-ca. 304). Filósofo griego neoplatónico. En Atenas fue discípulo de Longino y en Roma de Plotino. Autor de una biografía de Plotino, de comentarios a Platón y a Aristóteles. Su Isagoge o Introducción al tratado aristotélico sobre las categorías, traducida al latín por Boecio, tuvo enorme repercusión en la Edad Media. Fue la base de la disputa sobre los universales. Porfirio acentúa las cuestiones éticas y religiosas; se ha dicho que su filosofía tiene por objeto principal preparar el alma, mediante la purificación ascética, para la contemplación del mundo inteligible y, en último término, de la Unidad. En Introductio in Praedicamenta, comentario de las Categorías de Aristóteles, describe cómo las cualidades atribuidas a las cosas pueden ser clasificadas; el diagrama lógico resultante es el ‘arbol de porfirio’. Ampliar: http://www.ferratermora.com/ency_filosofo_kp_porfirio.html y en http://es.wikipedia.org/wiki/Porfirio
Pro et contra. Método corriente en el siglo XI, usado por Ivo de Chartres, agrupando los argumentos a favor y en contra de temas controversiales, especialmente jurídicos y teológicos. Abelardo perfecciona el método,
Escuelas catedralicias, siglo XI (Bowen II-2) 14
dándole mayor precisión y aplicándolo al tratamiento dialéctico de las cuestiones teológicas, en su influyente obra Sic et Non (sí y no).
Silvestre II. Pontífice erudito. Conocido como Gerberto de Aurillac, comenzó sus estudios es el monasterio benedictino de Aurillac, luego acudió a la escuela catedralicia de Vic, en Cataluña, más tarde dirigió la escuela de Reims, donde implantó el programa de las 7 artes liberales, y con ellas la dialéctica y la lógica.(BowenII: 79-82)
Para seguir investigando:
Masones y relación con el oficio y gremio de albañiles. http://www.masoneria.org.es/historia.php . Origen de la masonería : http://www.lector.net/verfeb99/mason.htm . En el sitio masónico http://elmason.blogspot.com/2006/04/la-transicion-de-operativa-en.html se encuentra una historia y también videos que pueden observarse por internet.
Mnemotecnias. Los griegos habían desarrollado el arte de memorizar. Es muy famosa la anécdota por la cual Simónides, en la Magna Grecia, descubre el método de imágenes de los Loci. Luego fue utilizado en la oratoria romana. Giordano Bruno había aprendido el arte secreto y lo difundía como parte de sus conocimientos esotéricos, antes de ser llevado a la hoguera.