BUCHBINDER, Pablo (2005): Historia de las Universidades Argentinas, Bs. As: Sudamericana. Resumen y notas por J.C. Paradiso para uso de la cátedra (Capítulo 2: La universidad en el marco de la crisis del modelo escolástico: el caso de Buenos Aires, pp 41-57)
La época colonial
Entre los siglos XVIII y XIX se produce un cambio en el perfil de las instituciones superiores de Europa, en medio de fuerzas que intentan mantener el molde escolástico y otras que pugnan por cambiarlo para incorporar los nuevos paradigmas científicos. En realidad, la resistencia al interior de las universidades las había dejado retrasadas respecto a otras instituciones, como las academias de ciencias, las sociedades científicas y las grandes escuelas (como en Francia) que tomaban a su cargo la investigación y la instrucción profesional.
A finales del siglo XVIII un movimiento de reforma intenta superar la dominación escolástica y la influencia de la Iglesia en las universidades, tomando diversos modelos según los países: en Inglaterra se presta atención a la formación política de las élites, en Francia se afianza el perfil profesionalizante napoleónico, en Alemania la investigación. En todos lo que se busca es el conocimiento útil para la sociedad. Esta es la impronta sobre la universidad de Buenos Aires fundada en 1821, surgida en el marco de la descomposición del modelo escolástico. Ya en la colonia habían surgido instituciones superiores sobre una realidad cultural de carácter laico, que las diferenciaba del clima cordobés. Buenos Aires iba adquiriendo importancia en el comercio y la vida económica y política rioplatense, y se hace eco de los cambios que ocurrían en el mundo hispanoamericano, donde se daba una lucha contra el monopolio clerical.
Los intentos por crear una universidad en Buenos Aires, en los tiempos de la colonia fracasaron en parte debido a la oposición de los universitarios de Córdoba. Sólo se consiguió crear instituciones superiores, como el Protomedicato, a iniciativa de Vértiz, donde se controlaba la salud pública y el ejercicio profesional; más tarde se autorizó la enseñanza de la medicina. Más tarde se crean las escuelas de Dibujo y Náutica, gracias a gestiones del Consulado, donde se intentaría enseñar matemáticas para brindar una base científica a los estudios.
Durante la primera década revolucionaria aparecieron varias instituciones con un perfil semejante a las surgidas a finales del período colonial: un instituto médico-militar, la Academia de Matemáticas y Arte Militar, cuya orientación es explícita respecto a las necesidades de las guerras de independencia, pero también de restar atención a la parte científica. La Academia de Jurisprudencia era una institución que recibía graduados universitarios, tomaba exámenes teóricos y prácticos, y finalmente certificaba los títulos.
Los estudios preparatorios[1] también se desarrollaron tempranamente. En la época de los jesuitas, ellos se hacían cargo de los estudios elementales y de los preparatorios, en varios conventos de la ciudad. Cuando son expulsados se crea el Real Colegio de San Carlos [2] y más tarde el Real Convictorio Carolino, que estaba a cargo del clero secular y dependía formalmente del Virrey. Luego de un período de inactividad que siguió a las invasiones inglesas, el Directorio en 1817 crea el Colegio de la Unión del Sur y años más tarde tomará el nombre de Colegio de Ciencias Morales.
Orígenes de la universidad (pág. 44)
[1] Estudios preparatorios. Corresponden a lo que más tarde se llamaría enseñanza secundaria.
[2] Real Colegio de San Carlos. Obsérvese que el nombre indica el desplazamiento del poder hacia el Rey, en detrimento de la Iglesia, una de las características del advenimiento de los Borbones. La evocación del santo no alcanzaría a disimular el cambio.
La época colonial
Entre los siglos XVIII y XIX se produce un cambio en el perfil de las instituciones superiores de Europa, en medio de fuerzas que intentan mantener el molde escolástico y otras que pugnan por cambiarlo para incorporar los nuevos paradigmas científicos. En realidad, la resistencia al interior de las universidades las había dejado retrasadas respecto a otras instituciones, como las academias de ciencias, las sociedades científicas y las grandes escuelas (como en Francia) que tomaban a su cargo la investigación y la instrucción profesional.
A finales del siglo XVIII un movimiento de reforma intenta superar la dominación escolástica y la influencia de la Iglesia en las universidades, tomando diversos modelos según los países: en Inglaterra se presta atención a la formación política de las élites, en Francia se afianza el perfil profesionalizante napoleónico, en Alemania la investigación. En todos lo que se busca es el conocimiento útil para la sociedad. Esta es la impronta sobre la universidad de Buenos Aires fundada en 1821, surgida en el marco de la descomposición del modelo escolástico. Ya en la colonia habían surgido instituciones superiores sobre una realidad cultural de carácter laico, que las diferenciaba del clima cordobés. Buenos Aires iba adquiriendo importancia en el comercio y la vida económica y política rioplatense, y se hace eco de los cambios que ocurrían en el mundo hispanoamericano, donde se daba una lucha contra el monopolio clerical.
Los intentos por crear una universidad en Buenos Aires, en los tiempos de la colonia fracasaron en parte debido a la oposición de los universitarios de Córdoba. Sólo se consiguió crear instituciones superiores, como el Protomedicato, a iniciativa de Vértiz, donde se controlaba la salud pública y el ejercicio profesional; más tarde se autorizó la enseñanza de la medicina. Más tarde se crean las escuelas de Dibujo y Náutica, gracias a gestiones del Consulado, donde se intentaría enseñar matemáticas para brindar una base científica a los estudios.
Durante la primera década revolucionaria aparecieron varias instituciones con un perfil semejante a las surgidas a finales del período colonial: un instituto médico-militar, la Academia de Matemáticas y Arte Militar, cuya orientación es explícita respecto a las necesidades de las guerras de independencia, pero también de restar atención a la parte científica. La Academia de Jurisprudencia era una institución que recibía graduados universitarios, tomaba exámenes teóricos y prácticos, y finalmente certificaba los títulos.
Los estudios preparatorios[1] también se desarrollaron tempranamente. En la época de los jesuitas, ellos se hacían cargo de los estudios elementales y de los preparatorios, en varios conventos de la ciudad. Cuando son expulsados se crea el Real Colegio de San Carlos [2] y más tarde el Real Convictorio Carolino, que estaba a cargo del clero secular y dependía formalmente del Virrey. Luego de un período de inactividad que siguió a las invasiones inglesas, el Directorio en 1817 crea el Colegio de la Unión del Sur y años más tarde tomará el nombre de Colegio de Ciencias Morales.
Orígenes de la universidad (pág. 44)
[1] Estudios preparatorios. Corresponden a lo que más tarde se llamaría enseñanza secundaria.
[2] Real Colegio de San Carlos. Obsérvese que el nombre indica el desplazamiento del poder hacia el Rey, en detrimento de la Iglesia, una de las características del advenimiento de los Borbones. La evocación del santo no alcanzaría a disimular el cambio.