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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Seminario optativo de la Maestría en Educación Universitaria

30 septiembre, 2007

MOVIMIENTOS UTÓPICOS Y PROGRESISTAS siglo XIX (2ª parte)



Primitivo socialismo en Francia: Saint-Simon y Fourier
Simultáneamente con Owen, las ideas socialistas se fueron desarrollando en Francia, como consecuencia de las esperanzas que habían nacido en la revolución y de la literatura utópica del siglo XVIII, que adquiere sus formas más variadas en ese país[i].
El conde de Saint-Simon (Claude-Henry de Rouvroy) (1760-1825) profundamente influenciado por Comte, sobre todo por el positivismo y su aplicación a la sociedad. El conflicto de las clases sociales sería inevitable, y de él surgiría un nuevo orden social, como sucesor del ancien régime. basado en el gobierno de la ley, en una jerarquía de talento, donde la educación sería capital. Las clases sociales serían eliminadas con el retorno de la propiedad alienada a la comunidad.
Los sansimonianos no argumentaban a favor de una completa igualdad, sino de gradaciones jerárquicas de acuerdo con el mérito.
La educación desempeñaría un papel integral como mecanismo que garantizara la moral común y los comportamientos adecuados (socialización) y como aparato clasificador y seleccionador, que colocara a cada uno en situación profesional adecuada. 0

Fourier, Francois-Marie-Charles (1772-1827). Sus ideas sobre la reconstrucción de la sociedad fueron influyentes, próximas a la doctrina estoica de un designio fundamental para el mundo y de la necesidad del hombre de descubrirlo para vivir en armonía con la naturaleza. La naturaleza tiene una importancia capital y depende de un plan divino. Entre los elementos fantásticos de su obra, afirmaba que dentro del hombre hay 13 pasiones que si son liberadas transformarán el mundo. La solución se encontraría en la arcadia utópica de las comunidades agrícolas que llamó falansterios o comunidades por falanges, de un tamaño similar a los pueblos cooperativos de Owen. Dentro de los falansterios la educación sería fundamental, para educar a los niños libres de represiones y pudieran integrarse a esas comunas cooperativas.
Las principales ideas educativas de Fourier son de origen rousseauniano. El niño nace bueno, íntegro y dotado de un número de instintos que conducen por el desarrollo armónico natural; es la intervención de la civilización defectuosa la que inhibe el desarrollo saludable. La educación en los falansterios debía permitir que los instintos se desarrollen en su secuencia natural. Critica la educación pública y consideró que las prácticas escolares debían abandonarse por peligrosas, reemplazadas por una educación armónica por medio de actividades artesanales, combinando con ejercicio de las facultades del cuerpo por medio de gimnasia. La cocina y la ópera son mas importantes que leer, escribir y contar, porque la cocina cultiva los sentidos del gusto y el olfato y la ópera la vista y el oído. Fourier continuó la postura del naturalismo romántico iniciada por Rousseau.
Ninguno de estos primitivos socialistas, que colectivamente proporcionaron el impulso reconstruccionista, consideró ningún cambio en la teoría del conocimiento; sus reformas eran sociales y económicas más que metafísicas y epistemológicas. Los 3 mostraron un racionalismo ingenuo que bastaría con señalar el camino verdadero para que la sociedad lo siguiese; “sus teorías educativas estaban todas basadas en la epistemología positivista en boga del sensoempirismo, con sus asociada psicología de la facultad”.
Saint-Simon fue un positivista declarado; los seguidores aunque se apartaron de la fe absoluta en la ciencia, mantuvieron el método de la facultad. El concepto de instintos de Fourier está cerca del de las facultades, aunque él sí le dio más importancia a la necesidad de un desarrollo total, desde adentro.

Marx y el socialismo científico
Las ideas socialistas encontraron campo propicio en una Europa donde los trabajadores eran sometidos a largas jornadas de trabajo de 12 a 16 horas, represión, amontonados en ghettos urbanos. La represión fue mayor luego de las revoluciones de 1830 (Alemania) y 1840. Ya desde principios del siglo XVIII se había producido una inmigración hacia EEUU de utópicos religiosos, shakers y perfeccionistas. En el siglo XIX fue Owen que funda cooperativas, así como los seguidores de Fourier. El hecho de que la mayoría fracasaran, llevó en los 40’ a una ola de realismo político, especialmente entre los alemanes que habían fracasado en la revolución de 1830, que se exiliaron en otros países europeos. La clase trabajadora empieza a organizarse formando asociaciones, hasta llegar a la Liga comunista, a la que se afiliaron Marx y Engels. Ellos redactaron el Manifiesto comunista de 1848. Marx estaba inspirado por las visiones utópicas y estaba convencido de que la caída de la burguesía y el ascenso del proletariado serían inevitables.
En el Manifiesto se hace referencia a los socialistas ‘crítico-utópicos’ a los cuales se reconoce la iniciación histórica del movimiento, pero aportando sólo teorías limitadas, sin tener ninguna base efectiva para la acción. En cambio, sostienen el ‘socialismo científico’ (porque surgía de la dialéctica del desarrollo histórico). En ‘Socialismo utópico y científico’ de 1880, Engels afirma que el método histórico-filosófico de Hegel era un paso intermedio necesario, pero Marx aportó la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista por medio de la plusvalía ... ‘Con estos descubrimientos el socialismo se convirtió en una ciencia’.
Marx invirtió la filosofía hegeliana concediendo prioridad al mundo material. Identificó tres formas de sociedad: feudal, capitalista y socialista, cada una con su propio ‘modo de producción’ característico.
Engels reivindicó que el socialismo es parte de la ciencia positiva de la naturaleza y de la historia.
El movimiento social demócrata alemán envió a Marx un esquema provisional para discutir en la convención de Gotha. La crítica del programa de Gotha fue un documento fundamental en la organización socialista. Allí rechaza la doctrina de Owen de que ‘el trabajo manual dirigido adecuadamente es la fuente de toda riqueza’. Afirma que además del trabajo, la naturaleza es también una fuente de valores de uso .. como el trabajo, que en sí mismo es sólo la manifestación de una fuerza de la naturaleza, el poder del trabajo humano’. Marx, mientras reclamaba un status científico para su interpretación de la historia, se había apartado de la ciencia positivista en boga, que veía al hombre como algo exterior a la naturaleza y dominando sobre ella; en opinión de Marx, el dominio completo de la naturaleza sólo podría ser alcanzado por el control conveniente de las propias fuerzas sociales.
El socialismo aceptó tácitamente el ingreso formal del Estado y su continua promulgación de leyes de enseñanza obligatoria, así como la correlativa dotación de sistemas de apoyo.

Regeneración moral: una religión purificada
El empuje socialista del siglo XIX no sólo tuvo que luchar con la industria capitalista, sino también la política conservadora de las iglesias establecidas, aliadas generalmente a la burguesía. Y el siglo estuvo marcado por una secuencia de grandes conflictos europeos, ya que las iglesias lucharon por mantener la autoridad y el tradicional control de la educación.
En 1864, el Papa Pio IX había promulgado el contencioso Syllabus condenando toda evolución moderna (liberalismo, racionalismo, ciencia, el concepto de progreso, los estilos de vida contemporáneos). Luego el mismo papa proclama la doctrina de la infalibilidad papal: cuando se habla ex cathedra (desde el trono, con autoridad) sobre fe católica y moral, el papa no puede equivocarse. Las implicaciones eran horrendas; significaba que la autoridad coercitiva moral de Roma era absoluta.
La iglesia más ultramontanista que nunca, en particular con respecto a la educación, se enfrenta en muchos de los Estados con gobiernos liberales y democráticos, aumentando entonces los partidos políticos religiosos y puso las bases para perpetuar la división social, especialmente en educación, hasta bien entrado el siglo XX.
Frente a este panorama, aparecen o crecen grupos que, sin renunciar a las creencias religiosas, intenta purgar la religión de sus elementos oscuros y misteriosos; racionalizarla de forma que desapareciera la división. Así se desarrollan la sociedad de amigos (cuáqueros), los unitarios, el trascendentalismo. También se profesó el agnosticismo (T.H. Huxley), el misticismo deliberativo (William James), expresado en ‘Las variedades de la experiencia religiosa’.
Estas posturas afectaron a la educación, por una parte anticlericales y secularizantes, pero también por otra parte alternativas al extremo positivismo sin Dios que caracterizó tanto a la ciencia y el herbartismo. Para algunos no era suficiente que la moral, la ética y los valores sociales fuesen sólo mencionados como una idea, en la creencia de que emergerían de alguna forma en el proceso.
Para el socialismo fue desafortunado que Marx denunciara de modo tan estridente el sistema utópico y que hubiera subrayado el materialismo histórico, o por lo menos que fuera interpretado de tal manera, en especial porque sus escritos más sensibles desde el punto de vista humano no se difundieron extensamente.
En este vacío moral de fines del siglo XIX hubo en toda Europa una proliferación de esfuerzos por encontrar una fuente no dogmática de valores religiosos y ninguna fue comprendida con tanta fuerza como el nuevo movimiento sincretista de la teosofía, que simbolizó para muchos una base sólida para la educación y las escuelas del futuro.

Teosofía.
Significa conocimiento de Dios. Fue fundada en New York en 1875 por la espiritualista Helena Blavatsky y el coronel Olcott, en un esfuerzo por alcanzar verdades más profundas de experiencia religiosa de lo que era posible con la fe tradicional. La sociedad germinó por todo el mundo occidental incorporando escrituras védicas sobre la transmigración de las almas, la unión mística de toda la humanidad y la validez potencial de todas las formas de experiencia religiosa. La mayor parte de los seguidores eran intelectuales de vanguardia.
Rudolf Steiner fue líder de la rama alemana, quien luego funda su propia sociedad antroposófica que, como el trascendentalismo examinaba sólo el interior del hombre en busca de la verdad espiritual. A principios del siglo XX, los seguidores teosóficos y antroposóficos tomaron una importante parte en el nuevo movimiento de educación progresista antiherbartiano. Las iglesias establecidas languidecían en su pensamiento y práctica educativa; en el siglo XX se volvieron todavía más reaccionarias, y los experimentos e innovaciones fueron llevados a cabo por otros grupos.

La nueva ciencia de la psicología: orígenes fisiológicos
Mientras que la educación de principios de siglo XX iba a estar muy influenciada por la doctrina del socialismo y por el sincretismo religioso ético y sin revelación, también se vio afectada por la nueva ciencia de la psicología. Sobre este punto no nos extenderemos en este resumen.



Montessori y el movimiento progresista de Europa
Figura: Muebles adaptados al tamaño de los niños (ideas de Montessori).


Montessori, María (1870-1952) fue la primera mujer médico de Italia. Interesada en la antroposofía, ejemplificada en los trabajos de Lombroso y Sergi, intenta relacionar la estructura del cuerpo con la funciòn mental.
A finales del siglo XIX Italia se encontraba obstaculizada después de siglos de desunión y de dominación extranjera; la región sur era una de las más pobres de Europa. A pesar de la masiva emigración a EEUU y Argentina, Roma, Nápoles y otras grandes urbes, mantenían enormes poblaciones desamparadas en ghettos.
Montessori fue a trabajar a San Lorenzo, uno de los barrios pobres de Roma, desarrollando un método conductivista, que intentaba enseñar a los niños identificando un número de habilidades necesarias y de conductas deseables, y luego concentrándose en producirlas. Hizo grandes rupturas con la práctica establecida. Establecida en la ‘casa dei bambini’, no una escuela sino una casa con mobiliario a escala de los niños. Tareas tan simples como abotonarse y atarse los zapatos, preparar las comidas y poner la mesa, eran consideradas esenciales del aprendizaje. La lectura empezaba con grandes letras del alfabeto recortadas que, cuando se memorizaban, podían ser dispuestas en palabras sobre la mesa. Los números recortados eran grandes y coloreados. Sin una teoría previa, los ejercicios se fueron desarrollando lentamente, y se añadieron aparatos para ejercitar las percepciones sensitivas; el método que se volvería famoso consistía en hacer preceder todas las operaciones mentales abstractas con actividades experimentales concretas.
Habiendo leído a Comenius, Locke, Rousseau, Pestalozzi y Froebel, con los que reconoce su deuda, devota católica, su pensamiento estaba orientado por el aforismo de Aquino ‘no hay nada en el intelecto que no esté primero en los sentidos’.
De la teoría de las facultades de Aristóteles y de los sensoempiristas modernos, evoluciona hacia una dirección holística.
El método está totalmente centrado en el niño y Montessori consideraba que liberaba a los niños en cuanto ‘clase oprimida; en consecuencia se la acusó de descuidar el desarrollo social y moral del niño. En la Unión Soviética de los años 20, el método fue rechazado por esa razón, porque los rusos reivindicaban que en su nueva utopía socialista ‘el material educativo seleccionado viene de la comunidad y no de un armario’.
Montessori creía que debía existir amplitud de edad de varios años en la clase, de forma que pudiera existir cooperación desde los mayores y los más jóvenes aprender a buscar ayuda. Si el ambiente de la clase es desafiante se alienta el progreso moral y social, porque los que aprenden tratan de solucionar los problemas colectivamente.
A pesar del rechazo de la Unión Soviética, Montessori tuvo éxito en todo el mundo. Gentile lo recomendó a Mussolini y se convirtió en el método modelo de todas las escuelas italianas. Inglaterra le dio una gran recepción. En Austria, Australia, EEUU, Escandinavia, países de Asia, África y América del Sur. El Vaticano aprobó el método y se facilitó su incorporación en las escuelas católicas. El papa Benedicto XV escribió un prólogo recomendatorio a la nueva edición de ‘Pedagogía científica’ que incluía una bendición apostólica, con lo cual además de abrir las puertas de las escuelas católicas, proporcionó a la Iglesia un método moderno para la educación.
Su método parecía satisfacer las demandas de una interpretación humana de la educación con bases científicas y su inclusión de valores no empíricos le dio un atractivo para el catolicismo y otras sectas religiosas, así como para teosofistas, humanistas e incluso agnósticos.
El método fue atacado por los nazis, que cerraron sus escuelas, empujando al mismo final a Austria e incluso Italia y la España de Franco. También fue atacado en EEUU por los progresistas. Pero aún así fue ampliamente universal y ofreció una alternativa al herbartismo que prevalecía. Claramente, al tenerse que construir grandes empresas de educación estatales y los maestros en masse, el sistema Montessori, que daba más importancia al papel activo del niño y al profesor como director de las experiencias educativas, parecía infinitamente más atractivo para la mayoría de los progresistas que el sistema herbartiano, que enfatizaba el papel del profesor como expositor y el niño como un memorizador dependiente.

Europa: movimiento progresista independiente
Montessori fue la más popularmente seguida en la educación progresista europea.. Pero persistía en otros el interés por reconstruir la escuela y quizás la sociedad. Antes de la primera guerra mundial, la mayoría de las escuelas progresistas estaban en Inglaterra, favorecidas por el entusiasmo de la clase media que logró desarrollar escuelas independientes privadas, más fácilmente proclives a adoptar programas progresistas que las escuelas de iglesias o sociedades. El mayor problema era encontrar padres que estuvieran dispuestos a pagar una educación cara, en escuelas residenciales. Las primeras escuelas fueron para hijos de padres vanguardistas, como de Bertrand Russell.
La historia de la educación de occidente es en gran parte el registro de la innovación creativa frente a la tradición conservadora. Hacia el final del siglo XX el progresismo se hizo más urgente, al legislar el Estado cada vez más los códigos de las escuelas y aumentar la intervención, mientras que por otra parte surgía el miedo a la anarquía proletaria, como expresó Mathew Arnold en Cultura y Anarquía en 1869, lo que estimuló muchas aventuras progresistas educativas.
El progresismo europeo no surgió del socialismo sino de sectores de la sociedad preocupados por la renovación religiosa y espiritual que vieron posibilidades de incorporar aspectos del pensamiento socialista y científico. Los movimientos socialistas se inclinaron por apoyar al Estado, mientras las escuelas progresistas modernas tienen su origen en un número pequeño de aventuras privadas, principalmente en Inglaterra. De ellas la más prominente fue Abbotsholme, en Derbyshire, fundada en 1889 por Cecil Reddie, Reddie fue en su origen un socialista que se unió a una sociedad radical ‘Mencomunidad de la nueva vida’ y Abbottsholme fue proyectada como una escuela ideal que pusiera en práctica ideales anarcosocialistas de la mancomunidad. Pero Reddie había renunciado al socialismo cuando esto sucedió. Otra escuela fue la Bedales de John Badley, profesor de Reddie y unas pocas más, que contrastaban con las escuelas que prevalecían, ya sean privadas o estatales. Las pocas escuelas innovadoras, progresistas, enfatizaban el estudio individualizado con una considerable actividad práctica, como el trabajo en tiendas, excursiones, biblioteca, laboratorio, mientras se esperaba que los maestros cuidaran el crecimiento psicológico de cada niño. A los alumnos se les permitía discutir los procedimientos de la escuela con el personal y hasta cierto punto participar del gobierno de la escuela. Pero no se cuestionaban los ideales tradicionales de la clase media, manifestados en el Emilio y modernizados por Montessori.
Copias de Abbotsholme – conocido como ‘el modelo inglés’ – aparecieron en Alemania, Holanda, y otros países, siguiendo el modelo que daba importancia a la enseñanza individual y, en particular, al sistema de proyecto.
Mientras tanto, otros activistas se volvían hacia las reformas sociales por medio de la educación, siendo uno de los más prominentes la señora Beatrice Ensor, miembro de una agrupación teosófica y que se integraría a un grupo llamado ‘Nuevos ideales en educación’, propagando las ideas de Montessori. Los teósofos hicieron otro gran aporte a la educación progresista por medio de Rudolf Steiner, quien funda su propia sociedad antroposófica y en 1919 la primera escuela Waldorf. Cerrada por los nazis, reabre después de la guerra.


Figura: Rudolf Steiner. Creador de las escuelas Waldorf (tomado de Wikipedia)
Oros movimientos progresistas en Europa se distinguieron por alguna característica, como la escuela Franz Cizek de Viena, basada en la libre expresión en actividades artísticas y artesanales, cerrada también por los nazis, hasta el método igualmente especializado, del movimiento eurítmico, fundado por Jacques Dalcroze de Hellerau, un suburbio de Dresden. La escuela Dalcroze fue visitada por Alexander Neill que deseaba estudiar este método basado en las artes, las artesanías, música y baile, esto es, hacer que la educación provenga de la realización creativa de actividades significativas. Neill fundó en Inglaterra Summerhill. Se disntinguió principalmente por intentar establecer un alto grado de participación del estudiantado en el gobierno y las decisiones de la escuela. Estos esfuerzos y otros se juntaron en un movimiento mundialmente extendido, iniciado formalmente en 1921, como la ‘Asociación de la educación nueva’. A la primera conferencia en Calais asistieron Montessori y Neill y los periódicos editados se referían al movimiento como ‘nueva era’, reconstrucción en educación. La asociación promovió los objetivos de la educación progresista y en particular el método de Montessori. Más tarde se va interesando cada vez más por la psicología. Los extremismos que surgían en el mundo estancaron considerablemente el movimiento progresista. Hubo una reacción contra lo que se veía como una permisividad indulgente en una era agobiada por la pobreza, la enfermedad, la desigualdad y la guerra incipiente. Mientras la conferencia de Calais de 1921, en la lista de objetivos se subrayaba la supremacía del espíritu, la individualidad, la cooperación, la coeducaciòn, etc., en la conferencia de Niza de 1932, el interés se desplaza a l las ‘complejidades de nuestro tiempo’, la operación de fuerzas económicas y sociales en asuntos humanos, etc., . Por entonces, Occidente estaban un estado de confusión, y el progresismo era reprimido incesantemente. Los sueños de una reconstrucción social se desvanecieron a medida que los sistemas totalitarios tomaron el control de varios países. Occidente se dirigía hacia la guerra, que era la negación de todo lo que pretendía la educación progresista.




[i] Acerca de la literatura utópica, es recomendable el libro de María Luisa Berneri (A través de las utopías). En su capítulo IV trata de las utopías de la Ilustración, comparando críticamente la literatura inglesa con la francesa. Dice la autora – anarquista muerta prematuramente a los 31 años – que en tanto las utopías de la Revolución Inglesa dedican preferente atención a los problemas económicos y políticos, y más tarde se ocuparán de las cuestiones filosóficas y religiosas. En Francia la literatura utópica tomó sus formas mas variadas y originales. La falta de libertad intelectual y religiosa que se padecía bajo la monarquía absoluta, obligaba a los escritores a verter sus ideas disimuladamente, en forma de novelas fantásticas. Muchas de estas utopías no aspiran a ser acabadas descripciones de una sociedad ideal; la organización social, trazada a grandes líneas, simplemente sirve de fondo para la expresión de ideas inconformistas. Tras el pretexto de los países o planetas imaginarios se ocultaba el propósito de denunciar y ridiculizar gobiernos y costumbres. En Francia, la moda de los imaginarios viajes satíricos fue impuesta por Cyrano de Bergerac, en el siglo XVII. Jonathan Swift usó la figura de Gulliver para censurar a la sociedad de su época y fue traducido inmediatamente al francés. Las utopías francesas están fuertemente influidas por la Utopía de Thomas More, de comienzos del siglo XVI.

Bibliografía complementaria
BERNERI, María Luisa (1975): Utopías de la Ilustración. En: “A través de las utopías (ensayo crítico)”, Buenos Aires: Proyección (Orig.: Journey through utopia). Cap IV, pp 197-230