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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria

29 mayo, 2007

Siglo XI (Manacorda)



Siglo XI: EDUCACIÓN EN LA BAJA EDAD MEDIA [1]

MANACORDA, Mario Alighiero (1987): Historia de la Educación 1. De la Antigüedad al 1500. México: Galache / Barcelona: Siglo XXI. [2] cap V: La educación en la Baja Edad Media, pp 219-262. Resumen informal y notas por J. C. Paradiso[3]. Uso exclusivo cátedra de Historia de la Educación.
Figura: Catedral de Salamanca. Sede de importante escuela catedralicia.
El ‘renacimiento’ carolingio [4] fue breve, y siguió un estancamiento de casi dos siglos. En los territorios del Sacro Imperio Romano, nuevamente hostigado por bárbaros, húngaros y eslavos por el Este y árabes por el sur, ya no existe un poder centralizado sino una dispersión de señoríos territoriales. Incluso la Iglesia de Roma renuncia a ejercer su autoridad, aunque sigue siendo la fuente principal de la instrucción.
Después del año 1000, con la finalización de las incursiones de los nuevos bárbaros, con la consolidación del poder papal e imperial, surgen nuevos centros urbanos que, sobre todo en Italia, se sustraen al poder feudal y se organizan en forma de municipio, con lo cual asistimos a un despertar de toda la actividad cultural y educativa.223

La Iglesia 219
Durante el período de estancamiento las instituciones escolares de la iglesia sobreviven mediocremente. La palabra schola signifia, en esta época, lugar de reclutamiento, la congregación, más que lugar donde se estudia.
Educación en los monasterios : (ver otro archivo)

Educación en las escuelas del clero secular, originalmente el maestro era el obispo (como el párroco lo era en las parroquias) pero pronto esa función fue delegada a un scholasticus o magischola. Éste fue un cargo cuya dignidad crecería con el tiempo, hasta el punto que el magischola acabó por asumir funciones más elevadas en la iglesia, dejando la función de enseñar a un sustituto o proscholus.
Fue característico de esta edad feudal la costumbre del magischola de vender la autorización de enseñar y en consecuencia, por parte de quien había comprado la licencia, de cobrar la enseñanza dada a los escolares: en cierto sentido dos casos de simonía. Investiduras[5] y simonía son parte de la escuela de una sociedad y una iglesia feudales, aunque la venta del conocimiento muestra el surgimiento de una nueva sociedad laica. En el mundo clásico de Aristóteles y de Cicerón la enseñanza era un oficio indigno de los hombres libres porque se hacía por dinero. Se trataba de una concepción conservadora pero laica; ahora tenemos su traducción en clave progresista y teológica.223
La crisis del imperio carolingio había llevado a una nueva situación: la fuente del derecho escolástico, en principio imperial, había pasado de hecho a la iglesia. Nació de hecho un monopolio eclesiástico de la instrucción, sostenido con esfuerzos y provocando enfrentamientos.224
Gregorio VII reconfirmaba la obligación de los obispos de hacer enseñar las artes literarias en sus iglesias – lo mismo hacían las órdenes en los monasterios –. Otro papa, Alejandro III, invoca con valentía las decisiones que ya se habían tomado en Francia imponiendo a las iglesias y a los monasterios extender su enseñanza a los laicos pobres.224 Además, para contrarrestar los casos de simonía disponía que:
“Toda iglesia catedral provea de beneficio a un maestro, que enseñe gratuitamente a los clérigos y a otros pobres, que no pueden recibir ayuda de sus padres, no se les prive de la oportunidad de leer y de aprovechar en el estudio … Dicha escuela sea también instituida en otras iglesias y en los monasterios …. No se exiga ningún pago por la licencia de enseñar; ni, bajo pretexto de seguir una costumbre, se exija algo a los que enseñan; y no se impida enseñar a nadie que sea idóneo y haya obtenido la debida licencia … Aquel que por avaricia vende la licencia, está impidiendo el progreso de la iglesia” (Manacorda 224-225)

Los contenidos estaban fuertemente dedicados a la teología. 226 Más tarde se establecieron estipendios para los maestros de teología, que continuarían recibiendo durante 5 años aunque estudien y enseñen fuera de su diócesis. [6]

Maestros libres y universidades (pág. 227)
Paralelamente al surgimiento de la economía mercantil de las ciudades y a la organización municipal, se produce un proceso nuevo en educación, con el nacimiento de los maestros libres, fueran clérigos o laicos. Con su licencia docente concedida por el magischola enseñaban fuera de las escuelas episcopales y a menudo fuera de la ciudad. En Italia el proceso fue más importante.
Estos maestros libres enseñaban en primer lugar las artes liberales del trivium y del quatrivium, pero van apareciendo escuelas libres de otras disciplinas. Es probable que de estos maestros libres que enseñaban junto a las escuelas episcopales y siempre bajo la tutela jurídica de la iglesia (y también del imperio) nazcan después las universidades.

En Salerno, antes del año 1000, existía una tradición de práctica médica, que fue tomando poco a poco las características de una escuela teórica y que dos siglos más tarde fue reconocida como Studium generale (o sea cuyos títulos eran reconocidos en todas partes, lo que equivalía a una universidad)
Un hecho determinante fue que en Bolonia, en el siglo XI empezó la enseñanza de la Jurisprudencia, con lo cual se considera que se inicia la historia de las universidades medievales. En un primer momento concernía sólo al derecho romano o civil y se incorpora luego el derecho canónico: se podía obtener el grado de doctor en uno u otro derecho.
Más tarde se agrega la teología enseñada por los dominicos.
He aquí 4 enseñanzas distintas: artes liberales, medicina, jurisprudencia y teología. Éstas fueron las 4 facultades típicas, aunque no exclusivas, de las universidades (o studia generalia) medievales; una de las creaciones más originales y uno de los hitos culturales más significativos del medioevo.
Las facultades de arte conservaron durante largo tiempo una función propedéutica, sin una distinción demasiado neta respecto a sus hermanas menores, que eran las escuelas de gramática. Representan la continuidad de la educación medieval y siguieron siendo la base para cualquier otro estudio. La cima específica era la ‘filosofía’ ya de la naturaleza (física, ciencias naturales) ya del hombre (ciencias morales). A través de las artes (como ya indicaba Quintiliano en la época clásica) se llegaba pues a la cultura científica: en las universidades medievales éstas fueron elvínculo hacia nuevas enseñanzas, especialmente a través del descubrimiento de Aristóteles.
En las universidades de Italia se desarrollaría la Ars dictandi, una enseñanza para escribir, que más tarde se acercará al estudio del derecho.


Dominicos y franciscanos 229
A principios del siglo XIII, cuando las universidades se consolidan y difunden, surgen las nuevas órdenes religiosas, sobre todo los dominicos y franciscanos. Ellos renuevan escuelas y estudios, y desarrollan una acción misionera externa. Los dominicos se dedican especialmente a la teología, creando centros de estudio en conflicto con los públicos; y los mismos franciscanos, aunque la Regla de San Francisco prescribía que los frailes que no supieran leer ni escribir no debían preocuparse, se dedicaron principalmente a las artes liberales. Las nuevas órdenes testan muy lejos de la enseñanza monástica tradicional y tienen un papel decisivo en el desarrollo de la nueva cultura ciudadana.
A finales de la Edad Media habrá cerca de 80 universidades. Inicialmente el poder papal e imperial (o regio) decide que se establezcan con fundaciones propias: Salamanca, Roma, Viena, Praga, etc.. Pero parece ser que su origen debe buscarse en la confluencia espontánea de clérigos de distinta procedencia para escuchar las lecciones de un famoso hombre docto. Ellos producen el fenómeno de los escolares o clérigos vagos.

Clérigos vagos y goliardos 231
El característico fenómeno de los escolares o clérigos vagos (clerici vaganti) fue obstaculizado primero por la iglesia, sobre todo cuando dejaban los monasterios o colegios canónicos sin permiso, pero permitido y protegido después por Honorio III con la Bula Super specula, que les conservaba los beneficios por 5 años.
Los clérigos vagos son herederos de los gyrovagi criticados por Benito. Merecieron el nombre de goliardos. Los cantos que se han conservado, sobre todo en la recopilación de los Carmina burana, tocan sus temas preferidos. El Gaudeamus se canta todavía.[7]
Estos clérigos constituyen asociaciones, societates scholarium, que se convirtieron después en universitates, o sea, a semejanza de otras corporaciones de artes y oficios, en asociaciones jurídicamente reconocidas por todos (universi) los scholares.233
Con relación a los maestros los estudiantes tenían mucho poder: eran los estudiantes quienes les pagaban, a través de representantes encargados de las colectas. ‘Cuando los doctores hacen colectas, el doctor no pide a los estudiantes, sino que escoge a dos estudiantes para que indaguen sobre la voluntad de los otros estudiantes, y a través de ellos se comprometen.’
Vagantes honestos o vagantes goliardos, encontraron apoyo en el Emperados Federico I Barbarroja. El papa estuvo obligado a seguir su ejemplo.
Aparte del apoyo del poder político a los estudiantes, la iglesia conservó una especie de supervisión de la concesión de la autorización para enseñar (licencia docendi) previo examen de los títulos de estudio.235
En esos tiempos existían dos ceremonias de concesión de licencia: inicialmente una interna en la universidad, seguida por otra ceremonia pública o conventatio. Por esto, además de la determinante iniciativa de los maestros libres, se puede observar una continuidad en cuanto a dirección política, entre escuelas episcopales y universidades.
Los clerici vagantes continuaron por un tiempo siendo un problema para la iglesia, para el poder político y para las ciudades anfitrionas. Los concilios se ocuparon de ellos con preocupación. Pero tampoco faltaron los que trabajando se pagaban los estudios. Esto del trabajar para estudiar, como lo del mendigar o lo de darse a la dulce o mala vida, ha sido siempre un lugar común en la historia de la educación.
En las personas de estos goliardos se manifiesta una figura social nueva: la figura del estudiante, laico, habitante de ciudades que no son la suya propia, pero inmerso en la vida de aquellas ciudades, comunales o regias, que son los nuevos centros económicos, sociales y culturales.236

Glosario
Gaudeamus Igitur. Canción del siglo XVIII inspirada seguramente en una letra goliarda. Todavía se canta en la actualidad. Se puede leer la letra (latín e inglés) y escuchar su conocida melodía en http://www.newfoundations.com/Gaudeamus.html
Investidura laica. Muchas veces en relación con la simonía. Rompía la vieja práctica canónica según la cual el ministerio episcopal era conferido por el clero. Los príncipes seculares usurparon este derecho invistiendo directamente a los obispos. Primaba la utilidad del candidato sobre su idoneidad. Se sospechaba que una investidura laica fuera acompañada de un pago por parte del beneficiario. Tomado de http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/962.htm
Simonía. La compra o venta de lo que es espiritual por bienes materiales. Incluye cargos eclesiásticos, sacramentos, sacramentales, reliquias y promesas de oración. La palabra deriva de Simón el Mago, quién quiso comprarle a San Pedro el poder para imponer las manos. Simonía es tratar los bienes espirituales como si fuesen propiedad de los hombres. Se equipara lo espiritual a lo material y por ende se comercia con cosas santas. http://www.corazones.org/diccionario/simonia.htm
Salerno. Fue la primera Escuela de Medicina establecida en Europa, localizada en el sur de Italia.
[1] Se suele denominar baja Edad Media o Edad Media Tardía al período que, siguiendo a la Alta Edad Media, comienza en el siglo XI, alrededor del año 1000. Pero la periodización no es uniforme entre los diversos autores. (Nota: JCP)
[2] Un resumen completo de los dos tomos realizado por Maribel González García en 2001, se puede encontrar en el sitio: http://www.universidadabierta.edu.mx/SerEst/Apuntes/GonzalezMaribel_HistoriaEducacion.htm
[3] Los superíndices, excepto los que corresponden a llamadas al pie, indican el número de página del texto original de Manacorda.
[4] Dinastía Carolingia. Linaje de reyes francos que gobernaron Europa entre los siglos VIII y X. Carlomagno fue el más conocido y exitoso, extendiendo el imperio y convirtiéndose en brazo armado de la iglesia. http://www.editorialbitacora.com/armagedon/carlomagno/carlomagno.htm
[5] Ver glosario
[6] Además de ser una especie de ‘becas’ o quizás un antecedente del año sabático, éstos son signos de una lucha por un desarrollo mercantil, burgués, del sistema educativo, que la iglesia, aliada con los municipios en contra del imperio, dirige con más o menos conciencia de su misión histórica.
[7] Gaudeamus Igitur. Canción del siglo XVIII inspirada seguramente en una letra goliarda. Todavía se canta en la actualidad. Se puede leer la letra (latín e inglés) y escuchar su conocida melodía en http://www.newfoundations.com/Gaudeamus.html