Nos han llamado la atención una serie de hechos que enturbian la transparencia democrática en nuestra propia facultad.
Hay varias quejas en ocasión de los concursos, las relaciones institucionales no parecen manejarse con la sensatez que impone la investidura de estar a cargo de una carrera o una Alta Casa de Estudios.
Si bien desde nuestra posición en la cátedra tratamos de no traer a colación temas políticos, es llamativo que en el caso de nuestra carrera no se ha llamado desde hace más de un año a ninguna reunión de las cátedras que constituyen diferentes asignaturas que deben ser articuladas.
No pueden pedirse programas para el 2010, como se ha hecho con nuestra cátedra al igual que con las otras de la carrera de profesorado, sin citar previamente a una reunión para acordar contenidos.
En más de una oportunidad hemos tenido superposiciones temáticas con otras cátedras, y ello debe ser tratado en reuniones, que hemos solicitado a la coordinadora sin tener respuesta.
La práctica democrática del consenso parecía definitivamente consolidada con el retorno a la democracia, tal como lo experimenté en mi carácter de Decano en la Universidad del Comahue.
No ha sido siempre así. Los temas importantes no son sometidos a discusión de los claustros, y las discusiones a veces se tornan monólogos entre sordos. Y son las autoridades las que tienen que cambiar esta situación.
Prof. Juan Carlos Paradiso