Hermano sol, hermana luna (Dir.: Franco Zeffirelli) Francisco (1181-1226) hijo del comerciante Pedro Bernardone y de Pica es un joven alegre y despreocupado al que le gusta divertirse con sus amigos. Participa en la guerra contra Perusa y regresa enfermo y cambiado.
Tras mucho meditarlo, conmovido por la miseria de los obreros de la tintorería de su padre, renuncia a todos sus bienes y se dedica a reparar la iglesia de San Damián, con ayuda de sus primeros seguidores. Se le van uniendo los amigos y la joven Clara. Viven de limosna y sus paisanos los toman por locos.
Decidido a defender sus razones va a entrevistarse con el papa Inocencio III y éste, después de escucharlo, se postra a sus pies, como señal de aprobación.
La película ha sido adoptada por el mundo franciscano como "la biografía cinematográfica" oficial del santo. La música se basa en cantos y baladas medievales. (Gianni Virgadaula, S. Francesco nel Cinema,4. Rev. Francesco, il volto secolare, n. 5, 2003, p. 33).
Franco Zeffirelli se siente llamado a una misión moralizadora para rescatar las pantallas de la hipoteca de los violentos y los sexómanos y señalar el comienzo de un "renacimiento espiritual" del cine. Ve a Francisco como precursor de aquella franja de jóvenes contestadores que hoy predican la no violencia, el regreso a la naturaleza y a la fraternidad universal, la película de Zeffirelli abarca, efectivamente, una serie de instancias morales (y, en el fondo, políticas), donde se encuentran antiguos impulsos místicos y nuevos cansancios ideológicos, la inocencia de los sencillos, la náusea de los consumistas y la subterránea polémica de los artistas contra ciertos poderes. Francisco fue un contestador de la sociedad basada en el provecho y en los placeres terrenos, y esto deriva de los sobresaltos de un genérico espiritualismo que propone ejemplos irrepetibles.
La película, por su celebración de valores caídos en desuso y sospechosos, además, de habérselos apropiado grupos de hippies, está destinada a fértiles debates, por ejemplo, en la medida en que favorece a la campaña ecológica. Zeffirelli, sobreviviente de las películas shakespearianas, se inventa una imagen cautivadora de Francisco, lo coloca en un sugestivo marco ambiental y trata de expresar el fatigoso traspaso de los gozos mundanos a los triunfos del alma. No es una biografía del Santo, sino más bien un rápido retrato del hijo de un rico mercante, desde los meses bellacos en que el play-boy se dedicaba a las armas y a los amores, hasta los días en que, poniéndose de parte de los marginados, se rebeló contra el padre y, para conquistar la vida eterna, se marchò a vivir en pobreza.
La historia quiere ser una especie de alegoría de la contestación juvenil de nuestros años.
Fotos: (1) Pintura de San Francisco tomada de Wikipedia. La pintura más antigua de San Francisco (autor: Parzi: Sacro Speco, Subiaco)
(2) Capilla en donde fueron bautizados Francisco y Clara