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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria

03 mayo, 2007

ROMA: LA REPÚBLICA

Resumen del texto de Bowen, Tomo I, capítulo VIII: “Roma: La República” por JCP para uso de la cátedra. (234-264)

Mientras ocurrían los cambios en el Oriente helenístico (vistas en el capítulo previo), las influencias ‘helenísticas’ habían ido difundiéndose igualmente por las regiones occidentales del mediterráneo, como consecuencia sobre todo de la colonización griega de las costas de Hispania, de la Galia y de la Italia meridional; aquí contactaron con los romanos, sensibles a muchos de los atractivos de la cultura griega. Pero, aún reconociendo la superioridad de esa cultura, los romanos trataron de componer con ella sin perder su propia identidad, lo cual no siempre se logró. El encuentro entre Roma y Grecia tendría una importancia capital y de sus consecuencias surgieron muchos de los elementos que la educación iba a integrar hasta llegar a constituir el fundamento de la cultura occidental.
El proceso estás relacionado íntimamente con la historia de Roma a partir del s V a.C.

Entre los primeros pobladores de la península que hoy es Italia estaban los etruscos, que se habían establecido desde el siglo X aC. en Italia central, provenientes de Asia Menor Occidental (según Herodoto). Los griegos en la Magna Grecia (golfo de Tarento, costa del Tirreno desde el Sur hasta Nápoli). Entre etruscos y griegos estaban los latium o Lazios, primero dominados por los etruscos y luego independientes.
Los romanos, habitantes de la pequeña ciudad-Estado de Roma (fundada según sus tradiciones en 753 aC) fueron ganando terreno e influencia en la península. Los contactos con Griegos (en Sicilia) y cartagineses (en África) le permitieron incorporar construcción de embarcaciones, el alfabeto y ciertas ideas filosóficas.
Las costumbres emanaban de su vida predominantemente agrícola. Las tradiciones, más arraigadas que la de los griegos (que eran más cosmopolitas) se organizaron en un corpus consuetudinario, el mos maiorum , acatado como autoridad subyacente a toda la vida romana, dando lugar al característico rasgo de su vida social: el respeto por la ley. La ley debió usarse para dirimir los conflictos prolongados ente patricios y plebeyos, para garantizar los derechos mediante disposiciones jurídicas. Un código (Ley de las 12 tablas) en el siglo V a.C se convirtió en el precedente de todo el Derecho romano. Un código previo, había sido redactado luego de un viaje de consulta a Atenas.
Las 12 tablas, aprendidas de memoria, constituyeron durante largo tiempo la base de la educación romana. Cicerón en el siglo I a.C. recuerda que:
‘En nuestra infancia aprendimos la ley de las 12 tablas por obligación; aunque nadie las aprende ya hoy”

El mos maiorum incorporó el contenido de las 12 tablas. También incorpoiraba otras dos instituciones importantes, como la patria potestas o derecho del padre de familia paterfamilias sobre los miembros de la misma. Así el mos maoirum era, con esas 4 instituciones, el aglutinante de la cultura romana, orientando la formación de los hijos de los romanos.
Las leyes hacían centro en la preservación de la familia y de la vida familiar. Los padres se encargaban personalmente de la primera educación de sus hijos. La herencia tenía un valor importante en ello; pero las tierras a heredar no eran infinitas, de modo que los romanos se fueron extendiendo por la península, conquistando la Magna Grecia (272 a.C) Sicilia (241 a.C.) y luego Cartago en África.
Los éxitos militares provocaron cambios: tierras y pueblos que administrar, tropas que mantener.. Los hijos que no podían heredar hallaron nuevas carreras posibles en el ejército y la administración del Estado. La ceremonia de los liberalia, celebrada el 17 de marzo los hijos de ciudadanos que habían cumplido los 14 años de edad eran presentados públicamente y provisionalmente admitidos en la sociedad adulta. En la ceremonia los jóvenes se despojaban de la toga de la infancia para revestir la de la edad adulta. Después de ello, muchos podían seguir una preparación militar de tres años.
La expansión del siglo III a.C. no indujo solamente al contacto con los griegos en calidad de vencidos, sino también en tanto que maestros. Los romanos hubieron de enfrentarse con la necesidad de asumir muchas de las realizaciones griegas con el fin de preservar los territorios recién ocupados. Y la aceptación de las ideas griegas dio lugar a la progresiva helenización de los romanos.
Marco Catón (234-149 a.C.) fue el prototipo de los ideales romanos, Escribe una colección de máximas destinadas a su hijo (Preacepta ad filium) en las que elabora el ideal de educación para el hombre bueno, experto en el hablar. Catón había intuido los peligros que para el estilo romano de vida entrañaba la adopción del más característico de todos los adelantos griegos, a saber, su estilo de educación.

La introducción en Roma de la educación griega 241

Las escuelas en Roma aparecen en un período incierto entre los siglos V y III a.C. En Bacchides, una comedia de Plauto (¿251-184 a.C) el tutor esclavo le recuerda a su joven señor todas las obligaciones que en años anteriores lo habían sometido a una disciplina: llegar a la palestra con el amanecer, ejercitarse en atletismo; de regreso a casa leer delante de su maestro, cuidando de no tropezar en una sola sílaba si no quería ser golpeado hasta quedar su piel manchada. La descripción se basa claramente en el modelo griego.
Los escritos de Cicerón (siglo I a.C) muestran cuán difundida estaba la creencia de que el influjo griego era remoto (según exagera Cicerón fue en el siglo VII a.C):

“En este tiempo, la república parece haberse familiarizado por vez primera con un sistema de educación importado. Porque lo que afluyó de Grecia a nuestra ciudad no fue ciertamente un riachuelo, sino un río bien caudaloso de cultura y de saber.” 242

Lo cierto es que el ejemplo griego influyó notablemente en los inicios de la educación formal en Roma; pero ello acaeció a través de los griegos establecidos en la Italia meridional en primera instancia, y no mucho antes de la época de Marco Catón. La Odisea, traducida al latín, pronto se convirtió en un texto escolar clásico y Homero sería el modelo literario244. A partir de ca. 200 a.C el sistema educativo romano se basó cada vez más en el modelo griego.
La enseñanza elemental parece haberse introducido con relativa facilidad. No era difícil conseguir esclavos griegos, que las familias ricas empleaban como litteratores (maestro de escritura equivalente al grammatistes de los griegos) y en ciertos casos copiando el modelo del paidagogos griego (en latín paedagogus.

La base jurídica de la vida romana y la necesidad de un aparato administrativo, hicieron a Roma particularmente sensible a los halagos de la retórica griega que se introdujo junto con la oratoria. También se introdujo la filosofía, con algunos griegos que se asentaron temporariamente en Roma. Hubo reacciones, como en 161, cuando el senado decretó la expulsión de la ciudad de todos los maestros de retórica y de filosofía; la retórica no se resintió tanto como la filosofía. Para contrarrestar el decreto Atenas envió a Roma a una delegación de tres destacados filósofos, consiguiendo restablecer el equilibrio a favor de la filosofía. Nuevamente Catón tomó las banderas contra la influencia griega.
El último intento contra las prácticas educativas griegas fue en el año 92 a.C. al decretar el senado la clausura de las escuelas de retórica, en un momento en que cosechaban éxitos en la capital más de 20 de esas escuelas. Entre los argumentos usados, dos censores implicados decían que rechazaban el ocio en el cual pasaban sus días los adolescentes. Según Cicerón, en realidad el decreto pretendía poner en entredicho que algunos docentes dedicados a enseñar según los modelos griegos, no tenían condiciones para ello, y sólo podían enseñar la osadía. pag. 247

La filosofía nunca se adueñó del espíritu romano en la misma medida en que lo hiciera en Grecia, si bien ulteriormente, ya en la era cristiana, el estoicismo atrajo a muchos seguidores, como Séneca y el emperador Marco Aurelio. La retórica y la oratoria eran más compatibles con el temperamento romano y siguieron prosperando. Junto con la tradición de los manuales, hacia el año 100 estaban profundamente implantadas en Roma como base de la E.S. Durante este período la hegemonía romana se había extendido hasta el Norte de África, parte de Europa occidental, Siria, Macedonia, Grecia (que cayó en 132 a.C.). De alguna manera reconstituye el imperio de Alejandro, pero bajo la hegemonía romana. Roma se hallaba en contacto permanente con todo el mundo mediterráneo, hasta los límites del mundo civilizado. Y toda esta extensa región estaba penetrada por los ideales helénicos; dondequiera que fueran los romanos se veían obligados a enfrentarse con la cultura griega. Atenas, Pérgamo, Rodas eran grandes centros del saber helénico. En Rodas enseñaba Posidonio de Siria, el primer estoico de su tiempo, quien recibió allí las visitas de Pompeyo y de Cicerón.
Los romanos terminaron ocupando la totalidad del Oriente helenístico, incluyendo Egipto que, tras un período de control indirecto se convirtió en territorio romano.


Cicerón, Marco Tulio (106-43 a.C).

Figura: "MARCUS TULLIUS CICERO". Fotogravado a partir del Busto en mármol en el Museo del Prado, Madrid. Representa a Cicerón aproximadamente a los 60 años,enelcenit de su carrera. (De Wikipedia)

Su impronta sobre la cultura fue tan importante que su siglo se llamó época ciceroniana. Implantó en las letras y en el pensamiento un estilo que permaneció como modelo hasta la caída del imperio, seis siglos más tarde. (Bowen I, 247-249) Estudió leyes y ejerció como abogado y político. Tuvo gran influencia de los griegos, habiendo completado su formación en Atenas y Rodas, con filósofos agnósticos y escépticos. Sus escritos son trascendentes: literarios, educativos, jurídicos, obras de oratoria, obras filosóficas de inspiración estoica. Fue la máxima autoridad romana en educación y en literatura.
Cicerón fue una de las figuras que pasan a ocupar el primer plano en la vida intelectual romana. Fue un producto de las influencias del helenismo, así como Catón había pertenecido al sistema antiguo, Cicerón nació en la época en que empezaban a gozar de aceptación los modelos griegos de educación y de cultura.
Respeta y es fiel al estilo romano, definido sobre todo en término de sus costumbres traqdicionales y de la adhesión a la autoridad de la ley. Pero no se podía desdeñar los logros de la civilización griega. Comparativamente Roma estaba poco evolucionada y tenía que copiar:
“Del mismo modo que acudimos ... a nuestros compatriotas para los ejemplos de virtud, así ... hemos de acudir a los griegos para los modelos de enseñanza” 249
De todos modos, ello no era óbice para que se procuraran evitar algunas de las costumbres griegas. Como a tantos romanos que veneraban el pasado tradicional, a Cicerón le disgustaban profundamente las actividades del gymnasion y, en estrecha relación con ellas, la pederastia y la inversión sexual que los romanos temían que se introdujeran en Roma, puesto que en Grecia iban frecuentemente asociadas a la educación. Los ejercicios que los griegos efectuaban desnudos resultaban absurdos. Cicerón sufrió las intrigas de un grupo de aventureros y fue al exilio por un tiempo, retirándose de la vida jurídica y política.

Su tratado sobre educación ‘De oratore’ contiene su defensa del saber griego. Fue el primer tratado romano acerca de la teoría y la praxis de la educación y contribuyó enormemente a fijar el rumbo que iba a tomar la educación romana. Inspirado hasta cierto punto en Isócrates, no suponía un gran avance respecto a las ideas del griego en su Antidosis, afirmando que la vida pública exige competencia y experiencia y que esta experiencia la proporciona sobre todo la pericia en el hablar.
En Roma, como antaño en Atenas, la vida pública era sobre todo verbal y se basaba especialmente en las relaciones directas y personales; el aprendizaje por medio de libros era poco frecuente. La actitud para formular ideas y presentarlas de forma clara y convincente constituía una ventaja.
Concebido en forma de diálogo entre cuatro personajes, De oratore resucitó los eternos argumentos a favor o en contra de esa forma literaria. Para Cicerón, el producto final de todo el proceso educativo lo constituye el orador, cuya gran cualidad distintiva consiste en una erudición paralela al desarrollo de un sentido ético que él llama humanitas, correspondiente hasta cierto punto al griego paideia.
Si bien el estudio de la oratoria podía emprenderse luego de una educación general, Cicerón no presta gran atención a la educación elemental. La oratoria se distingue de la retórica en el sentido de que la primera es el aspecto activo, de realización, mientras que la segunda es el aspecto de preparación, de previa ordenación y organización de los materiales. Además de la gran cultura necesaria, se presta atención a la voz y al porte. El estudio tiene tres formas distintas: leyendo y comentando las lecturas, redactando discursos de ensayo, y participando en juicios ficticios[1].
Las ideas y pautas educativas de Cicerón se impusieron en Roma y perduraron. No eran muy diferentes a las que los griegos habían implantado en todas las regiones del Mediterráneo oriental y del Oriente helenístico.
Pero la inquietud de los romanos por el predominio griego en educación nunca se disipó totalmente. Después de los decretos de 161 y 92 a.C., hubo una progresiva tendencia a la latinidad, debida al mayor nivel cultural del pueblo. Aún así, eran muchos los romanos que aprendían y dominaban el griego, que eran enseñado por lo menos como un segundo idioma cultural. En su réplica a Bruto en el momento de ser asesinado, César no le habló en latín sino en griego. El griego parecía más adecuado para la formación del espíritu, según opinión de ciertas autoridades. Pero en los últimos años de la república el latín fue convirtiéndose en el principal idioma de la educación. Puede decirse pues, que al parecer se enseñaban tanto la lengua latina como la griega, y que la primera iba independizándose a medida que se aproximaba a su madurez desde el punto de vista literario.

Otros epígrafes del capítulo:

La cultura popular (pág. 254)
La instrucción elemental (pág. 256)
La escuela de gramática (pág. 261)
La escuela de retórica (pág. 262)


[1] Aparecen recursos que hasta hoy tienen valor en educación. Pueden considerarse formas de educación activa (JCP)