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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria

03 julio, 2007

Inquisición: Auto de Fe en la Plaza


Auto de fe (acto de fe). Ceremonia de la Inquisición donde solemnemente se castigaba o perdonaba a los condenados por herejía, solemnizando su retorno al seno de la Iglesia (en la mayor parte de los casos) o su castigo como hereje impenitente. Podían ser privados (particular) o públicos (auto general). Con el tiempo ganaron en solemnidad, con multitudinaria asistencia de público, en medio de un ambiente festivo, hasta convertirse en un espectáculo barroco, con una puesta en escena calculada para causar el mayor efecto. Solían realizarse en un espacio de grandes dimensiones, generalmente en días festivos. Los rituales empezaban la noche anterior (“procesión de la Cruz Verde”) y duraban a veces el día entero. En la procesión, al igual que en una representación teatral, los personajes que participaban en el Auto de fe, vestían de acuerdo con su cometido y categoría, con normas en cuanto al orden y distribución de los participantes. Los reos eran conducidos de madrugada desde la prisión de la Inquisición hasta la capilla del Santo Oficio de donde salía formada toda la procesión. La cruz verde, símbolo de la Inquisición, iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el fiscal del Tribunal que solía marchar a caballo. Detrás de él, a pie, caminaban los reos reconciliados portando cirios encendidos en señal de penitencia. A continuación iban los frailes dominicos precediendo a los reos relajados, es decir, a los condenados a muerte.
Estos reos iban vestidos con una especie de poncho bendecido llamada sambenito, pintada con escenas del infierno, con terribles llamas y figuras de condenados. En la cabeza soportaban la coroza o capirote, un cucurucho grotesco y humillante pintado con símbolos infernales. En la figura, un cuadro de Goya, representando un penitente con el sambenito ante la Inquisición.
El sambenito a menudo era expuesto públicamente tras la ejecución de la sentencia para que sirviera de memoria y ejemplo.
Hay conocidas pinturas de los autos de fe, como la de Pedro Berruguete de 1475 y la de Francesco Rizzi (Museo del Prado) (en la primera figura, obtenida de Wikipedia) que representa la Plaza Mayor de Madrid el 30 de junio de 1680: este acto es narrado con todos sus detalles en el sitio: http://club.telepolis.com/pastranec/interesantes/autofe.htm. El último auto de fe público en España (siglo XIX), el hereje fue condenado a ser ejecutado en la horca y quemado después, en Valencia. Pero como ya en aquellos tiempos no se consentía ese espectáculo, la sentencia dispuso que no fuese quemado de forma real, sino que las llamas se pintaran en un cubo, dentro del cual estaría el cadáver, el cual sería arrojado al río.