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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria

09 junio, 2007

Tasso: Jerusalén liberada




Tasso, Torquato (1544-1595) poeta de la época de la contrarreforma. Su extenso poema épico Jerusalén liberada, ambientado en el asedio de ésta durante la Primera Cruzada. Padeció una grave enfermedad mental, probablemente una esquizofrenia.

Figura 1 Retrato de Tasso
Fig. 2: Retrato sobre azulejos de cerámica en Sorrento (ambos de Wiki)


Jerusalén liberada es un poema épico en octavas reales, estructuradas en 20 cantos, cuyo asunto es el asedio de Jerusalén durante la Primera Cruzada. El tema -la defensa de la fe cristiana- está en consonancia con las preocupaciones de la Contrarreforma, y del deseo de unión de la Cristiandad ante la amenaza del Imperio Otomano. Aun con el texto concluido, Tasso no se resolvió a publicarlo, pidiendo el consejo de autoridades tanto en lo estilístico como en su ortodoxia religiosa. La revisión del poema atormentó a su autor durante varios años.


Sandro Botticelli (1445-1510)

Figura: Madonna of the Magnificat c.1485; Tempera on Panel, Galleria degli Uffizi, Florence (from Tim Sullivan Tomado de http://www.ibiblio.org/wm/paint/auth/botticelli/ )

'Botticelli' era en realidad el apodo del artista florentino Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi.
Su cuadro ‘La Primavera’ (1478) es icono de la renovación primaveral del Renacimiento florentino. Se convirtió en el máximo intérprete del neoplatonismo de la época, con su fusión de temas cristianos y paganos y su elevación del esteticismo como un elemento trascendental en arte. Botticelli opta por la gracia, esto es, la elegancia intelectual y exquisita representación de los sentimientos. En estas obras la influencia del realismo gótico está atemperada por el estudio que Botticelli hace de la Antigüedad. Pero los temas son fascinantes por su ambigüedad; sus complejos significados siguen recibiendo atención de los eruditos, centrándose principalmente en la poesía y la filosofía de los humanistas contemporáneos del artista. Acerca de la obra ver:

Arco de Constantino



Este Arco de triunfo se encuentra en Roma, entre el Coliseo y la colina del Palatino.
Se erigió para conmemorar la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvian, en 312. Esta victoria está muy unida al famoso sueño del emperador y a su conversión.
Para su decoración, se expoliaron otros arcos de triunfo y monumentos; las columnas son de época flavia, hay esculturas de Trajano y los tondos son adrianos. También hay relieves de la época de Constantino: una representación minuciosa de una batalla en una franja que recorre el arco, y representaciones de la victoria.
Es uno de los modelos usados por los renacentistas para su retorno al clasicismo.

Donatio Constantini

Constantino: Donación.
El avance en el análisis de los textos fue una característica del Humanismo. Quizás el más resonante caso es la demostración de la falsificación de un documento de donación atribuído al emperador Constantino.
Se conocía desde hacía siglos un Decreto imperial apócrifo atribuido a Constantino I, según el cual, al tiempo que se reconocía al Papa Silvestre I como soberano, se le donaba la ciudad de Roma, así como las provincias de Italia y todo el resto del Imperio Romano de Occidente. La autenticidad del documento fue puesta en duda ya durante la Edad Media. Pero fue el humanista Lorenzo Valla en 1440 quien demostró definitivamente que se trataba de un fraude de la curia romana: a través del análisis lingüístico del texto demostró que no podía estar fechado alrededor del año 300.
(Tomado de Wikipedia. Se puede encontrar el texto del documento de la Donatio Constantini en el sitio http://es.wikipedia.org/wiki/Donaci%C3%B3n_de_Constantino

Caída de Constantinopla: 1453











Caída de Constantinopla (1453). La caída de la capital bizantina en manos de los turcos otomanos, fue el suceso que, según algunos historiadores, marcó el fin de la Edad Media en Europa y el fin del último vestigio del Imperio Bizantino y de la cultura clásica.
La caída de Constantinopla causó una gran conmoción en Occidente, se creía que era el principio del fin del cristianismo. Se confiaba en la resistencia de las murallas y se creía imposible que los turcos pudiesen superarlas. Hubo intentos para formar una nueva cruzada que liberase Constantinopla, pero ninguna nación pudo ceder tropas en aquel tiempo. Con Constantinopla, y por ende el Bósforo en manos musulmanas, el comercio entre Europa y Asia declinó súbitamente. Ni por tierra ni por mar los mercaderes cristianos conseguirían pasaje hacia India y China, de donde provenían las especias usadas para conservar los alimentos y artículos de lujo, y hacia donde se destinaban sus mercancías más valiosas. Así se empezó a buscar una ruta alternativa que culminaría Colón.
Figuras: Asedio de Constantinopla, pintura de 1499 y sitio de Constantinopla, por Jean Chartier, siglo XV, Biblioteca Nacional de Francia (tomadas de Wikipedia).

RENACIMIENTO (Peter Burke)


BURKE, Peter (1993): El Renacimiento. Barcelona: Editorial Crítica (Orig.: The Renaissance, Macmillan Education, Ltd. London, 1987). Cap 1 y 2, pp 7-48 Selección, resumen y notas para uso de la cátedra.
Peter Burke. Inglés (N: 1937) educado por los jesuitas en Oxford. Es reconocido como historiador especialmente de los tiempos modernos tempranos, además de ser uno de quienes enfatiza la relevancia de la historia social y cultural.


1
EL MITO DEL RENACIMIENTO
Los historiadores actuales ponen en tela de juicio los espectaculares contrastes que se señalan entre la Edad Media y el Renacimiento, que no tienen en cuenta las innovaciones que se realizaron durante la Edad Media, la pervivencia de actitudes tradicionales en el siglo XVI y más tarde. También los personajes del Renacimiento – como los relata el mito – son sobrehumanos. El mismo relato explica y justifica a la vez el mundo moderno. Es un relato simbólico, en el sentido que describe un cambio cultural utilizando las metáforas o alegorías del despertar y del renacer. Se trataba de un retorno a la edad de oro (la Antigüedad – que vuelve a emerger de la edad oscura.
El movimiento que se describe era de carácter intelectual y artístico más que político o religioso. Pero, como otros hijos que se rebelan contra la generación de sus padres, esos hombres tenían contraída una gran deuda con la Edad Media que tan a menudo denostaban. A la fórmula de la restauración de las artes y del resurgimiento de la Antigüedad clásica, los historiadores ‘pro renacentistas’ como Burckhardt (siglo XIX) le agregan el individualismo, realismo y modernidad. Estos historiadores del siglo XIX creaban así su propio mito de una edad de oro. Pero esta visión se ha erosionado, especialmente por la investigación de los medievalistas, cuyos argumentos se pueden resumir en dos líneas:
En primer lugar, los llamados ‘hombres del Renacimiento’ eran en realidad bastante medievales. Su pensamiento y conducta eran más tradicionales y vecinos a lo que ellos llamaron la ‘época oscura’. Incluso hasta ‘El Príncipe’ de Maquiavelo (mucho más tardío) pertenece hasta cierto punto a un género medieval, el de los ‘espejos’ o libros de aviso para gobernantes.
En segundo lugar, el Renacimiento no fue un acontecimiento singular; existieron varios ‘renacimientos’, especialmente en el siglo XII y en la época de Carlomagno. Para Toynbee es un error en cuanto consideramos un acontecimiento único lo que en realidad no es más que una manifestación concreta de un fenómeno histórico recurrente.
Para Burke puede aceptarse el término Renacimiento no como una aislada ‘época de oro’ milagrosa, ni como la súbita aparición de la modernidad, sino para referirnos a un determinado cúmulo de cambios en la cultura occidental, como un concepto organizativo que aún tiene utilidad.
2
Italia. Resurgimiento e innovación
Observando el curso del cambio cultural italiano en los tres siglos que van del 1300 al 1600, veremos que los logros fueron colectivos, dado que se trabajaba en pequeños grupos y que cada generación creaba a partir de las obras de sus predecesores. En su mayoría eran varones. Un buen punto de partida puede ser destacar el entusiasmo por imitar la Antigüedad en diferentes campos. En la arquitectura es más obvia la recuperación de las formas griegas y romanas. En Italia se conservaban más o menos intactas diversas construcciones clásicas, como el Panteón, el Coliseo, el Arco de Constantino y el teatro de Marcelo, todas éstas en Roma.
Figura: Panteón (Roma)
A la vez, las condiciones climáticas permitían la imitación de estos edificios. Generaciones de arquitectos fueron a Roma para imitar los principios sobre los cuales estaban construidos los monumentos, además de contar con un tratado de arquitectura de Vitrubio donde explicaba las reglas para el uso correcto de las ‘tres órdenes’, es decir las columnas dóricas, jonias y corintias. Mientras muchas obras continuaron la línea clásica, Bramante rompe con la tradicional planta cruciforme de las iglesias medievales, para adoptar la planta circular de un templo romano. De allí el apelativo de Tempietto de la iglesia dórica que construyó.
En el caso de la escultura, sin contar con un tratado, los modelos clásicos sirvieron. Los nuevos géneros de la escultura renacentista eran por lo general reediciones de los géneros clásicos, como los bustos, los monumentos ecuestres y las figuras o grupos con representaciones de la mitología, como el Baco de Miguel Ángel.
Figura: La Primavera (Botticelli)

Con respecto a la pintura fue más difícil encontrar modelos. La pintura clásica era casi desconocida en la época y continuó siéndolo hasta las excavaciones de Pompeya, a finales del siglo XVIII. Los pintores hacían que sus modelos posasen al estilo de las esculturas clásicas más famosas, o trataban de reconstruir las pinturas clásicas pérdidas a partir de las descripciones presentes en textos literarios. Lo mismo se intentó en la música, intentando recrear el viejo estilo a partir de fuentes literarias clásicas. Se estimula el retrato como género independiente, imitando cabezas de emperadores que aparecían de perfil en las monedas romanas, y se prolongaban a manera de busto por debajo de los hombros. No fue hasta 1500 cuando Leonardo, Rafael y otros prescindieron de este convencionalismo para producir obras sin ningún precedente clásico, en las que el modelo aparecía de frente o mostraba tres cuartas partes de su rostro, o con planos de medio cuerpo o de cuerpo entero, sentado o de pie, conversando con sus amigos o dando órdenes.
En la pintura se produjo el crucial re-descubrimiento de las leyes de la perspectiva lineal. Se supone que las leyes eran conocidas por los antiguos, pero se habían perdido y fueron vueltas a formular por Brunelleschi y sus amigos. Esto pone de manifiesto la afinidad entre ambas épocas y sugiere que estos paralelismos no pueden explicarse sólo en términos de imitación. La preocupación por hacer obras que se parecieran a la realidad, fue llamada ‘realismo’, pero éste es un término relativo, lo mismo que la aparente ‘fidelidad a la naturaleza’ en cuanto la representación del mundo significa siempre aceptar unos valores determinados y rechazar otros.
En esa época las pintura, escultura y arquitectura eran llamadas ‘artes mecánicas’ (a pesar de las quejas de Leonardo y otros), junto con la agricultura, técnicas textiles y de navegación. Aún gozaban de mayor prestigio las ‘artes liberales’ y eran esas ‘buenas letras’ (lengua, literatura y enseñanza) lo que debía florecer. El sesgo de la información que nos llega es porque los artistas sólo nos dejan sus obras, y escasamente dejan escritos su pensamiento acerca del arte, mientras que son los escritores los que dejan testimonio escrito. Las artes mecánicas y las artes liberales son las dos vertientes del Renacimiento, que veremos más abajo.
El idioma básico que se benefició de ese renacer no fue el italiano, sino el latín clásico. El latín medieval se consideraba bárbaro, por lo cual la ambición ahora era usar un latín digno de Cicerón. Pasaron más de 100 años desde las primeras comedias renacentistas en latín clásico hasta sus equivalentes en italiano. Los intelectuales recuperaron también los principales géneros literarios de la antigua Roma: la épica, la comedia, la oda, la pastoral, etc. Petrarca escribió una epopeya en latín, África, basada en la vida del general romano Escipión el africano, imitando la Eneida de Virgilio, en la que se narran hazañas heroicas siguiendo una serie de convenciones, entre ellas empezar por la mitad, con posteriores flash-back y alternar hazañas en la tierra con el consejo de los dioses.
La Jerusalén liberada, de Tasso (1581) narra la primera cruzada; es una de las epopeyas renacentistas más profundamente cristianas y clásicas a la vez.
Con frecuencia las ideas se plasmaban en forma de diálogos, inspirados en la obra de escritores antiguos como Platón y Cicerón.
La educación Humanista
Humanismo es un término algo elástico. El adjetivo ‘humanista’ se originó en el siglo XV y formaba parte del argot de los estudiantes universitarios, que designaban con ella al profesor de ‘humanidades’, de los studia humanitatis, antigua expresión romana que englobaba un conjunto de cinco disciplinas: gramática, retórica, poética, historia y filosofía moral.
¿Qué era lo específicamente humano de las humanidades?. Una explicación es que ‘perfeccionan al hombre’. La idea fundamental era que el hombre se distinguía de los animales en primer lugar por su capacidad de hablar, y por lo tanto distinguir el bien del mal. Por eso era fundamental el estudio de las materias del lenguaje y la ética. La hstoria y la poesía se consideraban ética aplicada, enseñando a seguir los buenos ejemplos.

Así pues, parece evidente que entre los estudios que el movimiento humanista consideraba importantes no se encontraba la ciencia (y que a la sazón se conocía como ‘filosofía natural’). Sin embargo, algunos humanistas destacados, como Alberti, estaban interesados en las matemáticas. Sea como fuere, la recuperación de textos de los antiguos sobre matemáticas, medicina, astronomía, astrología y magia, formaba parte del programa humanista. De manera que hubo un Renacimiento matemático, científico e incluso mágico.
También se intentó imitar el sistema educativo de la antigua Roma. Entre los pioneros: Vittorino da Feltre, en Mantua, Guarino da Verona. Con el nuevo sistema se enseñaba a los alumnos a hablar, leer y escribir en latín clásico, lo que significaba primar las humanidades en detrimento de otras disciplinas, especialmente la lógica, atacada por ser considerada fútil, ‘meros sofismas’ y de necesitaba el empleo de términos técnicos ‘bárbaros’ (es decir, no clásicos) tales como sustancia, accidentes, esencia, etc.
También se podía estudiar griego clásico en algunas escuelas y universidades, pero con menos entusiasmo. Los primeros profesores eran refugiados procedentes del imperio bizantino, a medida que los turcos se iban apoderando de territorios, mucho antes de la caída de Constantinopla. La lectura de obras en griego puso en tela de juicio las traducciones latinas de los textos clásicos, algunos a través de versiones árabes. Se niega que Aristóteles predicara la inmortalidad del alma, poniendo en entredicho toda la síntesis tomista. Incluso los textos latinos tenían diferencias según el copista o las interpretaciones. Esto provocó el desarrollo de técnicas de crítica textual. Por ejemplo se logra demostrar que la ‘Donación de Constantino’, mediante la cual el emperador cedía el centro de Italia al papa y a sus sucesores, no sólo no era de Constantino, sino que había sido escrito varios siglos más tarde.
Los humanistas se sentían muy próximos a los grandes romanos, mientras estaban preocupados por la corrupción de la lengua resultado de la invasión de los bárbaros. La empresa más ambiciosa era la restauración de la antigua Roma. No sabemos hasta qué punto esto era una metáfora. Pero muchos humanistas creían, al igual que los antiguos, en una historia cíclica, como una reencarnación o reaparición de otra época anterior.
Uno de los conceptos claves era el de ‘imitación’, no tanto de la naturaleza sino de los grandes escritores y artistas. (¿Paradójico?) Aunque nosotros pensamos en este período como de innovación y originalidad, los hombres de entonces resaltaron su admiración de los mejores modelos antiguos, aunque la imitación no significara esclavitud. Para usar una de las metáforas de la época, imitar no era remedar, sino que consistía en asimilar el modelo, convirtiéndolo en propio y, a ser posible, superarlo. Son varios los ejemplos (en arte o literatura) de falsas antigüedades que eran producidas por Miguel Ángel u otros humanistas. A su vez, se alzaban algunas críticas contra la imitación demasiado servil.
En realidad, Italia y el mundo habían cambiado. Y los humanistas se hallaban mucho más cerca de lo que creían distante (la Edad Media) y más lejos de los que creían próximo (la antigua Roma, de esclavos, senadores, legionarios, latifundios). Pese a su rechazo del pasado reciente, del arte ‘gótico’ de la filosofía escolástica y de la latinidad bárbara, se halaban formados en esa cultura bajomedieval y en muchos aspectos aún pertenecían a ella. Acostumbrados como estaban a la escritura gótica, no les resultó nada fácil leer las antiguas inscripciones romanas. La obra de Ariosto ‘Orlando Furioso’ aunque tratado con demasiada ironía, tiene deuda con la épica clásica pero también con los romances medievales, especialmente del ciclo de Carlomagno (Orlando no es otro que el héroe Rolando); una obra tal sólo puede haber sido escrita por alguien que pertenecía a ambas tradiciones y a ninguna de las dos. El distanciamiento irónico es la única alternativa para un hombre con un pie en cada orilla.
Uno de los inconvenientes que encontraron los escritores renacentistas (especialmente historiadores), es que el latín no tenía palabras para Lombardía, güelfos, gibelinos, musulmanes, artillería, etc. , de manera que no fue posible verter todo el material disponible en un molde clásico.
Las contradicciones eran mayores en religión. Los humanistas eran cristianos, no paganos. Muchos eran clérigos, otros trabajaban al servicio de papas u obispos, uno de ellos se convirtió en papa (Enea Silvio Piccolomini: Pío II), otros diseñaron iglesias o escribieron sobre teología. Esto explica los ‘híbridos culturales’: clásicos en algunos aspectos y cristianos en otros. Por ejemplo, un teólogo humanista podía llamar templo a la iglesia o referirse a la Biblia como un oráculo. Ahora se discute si eran paganos que aparentaban ser cristianos o cristianos que aparentaban ser paganos.
Existía una cierta tensión entre los valores clásicos y los cristianos, que ya se había producido en los albores del cristianismo. Los padres de la Iglesia pertenecían a las dos culturas y trataron de armonizar Atenas y Jerusalén. Jerónimo soñó que era juzgado por ser no cristiano sino ciceroniano. Los padres de la Iglesia resolvieron el conflicto mediante un compromiso, curiosamente expresado por San Agustín en el episodio del ‘expolio de los egipcios’:
"El Nuevo Testamento nos dice que cuando el pueblo de Israel abandonó Egipto se llevaron consigo el tesoro de los egipcios, y de igual manera, los cristianos pueden hacer suyo y adaptar según sus costumbres todo cuanto de valor hubiese en los clásicos paganos"
En todo caso, algunos cristianos primitivos creyeron que los griegos antiguos conocían la verdadera doctrina gracias a los judíos.
Este compromiso resultó sugerente a los humanistas, cuyo problema era diametralmente opuesto: reconciliar la cultura cristiana ocn los redescubrimientos clásicos.

Sin embargo, y por muy profundo que fuese el resurgir de la Antigüedad, éste no se llevó a cabo para sustituir al cristianismo. Y esta afirmación implica, por otra parte, desdibujar la distinción entre Renacimiento y Edad Media, ya que las formas clásicas habían sido imitadas (como el nombre lo indica) por el arte románico en los siglos X y XI y también porque en monasterios y universidades medievales se estudiaban los poetas clásicos. No deberíamos contemplar el Renacimiento como una ‘revolución cultural’ sino como un desarrollo gradual donde algunos se sentían insatisfechos con algunos elementos de la cultura bajomedieval y más atraídos por el pasado clásico.
Figura: Florencia Una ciudad en la Toscana
Por qué razón un movimiento de tales características surgió en el norte y centro de Italia, en ese momento y en cuáles eran las condiciones? Roma era el objeto de veneración: Virgilio más que Homero, el Panteón más que el Partenón. Los vestigios de la antigüedad eran familiares a los italianos, algunos de los cuales se consideraban descendientes y donde la tradición clásica no fue nunca algo remoto.
¿Por qué el movimiento ocurre en esta época?. La respuesta más obvia es el desarrollo de las grandes ciudades en los siglos XII y XIII, la consecución del autogobierno, la prosperidad. Se aprecia una creciente afinidad con los romanos. Las oligarquías mercantiles quisieron ser independientes del poder papal tanto como del emperador. Los estamentos dirigentes de las ciudades empezaron a considerarse a sí mismos como cónsules o patricios y los ayuntamientos como equivalentes al senado; las amenazas de otros poderes o ciudades les hicieron concientes del valor a la libertad.
En cuanto a la base social, el Renacimiento fue un movimiento minoritario urbano. Las alabanzas a la campiña surgieron de hombres de la ciudad; los hombres eran la cabeza visible, aunque muchas mujeres funcionaran como mecenas (¿por qué no inspiradoras aunque no lo diga Burke?). Algunas mujeres reconocieron que los humanistas varones no las trataban en pie de igualdad. Dentro de los varones de la ciudad, el resurgir de la antigüedad (el Renacimiento) interesó a tres grupos minoritarios:
♣ Los humanistas (escritores, cultores de las artes liberales) que en general eran profesionales, maestros o notarios: Petrarca, Tasso, Poliziano, Ficino …
♣ Los artistas (cultores de las artes mecánicas), en su mayoría reclutados entre los hijos de artesanos y tenderos de la ciudad: Leonardo, Brunelleschi, Botticelli, Masaccio …
Burke Renacimiento 7
♣ Los miembros de la clase dirigente, patricios, prelados o príncipes que extendían su mecenazgo a las nuevas formas de arte y saber
Hasta qué punto humanistas y artistas compartían los intereses no está claro. Algunas obras muestran la posible intervención de ambos grupos, como La Calumnia o la Primavera de Botticelli que supone conocimiento de la literatura clásica. Alberti fue uno de los pocos que tendieron un puente entre esas dos culturas. Incluso Leonardo, a pesar de la diversidad de sus intereses, permaneció en una de las dos orillas. El ‘hombre universal’, maestro en todas las cosas, era un ideal del momento, pero resulta difícil encontrar personas que encarnen ese ideal, a pesar de que la presión por la especialización era mucho menor que en la época actual.
En resumen, el resurgir de la Antigüedad representaba una cosa diferente para cada grupo social, cada ciudad, o a lo largo de diferentes períodos de tiempo. En el siglo XIV Petrarca pertenecía a la cultura medieval, pese a su rechazo de algunos aspectos y tuvo influencia de Avignon, donde se encontraba en ese momento el papado. En el siglo XVI, gracias a la imprenta, la difusión de la cultura clásica era ya grande, introduciéndose en las escuelas, mientras que se pone de moda coleccionar estatuas clásicas, encargar retratos, construir sus residencias en la ciudad o sus villas en el campo según el ‘antiguo’ estilo. Durante el período los objetivos de los escritores y artistas fueron cambiando gradualmente. Asimismo, hacia el 1500, el movimiento innovador se convirtió en parte del establishment, rutinizado, incorporado a la tradición. Seguía siendo novedad solamente fuera de Italia.

06 junio, 2007

Rueda de la Fortuna


Rueda de la Fortuna. Simbolismo muy común en la astrología y el Tarot (donde constituye uno de sus arcanos) usado desde la Antigüedad y luego en la Edad Media.

La rueda representa la posibilidad de ascensión y de satisfacción momentáneas, tal como los ciclos de la naturaleza, las estaciones del año, que se repiten pero nunca permanecen más tiempo del debido.

El ser humano, ignorante de las posibilidades de actuar en armonía con el flujo de los acontecimientos, o con las compensaciones naturales del ambiente en el que vive, vaga víctima del azar.

La Edad Media recibió la imagen de la rueda a través de la obra de Boecio y Ramón Llull.
Llull compara la fortuna con los grupos sociales de la época, muestra que las glorias del mundo son fugaces y que el burgués que peca por avaricia y lucro será castigado. En su 'Doctrina Pueril' Llull usa la metáfora de la Rueda de la Fortuna con los diversos oficios, donde el burgués que está en el lugar soberano, caerá para abajo.

La cantidad de sitios de la rueda, así como los personajes que los ocupan, son variables (pueden ser astros, el dios asociado a cada uno, un paradigma de cada virtud o vicio, etc.). La rueda es central en la cantata ‘Carmina Burana' de Carl Orff.


Figura: Miniatura que representa una rueda de la fortuna en el libro manuscrito ‘Hortus Deliciarum’ (Jardín de las Delicias) de Herrad de Lansberg (Alsacia siglo XII). http://es.wikipedia.org/wiki/Laberinto_de_Fortuna

05 junio, 2007

ESCOLASTICISMO



ESCOLASTICISMO
Bowen, J. :
La edad del Escolasticismo,
Tomo II, capítulo V, pp 197-245.
(Resumen y notas JCP para uso interno de la cátedra)
Figura: Busto de Aristóteles (Tomado de Wikipedia)
Comienzos de la controversia
Disputa sobre Aristóteles

En la segunda mitad del siglo XIII, las universidades europeas, especialmente las controladas por el papado, se vieron envueltas en una violenta disputa. El centro era París, donde se discute el derecho a enseñar las nuevas ideas de Aristóteles recién conocidas. Según algunos, entre ellas la metafísica y la filosofía natural eran heréticas. La aceptación directa equivalía a dar por tierra con la base metafísica agustiniana, mermando la autoridad de la iglesia y dando pie a una explicación naturalista y racional del universo. La controversia se llamó escolástica por haberse desarrollado en las escuelas y por hombres de escuela.
Frente a diferentes desafíos a la Iglesia por parte de las autoridades del imperio, era imperativo para aquélla entenderse con la universidad. Para ello debía alentar a sus elementos conservadores y brindarles acceso al poder político. El debate sobre Aristóteles ponía en juego el futuro de la Iglesia.

Órdenes mendicantes
Franciscanos y dominicos
(pag 199)
La Iglesia influía directamente en la universidad de París. Nominalmente sujeta al obispo, los maestros de teología eran ortodoxos que se oponían al clero secular de la facultad de artes. En la facultad de teología los maestros seculares habían sido reemplazados por franciscanos y dominicos, ortodoxos militantes. Estas órdenes tuvieron su origen durante el período turbulento de las herejías valdense y albigense, en los primeros años del siglo XIII; Los dominicos en particular nacieron para oponerse con el problema cátaro. Las órdenes se convirtieron por su austeridad y pobreza en herederas de las reformas monásticas de Cluny (siglo X) y Claraval (XI).
Las órdenes ocuparon un lugar importante en la Iglesia y se interesaron particularmente por la educación. Acabaron dominando la universidad de París.
Francisco de Asís con sus seguidores trataron de llevar una vida comunitaria semirrecluída y ascética, designándose a sí mismos como frailes menores (frater= hermano). Su regla fue aprobada por Inocencio III en 1210. No les interesaba demasiado el trabajo. Con respecto a la educación lo que llama la atención es que las propias reglas prescribían no dar instrucción a los ignorantes, sino que dirigieran sus esfuerzos a poseer el espíritu de Dios. Pero las necesidades de los tiempos acabaron por provocar una división, en cuanto un grupo de ellos (los conventuales) reconocieron la necesidad del estudio y las actividades intelectuales, contra el grupo espiritual, que pretendía seguir la regla al pie de la letra. Los conventuales fundaron escuelas donde podían llevarse a cabo estudios completos de artes liberales. De sus aulas salieron Juan de Fidanza (llamado Buenaventura) y Roger Bacon, ambos plenamente en el siglo XIII.
Domingo de Guzmán era castellano. Conoció a los albigenses y creyó en sinceridad, así como en la necesidad de convertirlos por la persuasión y no por la fuerza. Fundó la orden de los predicadores (Fratres Praedicatores) cuya misión sería viajar predicando la ortodoxia, haciéndolo con el ejemplo.
Abrazaron el ideal de pobreza, pero la humildad no fue su característica. Reforzaron su capacidad de persuasión con estudios de elocuencia, manifestando una marcada predilección por los debates teológicos e intelectuales de todo tipo, llegando a convertirse en el ala militante de la Iglesia desde el punto de vista intelectual.
Los dominicos fundaron sus propias escuelas que enseñaban las artes liberales. Algunas llegaron a tener gran nivel, como la de Colonia, donde enseñó Alberto Magno (1206?- 1280); pero eran conservadoras y no aportaron nuevas ideas a la educación. Los dominicos, empero, hicieron valer su influjo intelectual en las universidades, con el caso paradigmático de Tomás.
Dominicos y franciscanos terminarán controlando la educación en las facultades de artes y teología, respectivamente, de la universidad de París. A ellos se debió la controversia escolástica que enfrentaba a el neoplatonismo agustiniano con el aristotelismo cristiano.

La gran controversia (pág. 203)
La controversia se había venido gestando durante todo el siglo. Cuando estalla lo hace en medios institucionales, es decir en la universidad, donde se disponía de una metodología altamente perfeccionada: las técnicas del debate y la disputa, desarrolladas durante los siglos XI y XII, brillantemente usadas por los eruditos del siglo XIII.
Conceptualmente Occidente se había enriquecido. La introducción del corpus Aristotelicum, los toques islámicos que hacen familiar el método del kalam, es decir el uso de la razón y conocimientos profanos para llegar a comprender los problemas de la fe. De esta manera se origina una especie de kalam cristiano, el escolasticismo o escolástica[1]. Fue una respuesta a la necesidad de explicar a fondo la metafísica del universo y sus relaciones con el hombre. En otras palabras: la naturaleza de Dios, la misión del hombre y el mejor modo como éste podía cumplirla.
En el siglo XIII los universitarios, especialmente en París – capital intelectual de la cristiandad de Occidente – se proponen llegar hasta el fondo de la cuestión, usando todos los recursos a su alcance, incluyendo lo que el islam y Bizancio podían aportar. Ciertas líneas de investigación iniciadas a modo de ensayo en las escuelas catedralicias tomaron cuerpo en las universidades, que intentaron conciliar conocimientos de fuentes diversas y contradictorias, para formar un todo coherente y racional como parte de una cosmología universal.

En el seno de la Iglesia habían surgido dos fuentes potenciales de herejía: las obras islámicas y los movimientos populares de reforma eclesiástica, en especial los cátaros, que se extendieron rápidamente por el sur de Francia. Los valdenses y albigenses fueron aniquilados por medios directos, pero el problema de la universidad con sus discusiones teóricas también preocupaba y requería una acción más sutil. Las nuevas órdenes aparecieron como efectivas para defender la ortodoxia, aunque los dominicos generaron un nuevo tipo de ortodoxia.
El foco central de la controversia escolástica estuvo en París, donde los profesores se dividieron según sus opiniones. Unos se mantenían fieles a las doctrinas neoplatónicas de Agustín, y otros adherían a las de Aristóteles, tal como la transmitían los musulmanes. Sus respectivos métodos se hallaban relacionados con dos modos de operar con la razón: procediendo de causa a efecto, es decir a priori, o bien de efecto a causa, a posteriori.
El neoplatonismo, que representaba la facción conservadora, identificaba el infinito de Platón con Dios y veía en la razón un medio para deducir la verdad, una vez aceptado previamente en su base el orden de cosas impuesto por la fe. Los aristotélicos, por su parte, favorecían generalmente – aunque no universalmente – los argumentos a posteriori. A partir de la experiencia humana del mundo, es decir, de los efectos, la razón puede remontarse a las esfera de las causas llegando incluso hasta la causa primera, o sea a la Verdad, garantizando la existencia de Dios por inducción. De esta manera la búsqueda de la verdad no se ve siempre impedida por prudencia u ortodoxia. Los aristotélicos insistían en que la experiencia humana debía ser el punto de partida de toda investigación; aceptaban las obras controvertidas de Aristóteles como la Metafísica – que estuvo prohibida por el papa – y los comentarios musulmanes igualmente anatematizados.

La Iglesia tardó en reconocer el peligro de esas obras. En 1210 un grupo de obispos, con el de París a la cabeza publican un decreto:
“Ni los libros de Aristóteles sobre filosofía natural ni sus comentarios se leerán en París, ya en público o en secreto, lo que prohibimos bajo pena de excomunión” (según Bowen la palabra leer se refiere a explicar dichos libros en las clases) 206

En 1232 se dio a la inquisición, que llevaba siglos de existencia, un carácter más oficial y se encargó a ella el examen de las obras. Los frailes mendicantes, en calidad de maestros de teología constituían la mayoría de los miembros de la inquisición, convirtiéndose en adversarios potenciales de los maestros de artes, pertenecientes al clero secular. A pesar de condenarse y prohibirse 10 proposiciones, los maestros continuaron estudiando los libros condenados, posiblemente porque en Oxford no se aplicaba la prohibición, y los teólogos ingleses como Roger Bacon y otros estuvieron en París. Los libros de Aristóteles eran estimulados por las facultades de artes, en donde enseñaban clérigos seculares.
La hostilidad entre los clérigos seculares y los mendicantes llegó a ser muy intensa. Cuando las facultades de arte y teología fueron separadas por la corporación de maestros de París, los dominicos y franciscanos quedaron únicamente en la facultad de teología, mientras que los seculares solamente en la de artes. El programa de éste, con su insistencia en Aristóteles, fue probablemente una manera de afirmar su independencia.
Hubo interesantes movimientos y paulatinos cambios de posición de los contrincantes. El franciscano Juan de Fidanza o Buenaventura, que fue llamado para convencer a los aristotélicos, en su contacto con las ideas de éste modifica su posición, pasando a un aristotelismo agustiniano, encabezando un enérgico ataque contra los que defendían demasiado a la razón. Entre éstos se encontraban Tomás de Aquino y Siger de Bravante. Se produjeron divisiones al interior de las órdenes y de la facultad. En general los franciscanos defendían el agustianismo, mientras que los dominicos se mostraban partidarios del aristotelismo. Estamos en 1267.

Tomás de Aquino. La síntesis escolástica pág 211
Aristóteles no podía eliminarse fácilmente. Los frailes mendicantes, como adelantados del papado y la ortodoxia, se esforzaron en comprender y solucionar el problema. Tomás fue enviado a París para combatir las herejías del averroísmo latino, que Siger aparentemente defendía.
El conjunto de sus escritos constituyen una gran síntesis teológica sistemática, filosóficamente elaborada y exhaustiva. Por primera vez en la historia de la cristiandad un teólogo trata de armonizar plenamente la experiencia sensorial con la inteligencia y los requerimientos de la fe. La existencia de un mundo externamente real y fijo, tal como la presentaban Averroes y Maimónides, era un axioma fundamental, a partir del cual elaboró su teología. En muchos pasajes sus obras revelan y ocasionalmente reconocen explícitamente, el influjo de Avicena, Averroes y Maimónides. Tomás se desligaba de un siglo de platonismo cristiano.
No sólo el mundo exterior es real, sino que puede ser conocido por la mente humana. Ésta se halla adaptada para conocer el mundo y posee una capacidad de abstracción. El mundo exterior, su ordenada objetividad, transmitido por los sentidos a la inteligencia, queda allí grabado como en una tablilla virgen. Tomás, lo mismo que los comentaristas musulmanes, aceptaba la división aristotélica en intelecto pasivo que recibe experiencias y otro activo que es el agente de toda comprensión y acción: es en éste donde surge el error de resultas de una interpretación inadecuada. Tanto el error como la verdad se sitúan en el intelecto activo. A sí Tomás refutaba la idea agustiniana y platónica de que el mundo era ilusorio y que los sentidos son fuente de error.
Pero evitó afirmar que el mismo mundo exterior se identifica con la verdad. Todo objeto individual es contingente y no es necesario para que exista el concepto o la especia. La realidad en su forma última existe en las esencias. Sin embargo, al ser la aprehensión humana de la verdad totalmente dependiente de la experiencia de objetos individuales, el intelecto del hombre es también accidental. La existencia externa es independiente del individuo; la verdad última tiene que residir en un intelecto permanente, divino, que la mantiene. Dicho mantenimiento implica causalidad.

El sistema tomístico linda con una ideología totalmente determinista. En realidad difiere muy poco, en sus rasgos fundamentales, de Averroes. Para evitar la censura de la Iglesia, e incorporar al mismo tiempo los dogmas esenciales de la fe cristiana, afirma la relativa libertad del individuo, dejando lugar a una voluntad libre y de ahí a una esfera moral, y asimismo admitir la existencia de la creación. Averroes negaba la creación y la cesación, en cuanto el universo se hallaba en proceso de continua creación por emanaciones y de una correspondiente degeneración. Todos los hombres son informados por un único intelecto activo. Tomás repudia esta herejía es un texto llamado ‘De la unidad del intelecto’. En este texto establece que la revelación es nuestra guía última, sus prescripciones son inaccesibles a la razón e indemostrables. Los elementos básicos del dogma: creación, libertad de la voluntad, inmortalidad del alma, son todos ellos axiomáticos. Junto a la libre voluntad, la inteligencia activa independiente. Ella obliga a preguntarse por la causa, una motivación divina para la creación. Esa causa es el amor, lo único que determina la actuación de Dios. Pero la inteligencia del hombre es incapaz de penetrar los misterios del intelecto absoluto. Las preguntas de su intelecto contingente nunca serán totalmente satisfechas. El misterio último de lo divino, la posibilidad de errores de interpretación por parte de la inteligencia activa, y la necesidad de una opción moral de resultas del ejercicio de la voluntad, todo ello significa que la existencia humana consiste en un constante esfuerzo, de mantener una ininterrumpida actividad intelectual.

De magistro. Teoría de la educación (pág. 216)
Tomás sería el primero en cuestionar la doctrina neoplatónica de Agustín, que llevaba al rol de intermediario del maestro para favorecer reminiscencias. Como parte de las Cuestiones disputadas, publica ‘De magistro’ repitiendo un título de Agustín.
….
Se dan para Tomás dos aspectos distintos en el aprendizaje. Al primero, en que la razón natural llega al entendimiento de las cosas por sus propios medios, le da el nombre de aprendizaje por descubrimiento; el segundo, en que otra persona actuando como agente coopera con la razón del que aprende, lo llama aprendizaje por instrucción.
Siguiendo en esto a Agustín reconoce que en el segundo caso, el conocimiento se transmite por mediación de palabras, que operan como signos; pero para Agustín los signos son meros estimulantes que traen las ideas a la conciencia. Tomás creía que promueven el conocimiento activamente, al estar relacionados con sus correspondientes objetos.
El conocimiento así recibido es cierto si realmente deriva de los primeros principios. Es el método de raciocinio lógico que puede tenerse como verdadero. Y la base absoluta en que se apoyan estos primeros principios es Dios. El hombre deriva su certeza del conocimiento científico solamente de Dios, que nos ha dado la luz de la razón mediante la cual conocemos dichos principios.
Antes de Tomás, ‘maestro’ estaba reservado a Dios, único que por iluminación podía informar a los hombres. Tomás modifica esto, arguyendo que se puede adquirir conocimiento a partir de los primeros principios e impartirlo a otros. Los sentidos y el intelecto son capaces de llegar a la certeza sobre fenómenos terrenos, mientras la esfera divina permanece fuera del alcance de la razón. En esta doctrina Dios queda alejado del curso de los acontecimientos. Tomás daba una respuesta a la polémica ocasionalista, si bien el reconocimiento de la razón se hacía a expensas de lo divino. La razón quedaba con menos luz que la iluminación otorgada por Dios. La reacción contra Tomás fue profunda.


Ataque a la razón (pág 219)
En una época contemporánea a Tomás, Siger de Brabante exhibe un aristotelismo aún más radical, dando validez al sistema filosófico y con independencia de la religión. Dios estaba aún más remoto que el de Tomás. El papa ordenó sendas investigaciones, que terminaron condenando diversas herejías, desde las del averroísmo, las ideas de Singer y algunas de Tomás. Singer fue sometido a la Inquisición francesa, pero huyó a la corte pontificia, que tenía fama de mayor clemencia. No fue condenado, sino solamente sometido a supervisión. No obstante, un guardia demente lo asesinó.
Frente a los ataques a las ideas de Tomás, finalmente se produjo un hecho curioso: los mismos dominicos, la orden de Tomás, una vez muerto éste, estrecharon filas a su favor, logrando que se aceptaran sus proposiciones como doctrina oficial de la Iglesia.

Ocaso de los debates escolásticos. Reacción franciscana 221
Los agustinianos siguieron oponiéndose activamente al tomismo. Dios no entra a formar parte de la teoría tomista del conocimiento; su presencia es garantizada por otras fuentes, como la revelación y la fe. Dios aparece como algo añadido. Advirtiendo esto, los franciscanos contraatacan con una nueva versión agustiniana. A esta tarea se aplicaron eruditos como en el siglo XIII Roger Bacon, y en el XIV Duns Escoto y Guillermo de Occam. No pocos escolásticos se sintieron atraídos por este movimiento, alternativa frente a las doctrinas tomistas. Bacon defiende los estudios matemáticos como camino a la verdad, Duns Escoto, un ‘realista’ como entonces se llamaba, ve la cualidad esencial del ser en relaciones permanentes y verdades necesarias que son independientes de toda experiencia o interpretación, Guillermo de Occam crea una especie de ocasionalismo cristiano. Argumenta a favor de la intuición directa como base del conocimiento, pero ese conocimiento es únicamente de objetos y acontecimientos particulares (posición ‘nominalista’). Los signos describen pero no demuestran; activan la mente pero en ellos no hay necesariamente relaciones causales. La intuición recibe una representación simbólica, que en el intelecto se transforma en un concepto. Todo conocimiento , sin embargo, es mantenido en unidad coherente por la fe.
Las ideas de Occam se consideraron como las últimas de una larga aserie de interminables debates, cada vez más amanerados y alambicados, que no despertaban ya mayor interés. Europa cambiaba, y la investigación de la verdad por el método quodlibetal de disputa era ya inadecuada. Tomás fue canonizado en el siglo XIV y dos años después la condena de sus libros fue levantada. Tomismo y escotismo continuaron utilizándose como explicaciones filosóficas alternativas de la fe cristiana; aún en la actualidad ninguna de las dos prevalece por completo sobre la otra, aunque el tomismo ha gozado siempre de un número mucho mayor de partidarios.

Fin del predominio papal 224
El siglo XIII fue de secularismo, nacionalismo y centralización crecientes, a pesar de la pretensión hegemónica de la Iglesia. En las universidades italianas, la nueva filosofía política se separa de Agustín, empezando a reconsiderar los temas de las relaciones de la Iglesia y el Estado. Guillermo de Occam escribe ‘El Diálogo’ y el mismo Dante Alighieri escribe ‘De monarchia’ donde el poder temporal de la Iglesia está cuestionado.
El mayor movimiento político del siglo XIII fue la decadencia del sacro romano imperio y el nacimiento de una poderosa monarquía en Francia, bajo el reinado de Felipe el Hermoso, fruto directo de la actividad papal. En el siglo XIV las relaciones del papa con Roma se deterioran a un punto que la Iglesia traslada su sede a Avignon en 1309. Después de menos de un siglo en el que varios papas se suceden, se produce el gran cisma de la Iglesia (1377-1417) durante el cual gobernaron la Iglesia dos papas rivales, uno desde Avignon y otro desde Roma., hasta que vuelven a unificarse en 1417. Todo ello disminuyó la autoridad papal.
Nueva rebelión. La ‘Iglesia de los elegidos’ 227
Hacia finales del siglo XIV los debates habían decaído. Ya no existía la necesidad de una cosmología global y segura y algunos intelectuales brillaban en las profesiones (juristas, etc.). Existe la posibilidad de que la falta de intelectuales se debiera a los estragos de la peste negra (1348-49), la de mayores proporciones de la historia, que mató no pocos teólogos. El académico oxfordiano John Wyclif introduce la idea de la ‘Primacía de la Biblia’, negando al mismo tiempo la autoridad de la Iglesia. Era un extremo realista (antinominalista) que lo llevaba a postular que la Iglesia y la Biblia eran imperfectas manifestaciones de las formas puras que existen en Dios. Rechazaba la institución, porque la palabra divina descansaba en los ‘elegidos’ en virtud de la gracia. Como Agustín, pensaba que la misericordia de Dios se reserva a unos pocos elegidos (predestinados) que irán al cielo. El gran cisma era prueba de la inutilidad de que hubiera un papa. Todo poder debía ejercerse por dos autoridades: una civil por el soberano y otra espiritual por la Biblia, la palabra de Dios; en ella el hombre debe esforzarse por penetrar la verdad última, con lo que deja paso a la educación. Sólo los elegidos llegarán a esa verdad suprema, pero como nadie sabe quiénes son ellos, todos están obligados a buscar la iluminación espiritual. Wyclif se propuso traducir la Biblia al inglés, lo cual estaba contra la autoridad de la iglesia que se oponía a las traducciones no autorizadas o a las interpretaciones individuales. Además, al estar todas las obras en forma manuscrita, no era fácil establecer su autenticidad. Los seguidores de Wyclif fueron llamados los ‘lardos’ (gruñones); influyeron en las ideas de Lutero.
Educación a fines de la Edad media 230
No hay demasiados documentos sobre la educación en esta época. El libro más detallado es ‘De disciplina scholarum’ del cual se desconoce el autor. Quizás destinado al público, padres y maestros, sobre múltiples aspectos de la educación, concebidos de modo abstracto. Contemporáneo del Metalogicon de Juan de Salisbury o el Didascalion de Hugo de San Víctor, pero con mayor impacto popular. En una obra escrita dos siglos más tarde ‘Elogio del clero’, también anónima, es referencia obligada. Ambos ensayos sitúan el comienzo de la edad escolar a los 7 años para el muchacho proveniente de hogares burgueses, estando prohibida la educación de los siervos y algunas clases campesinas. En ‘Elogio del clero’ se prescribe que los muchachos con algún defecto físico no deben ser investidos con la nobleza de las letras, puesto que ni ornan las cátedras profesionales ni pueden ser objeto del divino sacerdocio. Ambos textos reflejan la influencia de Quintiliano, sin nombrarlo. Se aconseja, por ejemplo, tener en cuenta las inclinaciones individuales de cada niño y cultivar la memoria y el carácter moral. Los estudios debían hacerse por etapas: una base de gramática, literatura latina y lógica elemental, seis años de estudio antes de graduarse de bachiller, licenciatura y finalmente el inceptio como maestro. La persona que llega a esta cúspide, a la vez maestro de artes y clérigo, dedicado siervo de Dios, será como ‘una paloma con alas de plata y cola de oro’.
El saber se identifica casi exclusivamente con la vida religiosa y se impartía en latín, salvo la limitada instrucción en lengua vernácula (lectura, escritura y cuentas) que ciertos gremios impartían para ejercer un oficio.

Desarrollo de las lenguas vernáculas y decadencia del latín 233
Los dos textos comentados representan una especie de idealización. Otra documentación sugiere la falta de instrucción latina en muchas áreas, con escuelas de gramática rudimentarias y con maestros no tan competentes. El latín deja de hablarse en su forma clásica entre los siglos VI y IX, dando una serie de lenguas vernáculas o ‘romances’ (derivado de romana). Los germanos retenían sus propias lenguas, que fueron influidas por el latín; también las lenguas bálticas, celtas y eslavas tuvieron esa influencia. En el siglo XI el latín ya no era la lengua de ningún pueblo, pero sí lo era de la cultura, del clero, de la diplomacia, y por lo tanto, universal. Al no pertenecer a ningún grupo étnico en particular, su evolución quedó frenada, lo cual puede ser visto como una ventaja.
Hacia el final de la Edad Media no era sorprendente encontrar aún obispos ignorantes del latín, pero parece que eran una excepción, ya que provenían de las clases más altas. De un obispo, cuando se hallaba confiriendo las sagradas órdenes, se dice que no pudo pronunciar la frase in aenigmate que tenía escrita, y dijo en francés a los que estaba cerca:
“por San Luis ¿Quién fue el payaso que escribió esta palabra?”
Los miembros del clero de niveles inferiores procedían de las clases trabajadoras, y entre ellos se daban todos los grados de cultura. ‘Pocos se hallan suficientemente experimentados para enseñar como debieran, y no puede confiárseles dicha tarea’ según un documento de la época contra los muchos abusos cometidos por un clero indolente y corrompido. A pesar de las quejas contra los sacerdotes en los niveles inferiores, sobre ellos recaía la responsabilidad de mantener escuelas y fomentar la cultura. En tal circunstancia, lo más que podía exigirse era que memorizaran lo que para ellos era una lengua extranjera, usando algún procedimiento mnemotécnico o ars memorativa, Y si ellos se dedicaban a enseñar, no podían sino exigir las cosas de la misma manera, para lo cual se usaban continuamente procedimientos de coacción física, apaleamientos y flagelación con varas.
Este reforzamiento cíclico de un absurdo sistema educativo suscitaba críticas. El papa en el siglo XIV promulgó para la orden benedictina unas constituciones que ordenaban mejorar la educación y ponía un maestro para enseñar a sus miembros.
El obispo inglés de Exeter, en el mismo siglo, se queja de los métodos de enseñanza, puesto que después de aprender de memoria el padrenuestro y otras plegarias, sin saber cómo se construyen nada de lo que han dicho, esos maestros los hacen pasar prematuramente a estudiar otros libros más avanzados de poesía o métrica.
Los resultados no reflejaban ningún saber real. Algunos obispos ya pedían que antes de enseñar de memoria las Oraciones, se les enseñase a construirlas antes de pasar a otros libros.
El latín tenía la ventaja de una gran cantidad de literatura escrita, cosa que las lenguas romances no poseían. Los caballeros y las clases cortesanas poseían sus propios romances en legua vulgar, que en sus formas más acabadas constituían las sagas nórdicas, tales como Beowulf, o los cantares de gesta, como el Mio Cid o la chançon de Roland. Pero, pese a la popularidad de estas obras, toda la enseñanza se apoyaba en el latín. Las mejoras didácticas se pensaban para enseñar mejor el latín y no para enseñar en lengua vernácula. Una excepción notable es el del escritor mallorquín Ramón Llull que escribe para la instrucción de su hijo en lengua vulgar (catalán en su caso), junto con todo un programa de educación, aunque mayormente religiosa.
Intentos de frenar la decadencia 241
El clérigo Gerardo Groote (1340-1384) se interesó en los abusos eclesiásticos, contemporáneamente al gran cisma y a Wyclif. Propone la ascesis y reniega de las lecturas profanas, pues en el juicio no nos preguntarán que leímos, sino qué hemos hecho. Su programa de educación popular está destinado a que la Biblia sea accesible, lo que atrajo en su contra la reacción conservadora. Su renuncia al mundo llega hasta la donación de su propiedad rural a la orden, retirándose a un monasterio de cartujos, aunque luego vuelve como clérigo secular como diácono. Dona su casa en la ciudad a un grupo de mujeres pobres, transformándola en una especie de convento irregular, de ‘hermanas de la vida común’ que no pronunciaban votos. En torno a Gerardo se congregaron hombres que conformaron los ‘hermanos de la vida común’ o movimiento de ‘Devoción moderna’ llevando una vida casi monástica. Allí Gerardo exhibe sus ideas educativas, dando origen a una escuela en Deventer, donde se alojaba a los jóvenes que iban a estudiar, se organiza una biblioteca con copistas que hacían copias para lanzarlas al mercado. Al crecer la orden, se organizaron monasterios y se extendieron las escuelas. En una de ellas, ya a cargo de un discípulo de Gerardo, organiza a los jóvenes en 8 grados, quizás el primer intento de graduar una escuela.
El movimiento tuvo mucho impacto, extendiéndose por Alemania y los Países Bajos. Entre sus egresados se cuentan Tomás de Kempis y Erasmo de Rotterdam. Pero, pese a la excelencia de su instrucción y su fidelidad a las tradiciones de la cultura medieval, las escuelas tenía horizontes poco amplios. Su exclusivo énfasis en el trivio tradicional, en latín, su insistencia en la instrumentalidad de los conocimientos con vistas a la salvación, y sus prácticas ascéticas, restringían su aplicación.
Por otra parte, la Edad Media tocaba a su fin. Las concepciones se estaban transformando en los principales centros de Europa. Después de los grandes debates intelectuales del siglo XIII en París, el predominio cultural e intelectual pasó a Italia, en particular a las nuevas ciudades independientes de la llanura lombarda, donde los problemas que dominaron el pensamiento europeo durante siglos había tenido menor influencia. En ellas, la vida intelectual y la educación habían tomado un carácter totalmente distinto: su vitalidad, energía y humanismo ofrecían un marcado contraste con el espíritu de la época escolástica.

Glosario
Llull, Ramón (1233- 1315) Escritor mallorquí; aún conociendo el latín, escribe en su nativa lengua catalana textos sobre educación para su hijo, aunque su ejemplo no cundiera en la época.
Averroismo latino. Orientación filosófica formada en la segunda mitad del siglo XIII, a partir de algunas de las ideas de Averroes, comentarista de Aristóteles, que habían calado hondo en los intelectuales. Entre sus tesis se destaca que el mundo es eterno y no objeto de creación ex nihilo, que Dios no controla directamente la secuencia de acontecimientos temporales, la teoría de la doble verdad (una correspondiente al dogma y la fe, otra, al ejercicio de la razón), que a la última verdad se llega por la razón y ésta opera sobre los datos de las sensaciones; unidad del entendimiento en la especie humana (existe un solo intelecto que informa a todos los hombres: monopsiquismo), negación de la inmortalidad personal y del libre albedrío. El más importante representante fue Siger de Brabante (1235-1284) quien separaba filosofía y teología para salvaguardar la automía de la primera: murió asesinado. Condenado por la Iglesia, combatido por Buenaventura y Tomás. (Bowen II: 211) Puede ampliarse en http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/Averroismo.htm
Fotografía: Detalle del fresco de Andrea de Bonaiuto El Triunfo de Santo Tomás, con la imagen sentada en reposo y pensativa de Averroes, apoyado posiblemente en algún libro de Aristoteles. (Tomada de Wikipedia)

Tomás de Aquino. (1225-1274) Máximo representante de la tradición escolástica, propositor de la teología natural. Nacido cerca de Napoli, estudió en el monasterio de Monte Cassino, en la universidad de Napoli y en Colonia con Alberto Magno. Tomó el hábito de la Orden dominica. Enseñó en la universidad de París y otras universidades. Su obra es vasta e importante. En la Summa Theologica postula Cinco Vías para demostrar la existencia de Dios. Sus obras son cerca de 40, muchas de ellas en varios volúmenes, abarcando toda la gama de la controversias teológica y filosófica del siglo. Fue canonizado, declarado Doctor de la Iglesia y Patrón de las Universidades.
Se pueden encontrar textos de Tomás en el sitio
Ocasionalismo. Actualmente se da este nombre a un sistema de ideas creado por Descartes y desarrollado por Malabranche. Afirmación que el alma y el cuerpo no actúan directamente una sobre el otro, siendo sustancias totalmente heterogéneas; es Dios quien produce en el alma una sensación cuando el cuerpo la experimenta y quien da al cuerpo un movimiento cuando el alma así lo desea. La acción recíproca del alma y el cuerpo no es sino aparente, ya que lo que realmente ocurre es que lo que nos parece ser una acción del alma sobre el cuerpo no es más que una "ocasión" de la acción divina. Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Ocasionalismo"
Guillermo de Ockham, también Occam o varias otras grafías (c. 1280–c. 1348), fraile y filósofo escolástico. Franciscano, con voto de pobreza extrema. Considerado “el mayor nominalista” y junto con Duns Scoto (su homólogo en el bando realista), una de las dos «mentes especulativas más grandes de la Edad Media», así como «dos de los metafísicos más profundos que jamás vivieron» (Peirce, 1869). Una importante contribución que hizo a la ciencia y cultura intelectual modernas fue mediante el principio de parsimonia en la explicación y construcción de teorías, lo que llegó a conocerse como Navaja de Ockham. Según Bertrand Russell, ésta establece que si un fenómeno puede explicarse sin suponer entidad hipotética alguna, no hay motivo para suponerla: siempre debe optarse por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables. Algunos le consideran el padre de la epistemología y filosofía modernas, debido a su argumentación de que sólo los individuos existen, más que los universales, esencias o formas supraindividuales, y que los universales son producto de la abstracción de objetos individuales por parte de la mente humana y no tienen existencia fuera de ella. (Tomado de Wikipedia)

Nominalismo y realismo. El problema de los universales y la polémica entre nominalistas y realistas, en relación al epistemólogo Peirce (siglo XIX), está desarrollado en: http://www.unav.es/gep/AF/Realismo.html
Dante y ‘La Monarquía’. En el emperador Enrique VII Dante vio un curador posible de las heridas de Italia, un renovador de la Cristiandad, un nuevo "Cordero de Dios" que quitaría los pecados del mundo. Probablemente en 1309, en anticipación de la venida del emperador a Italia, Dante escribió su famoso trabajo "De Monarchiâ", en tres libros, intentando mostrar que una suprema monarquía temporal única, como el imperio, es necesaria para el bienestar del mundo, que el pueblo romano adquirió una influencia soberana universal por derecho Divino, y que la autoridad del emperador no depende del papa, sino que desciende en él directamente de la fuente de autoridad universal que es Dios.

[1] Escolástica o escolasticismo. El término se puso de moda en el siglo XVI para designar las actividades filosóficas de las universidades o escuelas del siglo XIII. (Nota al pie de página 203)

Duns Escoto: 'realismo'. Nuevamente Agustín

Duns Escoto (12656-1308)
Franciscano, escolástico, rebate el tomismo.
Aún aceptando que el conocimiento tiene su origen en los sentidos, el objeto propio del intelecto humano es el ser en cuanto ser. La argumentación empirica era útil solamente como apoyo del conocimiento ya adquirido por la fe.
Reconoce como cualidad esencial del ser relaciones permanentes y verdades necesarias, independientes de toda experiencia humana. (Bowen II: 232)

Guillermo de Occam: Final de la escolástica


Guillermo de Ockham, también Occam o varias otras grafías (c. 1280–c. 1348),

Fraile y filósofo escolástico. Franciscano, con voto de pobreza extrema.

Considerado “el mayor nominalista” y junto con Duns Scoto (su homólogo en el bando realista) una de las dos «mentes especulativas más grandes de la Edad Media», así como «dos de los metafísicos más profundos que jamás vivieron» (Peirce, 1869).

Una importante contribución que hizo a la ciencia y cultura intelectual modernas fue mediante el principio de parsimonia en la explicación y construcción de teorías, lo que llegó a conocerse como Navaja de Ockham. Según Bertrand Russell, ésta establece que si un fenómeno puede explicarse sin suponer entidad hipotética alguna, no hay motivo para suponerla: siempre debe optarse por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables.

Algunos le consideran el padre de la epistemología y filosofía modernas, debido a su argumentación de que sólo los individuos existen, más que los universales, esencias o formas supraindividuales, y que los universales son producto de la abstracción de objetos individuales por parte de la mente humana y no tienen existencia fuera de ella. (Tomado de Wikipedia)

04 junio, 2007

Averroismo latino


Averroismo latino.

Se trata de una orientación filosófica formada en la segunda mitad del siglo XIII, a partir de algunas de las ideas de Averroes, comentarista musulmán de Aristóteles, que habían calado hondo en los intelectuales.

Entre sus tesis se destacan:

que el mundo es eterno y no objeto de creación ex nihilo;

que Dios no controla directamente la secuencia de acontecimientos temporales,

la teoría de la doble verdad (una correspondiente al dogma y la fe, otra, al ejercicio de la razón además que a la última verdad se llega por la razón y ésta opera sobre los datos de las sensaciones;

Unidad del entendimiento en la especie humana (existe un solo intelecto que informa a todos los hombres: monopsiquismo),

Negación de la inmortalidad personal y del libre albedrío.

El más importante representante fue Sigerio de Brabante (1235-1284) quien separaba filosofía y teología para salvaguardar la automía de la primera: posiblemente murió asesinado. Condenada por parte de la Iglesia, combatido por Buenaventura y Tomás. (Bowen II: 211) Puede ampliarse en http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/SantoTomas/Averroismo.htm

Fotografía: Detalle del fresco de Andrea de Bonaiuto El Triunfo de Santo Tomás, con la imagen sentada en reposo y pensativa de Averroes, apoyado posiblemente en algún libro de Aristoteles. (Tomada de Wikipedia)

Tomás de Aquino





Tomás de Aquino. (1225-1274)



Máximo representante de la tradición escolástica, propositor de la teología natural. Nacido cerca de Napoli, estudió en el monasterio de Montecasino, en la universidad de Napoli y en Colonia con Alberto Magno. Tomó el hábito de la Orden dominica. Enseñó en la universidad de París y otras universidades. Su obra es vasta e importante. En la Summa Theologica postula Cinco Vías para demostrar la existencia de Dios. Canonizado declarado Doctor de la Iglesia y Patrón de las Universidades.


Se pueden encontrar textos originales de Tomás en el sitio:
Figura: Depiction of St. Thomas Aquinas from the Demidoff Altarpiece by Carlo Crivelli. (Tomada de Wikipedia)

UNIVERSIDADES (Bowen)



Universidades (Bowen II-IV) 1 LAS UNIVERSIDADES
BOWEN, James: Las universidades Capítulo IV, pág. 156-196 (Resumen y notas para uso de la cátedra por J.C.P)

Figura: Clase en la universidad

Germen: Escuelas catedralicias
Las escuelas catedralicias, a partir de formas embrionarias en los siglos VI y VII, ya en los siglos XI y XII se desarrollan rápidamente para acomodarse a las necesidades de la época de actividad económica e intelectual que siguió al resurgimiento europeo del siglo X. Así estas escuelas admitirían clérigos y se prestarían a las necesidades de profanos. A lo largo del siglo XII, los eruditos que enseñaban en estas escuelas tendrán creciente interés por la clasificación y contenido de los estudios. En esta época algunas de dichas escuelas comenzaron a adoptar un carácter más corporativo y en el período de un siglo dieron origen a la universidad o studium generale. Su aparición se debió a la imperiosa necesidad de dar formación adecuada a juristas, maestros y clérigos, que pululaban en las administraciones cada vez más complejas de la Iglesia y el Estado.
Las escuelas catedralicias estaban ligadas estrechamente a su catedral. La relajación de abades y obispos no impidió que trabajaran por las letras. Pero la escasez de escuelas y maestros era notoria. Según la autobiografía de Guilberto de Nogent, abad del monasterio de Nogent-sous-Coucy en el siglo XI difícilmente se encontraba algún maestro de gramática en las ciudades pequeñas y muy pocos en las grandes.
En los centros catedralicios más importantes existían escuelas, y en algunas de ellas florecientes. Tendrían dos grandes ramas: elemental y gramatical, regidas tal vez por el mismo maestro. En las localidades más apartadas las escuelas de muchas catedrales seguían siendo rudimentarias, con instrucción sencilla y elemental. En otras, fueron creadas recién en el siglo XIII.
El Papa Alejandro III reconoció explícitamente la necesidad de proveer más escuelas. En el decreto conciliar, fruto del concilio Lateranense de 1179, requiere de cada catedral la fundación de una escuela para clérigos y, sin pago alguno, también para los escolares pobres. Estas disposiciones parecen no haber llegado a cumplirse, porque en 1215, Inocencio III en un nuevo concilio ecuménico publica una decretal ordenando que cada catedral y en otras iglesias que dispongan de medios suficientes mantuviese un maestro de gramática, además de un maestro de teología.
Universidades (Bowen II-IV) 2
Orígenes de la universidad pág 159
Algunas de las escuelas catedralicias se habían hecho famosas por su ciencia, como Chartres, País, Reims, Laon, Lieja, Orleáns. Empero, carecían de una base institucional sólida que le diera a sus métodos estabilidad, formalización y sistematización. La población estudiantil seguía a los profesores famosos como Abelardo, también conocido por su superioridad en las disputas. A medida que la población de Europa crece, aparece como necesidad la sistematización. El modelo de esta nueva organización fueron los gremios y cofradías medievales. Poco a poco, algunos maestros empezaron a imitar la práctica de los gremios y a organizarse corporativamente en lo que llamaron, en latín, universitas (singular) o universitates (plural), seguramente con el fin de regularizar la enseñanza y mantener los niveles de calidad de quienes aspiraban a ingresar en la sociedad de maestros. Una de las más antiguas escuelas catedralicias que se organizó de esta manera es la de Notre-Dame. 1A lo largo del siglo XII esta escuela catedralicia constituyó para otras el prototipo de corporación docente o universitas. Célebre ya por la actividad de algunos de sus anteriores maestros como Guillermo de Champeaux y Pedro Abelardo, la escuela de París fue considerada como modelo de la institución universitaria y en ella se inspiraron después muchas otras fundaciones durante el siglo XIII.
En Italia surgen dos instituciones de enseñanza superior: una de Medicina en Salerno y otra de Abogacía en Bologna. Salerno surgió alrededor del siglo X, siendo ya famosa en el siglo XI, pero siguió funcionando únicamente como escuela de Medicina. Bologna, a diferencia de París, tuvo dos gremios: uno de estudiantes (universitas) y otro de maestros (collegium). A su vez, los gremios de estudiantes se multiplicaron según la nacionalidad (universitates). En Bologna, el nombre de universitas o universitates correspondía exclusivamente a las agrupaciones estudiantiles, mientras que las agrupaciones de maestros eran los collegia (plural).
A finales del siglo XII, por consiguiente, una institución de enseñanza enteramente nueva había surgido en París y Bologna, cada una con distinto modelo de organización. París reflejaba sus orígenes como escuela catedralicia, al convertirse en centro de estudios teológicos y filosóficos: Bologna, principal centro jurídico de Europa occidental, gozó del estímulo de la prosperidad comercial, un acicate para estudiar. En el siglo XIII fue en París donde tuvieron lugar las transformaciones más trascendentes para la educación, cuyos resultados influirían en gran parte de la intelectualidad.
1 En la puerta meridional de la catedral de Notre-Dame de París, hay relieves de escenas de la vida estudiantil del siglo XIII.
Universidades (Bowen II-IV) 3
París. Studium generale 161
La escuela catedralicia de Chartres, tan célebre en el siglo XI, a sólo 90 Km. de París, nunca llegó a desarrollar una universidad. Por el contrario, la universidad de París fue desarrollándose a partir de su escuela catedralicia, sin una fundación explícita. La fama de la escuela catedralicia ya era grande en el siglo XII, aumentando gracias al prestigio de Abelardo; en algún momento en la segunda mitad del siglo XII sus maestros se organizan en universitas. Por esa época los estudiantes comenzaron a acudir en gran número y nació una forma rudimentaria de colegio, el Collège de Dix-huit. A comienzos del siglo XIII el studium de París se hallaba ya firmemente establecido.
El término universitas se refería exclusivamente al gremio o corporación, que en el caso de París lo era de maestros.
El primer nombre que recibe la universidad de la catedral de Notre-Dame de París es el de studium generale. Literalmente significaba lugar de estudio para los estudiantes de cualquier parte del mundo. También en Italia se aplicó este nombre. Se admite que éste no indicaba que el currículo contemplaba todo el conocimiento: Salerno solamente medicina, Bologna derecho (luego agrega las artes liberales), París comienza por las artes liberales, especialmente el trivio, para enseguida agregar teología, derecho canónico y medicina. El término facultad aparece en el mismo siglo XIII significando cada grupo de materias (Bowen II: 162-163) aunque luego pasó a identificar cada grupo o corporación según qué se estudiaba.
A medida que la nueva institución veía extenderse su campo de responsabilidad, va necesitando rango legal. En París, a consecuencia de unos disturbios originados en 1200 entre estudiantes y ciudadanos armados, el rey Felipe Augusto otorgó a la universidad un fuero que daba derechos a los estudiantes. Al mismo tiempo la Iglesia se interesa más, debido a la aparición de algo equivalente a una sociedad autónoma de clérigos. Luego de un nuevo litigio entre ciudadanos y gentes de toga, los maestros de arte disolvieron la universidad en 1229, emigrando muchos de ellos a otros studia generalia incluyendo Oxford. Los maestros de teología se opusieron a la dispersión y continuaron enseñando en París. Fue la base de la continua fricción que existió a partir de entonces entre ambas facultades. El Papa Gregorio IX reconoce la universidad a través de una bula de 1231, llamada Parens scientiarum (madre de las ciencias).
La bula tiene interés en cuanto permite conocer hasta qué grado la Iglesia era parte de la universidad y cómo era la relación del papa con el rey. En un párrafo dice:
" en adelante los privilegios serán dados a conocer a los maestros y estudiantes por nuestro carísimo hijo en Cristo el ilustrísimo rey de Francia, y serán impuestas multas a quienes les hicieren daños, de tal modo que puedan
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2 Esta especie de escolares errantes existía desde muy antiguo. En Egipto eran conocidos en el siglo V y se llamaban con un nombre griego bakantiboi y también vagantes. El origen puede devenir de Baco, de vagus (errante) etc.
estudiar en París legalmente sin mayor dilación y sin ser acusados de infamia o irregularidad en su conducta".165
De esta forma la universidad se aseguraba la aprobación pontificia y ella a su vez se comprometía a observar sus cláusulas. Durante todo el siglo XIII y en grado menor en los subsiguientes, el papado trató de mantener un firme control sobre las universidades. A medida que avanza el siglo, la universidad de París se va haciendo más compleja, apareciendo numerosas reglamentaciones que intentaban regular la vida en todos los aspectos posibles.
Organización de los estudiantes: (1) colegios residenciales 165
Aunque París nunca conoció una corporación estudiantil tan poderosa como la universitas de Bologna, la organización de los estudiantes en París se manifestó primeramente en forma de agrupaciones por alojamiento, o como el Collège de Dix-huit que se destinaba a clérigos pobres. Otros hospicios se fueron creando, siendo el más célebre el creado por Robert de Sorbon para maestros de arte que estudiaban teología. Los estudiantes, que llegaban de todas partes, podían tener 14 años, apenas terminaban sus estudios de gramática. Necesitaban ser supervisados. Además, los locales abusaban frecuentemente de los extranjeros. El número de estudiantes aumentaba rápidamente y a ello se agregaban los goliardi2 o vagantes, que acudían atraídos por la vida social más que para aprender. Más allá del romanticismo, la masa de estudiantes constituyó un factor de fricción con la población local. A consecuencia de ello los estudiantes se vieron en la necesidad de organizarse en instituciones corporativas.
Organización de los estudiantes: (2) las naciones 167
Además de los colegios residenciales, surgieron las naciones, posiblemente en Bologna, de donde pasaron a París.
En las universidades de París y Bologna, los estudiantes no conformaban un grupo homogéneo. Venían de todas partes y deferían considerablemente en edad y conocimientos. Los más jóvenes empezaban por el primer grado de artes. Éstas eran descendientes de las artes liberales transmitidas desde la antigüedad por las escuelas catedralicias. En la época que nos ocupa, los estudios eran más complejos y se dividían en 4 áreas: las artes liberales y las tres disciplinas superiores: teología, leyes y medicina. En París existía una corporación por cada área y para ser admitido era necesario haber obtenido el grado de maestro en cada una. El nivel ínfimo era
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el maestro de artes, que podía solicitar el ingreso en una de las tres facultades superiores. Los estudiantes de éstas ya eran maestros de artes.
Los estudiantes más adultos tomaban parte muy activa en los asuntos de la universidad. Al ser a la vez maestros de los estudiantes y discípulos de profesores de mayor rango, se veían sometidos a presiones. En consecuencia se organizaron para proteger sus intereses y, por extensión, los de estudiantes jóvenes no graduados, que carecían de estas organizaciones.
Los estudiantes de París lograron que se les reconociera el derecho de organizarse y surgen cuatro grupos distintos, conocidos como nación francesa, normanda, picarda e inglesa, seguramente en relación con la procedencia de los estudiantes, admitiendo otros que eran vecinos (los ingleses admitían a escandinavos, etc.). A medida que las naciones iban adquiriendo identidad, sus roces eran frecuentes, no sólo con las corporaciones de maestros y con el canciller, sino también entre ellas, llegando a un estado de enemistad que contribuye a dar a la vida estudiantil un matiz picaresco y belicoso. Las naciones asumieron una identidad corporativa hasta tal punto que la lealtad de sus miembros hacia ellas era lo primordial. En los siglos siguientes, habían adquirido tal peso que se les otorga el derecho de autogobierno y de elegir a sus funcionarios; el principal era el procurador o proctor. Una función más importante que la autodisciplina fue tal vez la de mantener escuelas propias. Las escuelas habían empezado a abandonar la catedral de Notre-Dame y sus alrededores en la isla de la Cité incluso ya en tiempos de Abelardo, para establecerse más allá del Petit Pont en la rivera izquierda (Gauche) del Sena. Este barrio cultivó la lengua latina culta (barrio latino) y allí las naciones establecieron sus aulas. La facultad de teología tenía su centro en el Collège de Sorbon, la de leyes en el Clos Brunel. Las clases de artes se daban a lo largo de la Rue du Fouarre (calle de la Paja), nombre que quizás provenga de la costumbre de los estudiantes de cubrir con paja el suelo para sentarse.
Maestría en artes: Estudios y métodos pág 169
La primera universitas que se fundó en París fue una corporación de ‘artistas’ como se denominaban sus miembros. Las artes liberales eran la base de la enseñanza y el núcleo exigido de estudios. Todos los estudiantes no graduados, concluida la escuela gramatical, debían ingresar en la facultad de artes, generalmente hasta los 14 años. El siglo XIII es el primero en el que se tiene documentación sobre planes de estudio, con una constante expansión, pero con controversias y conflictos sobre la utilidad de tal expansión.
Contenidos. La Iglesia intervenía activamente en la confección de contenidos, y especialmente en la prohibición de los libros herejes o
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sospechosos de error; en el caso de los sospechosos, la prohibición regía hasta que un tribunal los examinara y los expurgara de tales errores. En la misma bula Parens scientiarum de 1231, se dan algunas pautas:
"Ordenamos ... que los maestros de arte den primero una lección ordinaria de Prisciano y otra después y no utilizarán en París esos libros sobre la naturaleza, que por ciertos motivos fueron prohibidos por el concilio provincial, hasta que hayan sido examinados y expurgados de toda sospecha de error" 170
A mediados del siglo XIII se introducen algunas obras de Aristóteles que antes estaban prohibidas, aunque esto se topa con la enconada resistencia de ciertos grupos. Esta resistencia se conoce como la controversia escolástica, y llegó a convertirse en el acontecimiento intelectual de mayor importancia para Occidente en aquel momento.
Métodos 170. El método usual por el cual se impartía la enseñanza en las universidades era el de la lectio (lección) que consistía en leer y comentar los autores señalados, procediendo a continuación a un debate. Ya en el siglo X los maestros de leyes habían usado la técnica llamada pro et contra. La argumentación y la disputa llegaron a imponerse como métodos ordinarios y casi exclusivos en las universidades. Los debates adoptaban una forma definida y se denominaban quaestiones disputatae. Periódicamente un maestro exponía la cuestión disputada que debería discutirse dos semanas después; finalmente, tras haber examinado los estudiantes todas sus implicaciones acumulando argumentos en pro y en contra, el maestro trataba de resolver dicha cuestión o de ‘determinarla’ a l amanera de un juez, sopesando el mérito de cada argumento o prueba. Las cuestiones discutidas eran de suma trascendencia, y las mentes más brillantes participaban. Algunas de las cuestiones planteadas por Mateo de Aquasparta:
Cuestión 1. La cuestión es: si para conocer una cosa se requiere la existencia de la cosa misma o si lo que no existe puede ser objeto de conocimiento.
Cuestión 2. En segundo lugar investigamos si todo lo que se conoce con certeza mediante un conocimiento intelectual es conocido en los planes eternos o a la luz de la primera Verdad.
En su forma más avanzada, este método de quaestiones llegó a convertirse en un rasgo característico de la vida magisterial de la universidad. Dos veces al año, por navidad y pascua, los propios maestros se reunían para sostener grandes debates, o quaestiones quolibetales que tenían lugar frente a un vasto auditorio de estudiantes. Los temas se escogían en base a la trascendencia de los problemas que se planteaban, con el fin de llevar éstos hasta sus últimas consecuencias. Usados por eruditos de la talla de Tomás de Aquino el método alcanzaba un grado supremo de rigor y penetración, y toda la Europa intelectual estaba pendiente para aplicarla más tarde a futuras investigaciones.
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La sencilla metodología de los tiepos carolingios y de principios del feudalismo, basada en el estudio de autoridades y textos normativos como los de Casiodoro, Isidoro y Rabano Mauro, quedaba ya desfasada.
Maestría en artes. Egreso y admisión en el gremio pág 172
Una vez que el estudiante completaba su programa de estudios, se hallaba listo para la ceremonia de graduación. Debía tener 21 años (luego se admitió un mínimo de 20 años) y ser "de vida honrada y loable conversación". Al concluir la primera etapa formal de sus estudios superiores, celebraba la ceremonia de disputa o debate llamada ‘determinación’; en algunas universidades se otorgaba un título de bachiller. Después de enseñar él mismo durante dos años, continuando al mismo tiempo sus estudios bajo otro maestro, y previa superación de las pruebas necesarias, el bachiller era promovido a la candidatura preliminar al grado de maestro, cuyo primer paso era la concesión de la licencia por el canciller. En una compleja ceremonia de marcado carácter eclesiástico, el bachiller era investido como ‘licenciado’ título que le daba derecho a solicitar el ingreso en la corporación de maestros. Tras un nuevo período de actividad docente, tal vez de seis meses, durante el cual el licenciado tenía ocasión de demostrar su valía, se llegaba a la etapa final (iniciación, estreno o entronización) con una ceremonia aún más solemne que la licenciatura. Era admitido solemnemente en la corporación en presencia de sus miembros. Luego de las ceremonias religiosas de rigor el maestro daba su lección inaugural, siendo a continuación investido con los símbolos de sus título: el birrete y el libro. Acto seguido tomaba asiento en la cátedra junto a sus colegas.
Esta toma de posesión llevaba consigo el ambicionado derecho ius ubique docendi, que era una sanción papal y otorgaba el privilegio de enseñar en todas partes.
El sistema parisiense de tres grados – bachiller, licenciado, maestro – fue imitado en la mayoría de las demás universidades, aunque a veces usando dos sinónimos de maestro: profesor y doctor.
Las artes liberales constituían el núcleo fundamental de los estudios. Las exigencias de los estudios y de las pruebas obraban como mecanismo de selección, produciendo mucho desgranamiento. Los que solo lograban el grado de bachiller, podían conseguir trabajo como maestros de escuela. El acceso a los estudios superiores era muy difícil.
Los estudios superiores: teología, derecho, medicina 174
La aparición de la traducción de la Biblia de Alcuino (Vulgata) sirvió para su estudio en las escuelas monacales y catedralicias. Luego van apareciendo comentarios y críticas llamadas sacrae paginae dando lugar a
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comentarios o glosas que se iban agregando a la misma Biblia. En el siglo XII estas glosas eran tan abundantes que empezaron a agruparse en libros separados. T. Uno de ellos, llamado ‘Sentencias’ de Pedro Lombardo, presenta un adelanto: en lugar de ceñirse a una cimple compilación de glosas, pasan a plantear un problema o proposición (quaestio) y a discutirlo dialécticamente citando argumentos en pro y en contra a partir de fuentes autorizadas. Otros teólogos confeccionaron ‘apostillas’ que eran palabras claves de la Biblia organizadas alfabéticamente con la referencia de la página (un índice). Las glosas, bajo el influjo de Pedro Lombardo, comenzaron a incoluir otras ‘cuestiones’ exegéticas, algunas que eran enmiendas a versiones anteriores.
Paralelamente a esta evolución de los estudios bíblicos, los teólogos empezaron a organizarse en corporación a finales del siglo XII. Los pontífices seguían con atención esta corporación y les fijaba reglas. Asimismo, intervenía en la curricula. En 1219, Honorio III hace de la teología la disciplina más importante que se estudia en París. En su bula declara:
"Deseamos difundir el estudio de la teología con el fin de … rodear la fe católica de una muralla inexpugnable de guerrero".
(…) "Por estas letras firmemente prohibimos la enseñanza del derecho civil en la ciudad de París y sus aledaños" 177
Como se ve, la expansión de la teología llevó consigo la prohibición de estudiar el derecho civil, ya que el derecho canónico bastaría para solucionar cualquier problema legal que se presentara. En caso de desobediencia se imponía la excomunión.
Ese mismo sentimiento pontificio se ve reforzado en la famosa carta Parens scientiarum de 1231, de Gregorio IX. Esta bula primariamente confirmaba la prohibición de ciertas obras de Aristóteles, intimaba a los maestros y teólogos que no se convirtieran en filósofos, sino al contrario en eruditos de Dios, y a que evitaran el uso de la lengua vernácula y disputaran en latín "sólo de aquellas cuestiones que ueden resolverse acudiendo a obras teológicas y a los tratados de los santos padres"
La teología tendría su propia facultad a mediados del siglo XIII con sus métodos y reglamentos claros. El texto principal eran los libros de sentencias de Lombardo.
El desarrollo de la facultad de derecho se vio frenado, limitando sus estudios al derecho canónico, de curriculum semejante a la de teología.
La medicina 179 recurría a textos de Galeno, Avicena y otros autores. Los grados eran similares a otras facultades: bachiller en la disciplina, licenciatura y finalmente la inceptio hasta conseguir el grado de maestro con la admisión en el gremio. El ingreso en la corporación requeería de algunos tests de carácter y la profesión de fe cristiana. Un decreto de 1271
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3 La prohibición a los judíos de estudiar en la universidad es mencionada en ‘El Mercader de Venezia’ en el comienzo de su versión cinematográfica, explicando que por esa razón muchos judíos se dedicaron entonces al oficio de prestamistas.
prohibía a los judíos3, ciruanos y boticarios el ejercer como médicos. Los cirujanos y boticarios tenían sus propios gremios, por lo que su exclusión hace pensar de que podía tratarse de una rivalidad entre corporaciones en competencia mutua. Por otra parte, la cirugía no se enseñaba: sólo se practicaba la disección pero en animales. Los bitocarios eran frecuentemente charlatanes. Todo eso explica que el médico fuera considerado superior a los de las otras profesiones, pudiendo incluso dictarle normas. Los contenidos venían de siglos de sabiduría de la antigüedad clásica, aunque venían transmitidos por árabes y judíos. El método de enseñanza, sin embargo, era el mismo que en las otras disciplinas: lectura y comentarios acerca de un autor.
Studium en Bologna* pág 180
Se cree que las escuelas del norte de Italia nunca dejaron de existir del todo durante el período feudal, y es probable que en Bologna, como en otras ciudades semejantes, las instituciones municipales de los tiempos de Roma continuaran funcionando, y que el nuevo studium no fuera sino la expansión de una de éstas, estimulada por las mejores condiciones economicas y comerciales del siglo XII. La situación de Bologna en la llanura de Lombardía es muy favorable, encontrándose en un cruce caminos a las ciudades más importantes del Norte de Italia. Los libros que el emperador Justiniano hizo recopilar en el siglo VI constituían un cuerpo legal que, con modificaciones posteriores fueron la base del Código de Derecho Civil. También se usaronlas glosas, como en el caso de la teología, sirviendo de explicaciones, elucidaciones, enmiendas, comentarios, lecuras alternativas, etc., al texto mismo. Escribir glosas era en realidad el método ordinario de estudiar derecho en aquella época. La autoridad de los textos provenía de fuentes como la Biblia, Aristóteles, Boecio y otros. Las glosas desempeñaron otra función en la enseñanza del derecho, ya que servían de anotaciones a las lecturae impartidas por vía oral, de materiales a los textos escritos o summae, y de comentarisa que permitían a los futuros juristas proseguir sus estudios del texto legal. La escuela bolognesa de derecho continuó desarrollándose , y la técnica de glosar fue progresando entre sus estudiantes. Con el tiempo, las glosas adquieren tal importancia que son publicadas aparte y un amplio texto resultante (de Accursio) quedó como obra de base para el estudio del derecho. La escuela de derecho, iniciada en Bologna por Guarnerius a principios del siglo XII llegó a su a su apogeo con la publicación de Accursio.
Desarrollo corporativo 184
A la sombra de estos estudios jurídicos, el studium de Bologna comenzo a desarrollar su carácter corporativo. El aprendizaje del derecho era una necesidad y atraía estudiantes. A diferencia de París (donde la mayoría de
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los litterati pertenecían de alguna manera al clero), en Italia existían numerosos maestros y estudiantes civiles y que, por consiguiente, no gozaban de la protección o privilegio del fuero que tenían todos los clérigos. Generalmente dicho privilegio consistía en estar sometido únicamente a tribunales eclesiásticos. Por la disposición del Privilegium scholasticum o Authentica habita, Federico I (Barbarroja) extendía la protección imperial a todas las personas que viajaran a Italia para estudiar.
Los Authentica habita constituyen el primer documento de privilegios concedidos a estudiantes. Los estudiantes se organizaron para defender sus intereses; además los de derecho eran generalmente de edad madura y sensibles al tema. Obtuvieron concesiones tocantes a derechos de alojamiento, cuya seguridad y continuidad se les aseguraba en contra de la avaricia de ciertos propietarios, exención de impuestos, sobre todo en la compra de libros. Éstos no eran mercancía, porque los graduados conservaban sus libros para el ejercicio de la profesión.
Parece que éstas son las circunstancias que indujeron a los estudiantes de Bologna a agruparse y que de aquí probablemente surgió la organización de las ‘naciones’, que después serían adoptadas por París.
La universidad se situaba en el contexto de una ciudad –Estado o ‘comuna’, que como otras intentaba mantener su independencia frente a los poderes del papa y el emperador. En medio de intrigas, la comuna reconocía que la universidad era valiosa, pero como ciudad relativamente pequeña temía que la fuerza corporativa del studium creciese hasta lel punto de usurpar funciones de la municipalidad. Los estudiantes trataban de elegir ellos mismos a los rectores de sus naciones. A su vez, la ciudad no les daba a los extranjeros la ciudadanía. El descontento de los estudiantes generó el vaciamiento de la universidad, que dejó de funcionar de 1217 a 1220: fue la ‘gran dispersión’ donde muchos estudiantes emigraron a otras ciudades, donde surgieron otros studia que toman el modelo de Bologna.
Con la intervención de las autoridades imperiales, de Honorio III y de las autoridades comunales, retornan a la ciudad con más poder, obtienendo nuevas concesiones, como la exención del servicio militar, el derecho a organizar sus propias universitates, de elegir a sus rectores y supervisar la marcha del studium, además de muchas reivindicaciones económicas. Una de las condiciones para el regreso de la gran dispersión fue que los maestros aceptaran la autoridad de los rectores de las naciones estudiantiles. Las universidades de estudiantes se convirtieron en los verdaderos organos de control y, al tener los maestros que remitirse a su autoridad, los estudiantes acabaron nombrando a los profesores. Un importante poder decisivo quedó en manos del colllegium doctorum: el derecho de examinar y admitir a nuevos miembros en su corporación.
El papado se estaba interesando cada vez más. En 1219 Honorio consigue cierto control eclesiástico al exigir a los estudiantes, para su
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4 En el transcurso del siglo XIII fueron tomando consistencia unos estudios paralegales, dependientes en gran medida de las artes dictaminis, que se organizaron separadamente como facultad ocon carácter propio, denominándose ars notaria.(Bowen 193)
ingreso en la corporación de doctores de derecho canónico y civil , la aprobación del Arcediano de Bolonia.
La historia de la universidad de Bologna es de conflictos. De vez en cuando entraba en colisión con el papa, que durante el siglo XIII intentó asegurarse el control. Pero este control se fue logrando paulatinamente; un paso significativo lo dio el papado al otorgar al licenciado de Bologna, ya sea en derecho canónico o civil, el privilegio de poder enseñar en todas partes.
Programa de estudios en Bologna190
Un programa de estudios bien articulado seguía atrayendo estudiantes, generalmente de edad madura y familias acomodadas. Su gloria fue la enseñanza del derecho, al que se asociaba el de las artes liberales. Pero, a diferencia de París, en sus aulas nunca se enseñó teología, que permanecía acantonada en las escuelas monásticas de la ciudad; la medicina se introdujo más tarde. Las artes liberales en Bologna servían como preparatorias para el derecho y eran de orientación práctica, en un contexto de gran desarrollo comercial, mientras en París preparaban para la teología. Hay indicios de que muchas ciudades del Norte de italia tenían instituciones, seguramente sobrevivientes de siglos anteriores, al estilo de Bologna, aunque ésta era del de mayor rango. Se deduce que losmétodos ordinarios debían seguir los ya establecidos por Cicerón y Quintiliano y que las materias se ceñían a las del curso convencional de retórica.
(Figura: Libros encadenados, biblioteca de la università di Bologna)
El primer cambio importante lo produjo Boncompagno, de Signa Franca, que enseñó en Bologna en el siglo XIII. En una disertación pública sobre el antiguo estilo de la retórica clásica, delante de las autoridades, fue "aprobado y coronado de laurel", siendo más tarde el autor de la Rhetorica Novissima, de carácter más práctico que la de Cicerón, reflejado en la composición de cartas o dictamen, por lo cual la disciplina se comenzó a llamar ars dictaminis.4 Esto también abre el camino al uso de la lengua vernácula, en cuanto empiezan a aparecer comentarios y traducciones de esta obra al volgare. A los notarios se les examinaba de sus conocimientos de la lengua vernácula antes de ser admitidos en la corporación.
En los exámenes para la obtención del bachillerato – grado que indicaba la culminación del curso de artes – la ceremonia final tenía lugar frente a una asamblea o conventus de la universidad, y era supervisada por los propios juristas, de quienes dependía en último término la aprobación.
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El aspecto más relevante de la organización académica lo constituían las condiciones de admisión en las corporaciones profesionales, que en Bologna quedarían conformadas en: derecho, ars notaria y medicina.
Con respecto a los métodos, conocemos mejor lo que sucedía en derecho. El maestro Pedro Peregrossi, para enseñar el derecho civil, según sus propias palabras procedía así:194
"Primero os daré un resumen de cada título antes de pasar al texto; segundo os indicaré del modo más claro y exlicito que me sea posible el significado y alcance de cada ley … tercero leeré el texto con miras a corregirlo, cuarto repetiré brevemente el contenido de la ley, quinto resolveré las contradicciones aparentes, añadiendo algunos principios jurídicos generales … y algunas distinciones o problemas sutiles o interesantes (quaestiones) que surjan de la ley, con sus soluciones, en la medida en que la divina providencia me capacite para ello."194
A los pasajes difíciles les dedicaría repeticiones suplementarias por la tarde, y dos veces al año, en navidad y Pascua, se ofrece a disputar cuestiones quodlibetales.
Los estudiantes ejercían presión sobre el profesorado, supervisando los métodos docentes. Se nombraban escolares aptos para denunciar a cualquier profesor que no se atuviese al horario o que no llevara las disputas con eficacia. Los rectores debían nombrar y supervisar esta comisión o pagar con multas. Cada doctor en leyes debía estar en la escuela antes de que la campana de San Pedro señalara el fin de la misa matutina y comenzar inmediatamente las clases y terminar a tiempo. No podía omitir determinadas glosas en su explicación:
Ningún doctor omitiría … un solo capítulo, decretal, ley o párrafo … ninguna parte difícil del texto ha de dejarse para el final (ya que) con esta demora es posible que el tratamiento de dicha parte sea cortado en seco por la campana que señale el fin de la clase.
Ningún doctor de derecho canónico o civil … se ausentará más allá de los límites de la ciudad de Bologna y permanecerá fuera de ellos por tanto tiempo que los estudiantes lleguen a perder una clase o tengan que suistituirlo por otro"
Así, los estudiantes al propio tiempo se regulaban a sí mismos e imponían al cuerpo esrtudiantil una disciplina igualmente rigurosa. Se supone que pocos ‘sobrevivirían’ hasta graduarse. Una vez completada la carrera, la recompensa era considerable, como lo indica la fórmula empleada para conferir grados en derecho (in utroque iure).
A fines del siglo XIII Bologna, como París, era ya una universidad bien asentada con una estructura corporativa y un programa de estudios en pleno auge. Tanto el uno como el otro de estos dos studia generalia sentaron las bases de un solido medio institucional que contribuyó a la difusión del saber. En 1300 había ya 23 universidades funcionando:
11 en Italia,
5 en Francia,
4 en España,
2 en Inglaterra
1 en Portugal.
Serían las instituciones educativas más importantes de Occidente.

Glosario

Cofradía. Congregación de devotos. / gremio o asociación de personas con fines determinados. (RAE)

Collegium (plural: collegia). Corporación de maestros en Bologna.

Decretales. Nombre con el cual se conocía el Derecho Canónico (Bowen III: 163)

Escuela gramatical. Era el nivel previo a los estudios de arte. Generalmente se cumplía hasta alrededor de los 14 años. Adoptaba a menudo la forma de internado – pedagogium – anexo a la universidad.

In utroque iure. Fórmula para conferir grados en derecho. El rector del collegium doctorum recibía a cada candidato individualmente y leía una declaración que servía para conferirle el título.

Lección (lectio). En el medioevo, era el método más utilizado, consistiendo en leer y comentar un autor (Bowen II: 170)

Pro et contra. Método para argumentar, por el cual las diversas opiniones sobre las materias discutidas se organizaban en categorías a favor y en contra de proposiciones específicas. Fue aplicado brillantemente por Ivo de Chartres y más tarde por Pedro Abelardo en su Sic et non. (Bowen II: 170)

Quodlibet. (Del latín= lo que se quiera). Se usaba para calificar aquellas discusiones libres que podían ocurrir en la universidad.

Studium generale. (Plural: studia generalia) Primer nombre que recibe la universidad de la catedral de Notre-Dame de París. Literalmente significaba lugar de estudio para los estudiantes de cualquier parte del mundo. También se aplicó en Italia. Se admite que el nombre no indicaba que el currículo contemplaba todo el conocimiento: Salerno solamente medicina, Bologna derecho (luego agrega las artes liberales), París comienza por las artes liberales, especialmente el trivio, para enseguida agregar teología, derecho canónico y medicina. (Bowen II: 162)

Universitas (pl. Universitates). El término se aplicó inicialmente a la corporación (maestros o estudiantes) y no a la institución. En el caso de París se trataba de una corporación de maestros (universitas magistrorum parisiensis) mientras que en Bologna era de estudiantes (Bologna). En el siglo XV, en París el término pasa a designar a la institución, reemplazando a studium generale que había caído en desuso.