Los sucesos relacionados con la expulsión de los judíos de España, concretada en 1492, reciben un trato preferencial de los historiadores. En cambio, la persecución que sufrieron los que residían en Portugal o se afincaron allí después de su expulsión de España, concentran menos atención.
El 31.10.1497, hace exactamente 511 años, se concreta la expulsión de los judíos de Portugal después que el rey, en alianza y dependencia estratégica de los Reyes católicos españoles, les diera un plazo para convertirse al cristianismo.
Existieron poblaciones judías en Portugal antes de que se estableciera como país, en la época romana o incluso antes. Con la caída del Imperio Romano, los judíos fueron perseguidos por los visigodos y otros reinos cristianos europeos que controlaban la zona por aquel entonces.
OPORTO, Portugal (AP) _ Pocas personas lo sabían, pero los oscuros callejones medievales de este puerto sobre el Atlántico alguna vez sirvieron de refugio para una minoría perseguida cuyos miembros podían ir a la hoguera si los descubrían.
En el siglo XVI, una casa de muros gruesos como tantas otras, que aún se alza entre una hilera de edificios estrechos a lo largo de una calle adoquinada, ocultaba un secreto peligroso. En la parte trasera, una escalera estrecha conducía a un laberinto de callejones, ideal para las actividades conspirativas que permitían mantener con vida una religión prohibida. http://www.elreloj.com/article.php?id=16112
Una de las familias que tuvo que emigrar a Holanda fue la de Baruch Spinoza, quien sería un inolvidable filósofo judío. A su vez, por su ideas liberales y tolerancia hacia otros credos, fue excomulgado de su propia religión. Para nosotros, hoy, es un símbolo de sabiduría y tolerancia, como lo manifestara en su momento Einstein.